La parroquia de San Antonio ganó juicio por llaves de capilla en Placilla
Mientras la comunidad sigue dividida, el párroco Vicente Véliz hizo un llamado a la unidad y a participar en las actividades religiosas que comenzaron a realizarse continuamente en el recinto.
Hace pocos días se celebró el día de San José Obrero, patrono de los trabajadores. Para festejar, los fieles de la Iglesia Católica realizaron una procesión por Placilla, donde se encuentra la capilla que lleva su nombre.
Sin embargo, la parroquia tenía dos motivos por los que celebrar ese día, puesto que también valoraban haber ganado un litigio legal que mantenían con un grupo de vecinos por la propiedad del lugar.
Tras un largo juicio en los tribunales y una apelación ante la Corte de Valparaíso, la justicia falló a favor de la parroquia de San Antonio y las llaves del inmueble debieron quedar a disposición de la institución religiosa.
"La comunidad se mostró muy contenta de recuperar las dependencias que por casi 10 años estuvieron tomadas por un grupo de dirigentes sociales. La capilla nuevamente va servir a la comunidad sin fines de lucro. Fue un proceso largo y lamentablemente el juicio tardó ocho años, donde hubo mucha gente que se alejó decepcionada, temerosa y aburrida del mal espíritu que reinó por el interés de unos pocos que pretendieron apoderarse de lo que les pertenece a todos", señaló el párroco de San Antonio Vicente Véliz.
De acuerdo a lo indicado por el sacerdote, el dictamen de la Corte obligó a restituir la capilla San José Obrero a la parroquia de San Antonio, institución que tiene la responsabilidad directa de la administración de los bienes eclesiásticos en el territorio.
Llamado
"Mi llamado es a volver a recuperar y sanar las heridas ocasionadas por grupos y personas que con su actitud no ayudaron a la unidad y la paz que debe reinar en el corazón de los que nos decimos cristianos", agregó el religioso.
Según el párroco, en el sector, se inició la catequesis de niños que se preparan para el sacramento de la Primera Comunión, otro grupo de adultos que se prepara para su confirmación, entre otras actividades religiosas.
Además se contará con la asistencia de Víctor Hugo Torres, diácono autorizado por la parroquia para las celebración de liturgias y asistir espiritualmente a los fieles cuando el párroco no pueda.
La capilla ofrecerá misa todos los domingo a las 10.30 o una liturgia en torno a la Palabra de Dios.
Pero como era de suponer, el proceso de entrega de la propiedad no fue nada fácil para el sacerdote, puesto que él señala que antes de entregarle las llaves, los vecinos "desmantelaron el lugar". "Se llevaron todo el mobiliario, artefactos eléctricos, hasta el sillón del sacerdote para la misa... En el fondo nos entregaron las paredes, pero la comunidad está muy esperanzada en que ahora hay que trabajar para volver a levantar todo para que esas dependencias se puedan volver a utilizar", dijo Véliz.
Vecinas
Consultadas por Diario El Líder, las vecinas que mantenían tomada la propiedad insistieron en que la comunidad sigue muy dividida y que no consideran justa la resolución de la Corte.
"Cuando nosotros teníamos las llaves, esa casita (sede) la utilizaban los clubes de adulto mayor, folclor, comité de vivienda y siempre era gratis. Entiendo que ahora el cura va a cobrar", indicó Margarita Clavijo, una de las vecinas del sector.
Respecto a su disposición a dialogar con el sacerdote, Margarita dijo que "han llegado tantos curas y todos venían con la misma mentalidad, por eso no nos acercamos a hablar con el último (Vicente Véliz)".
En cuanto al mobiliario y las cosas que sacaron de la sede, Margarita señaló que "yo Margarita Clavijo Erazo saqué un pesebre. Pero era un pesebre que yo había llevado a la capilla para mi grupo, para mi comunidad y el sillón se lo llevó la familia que lo había donado a la Iglesia. Las demás cosas que estaban en la sede eran del club del Adulto Mayor y correspondían a unos proyectos que ellos se habían ganado, por eso se las llevaron", puntualizó Margarita.
10 años de conflicto entre un grupo de dirigentes sociales y la Parroquia San Antonio de Padua terminó con un juicio que falló a favor de la entidad religiosa que volvió a administrar la propiedad ubicada en Placilla.

