La artista que quiere convertir una escalera en ícono de Latinoamérica
Junto a otras siete personas, Marjorie Figueroa está realizando con cariño y esmero un megamosaico en el talud 21 de Mayo con el fin de poner en valor la biodiversidad del borde costero sanantonino.
La biodiversidad marina se está apoderando de uno de los lugares más emblemáticos de San Antonio. Un grupo de artistas, compuesto por profesores, voluntarios y agentes culturales, es el responsable del mosaico con aires oceánicos que se está construyendo en una escalera y muros del talud 21 de Mayo.
Marjorie SaraH Jane Figueroa es la directora de esta producción artística que contempla la intervención de setenta metros cuadrados de frío cemento que se transformarán en una muestra colorida, amistosa y representativa de la vida marina que se aloja en nuestras costas, como también de la rica historia del patrimonio de la ciudad puerto.
Para la profesora de filosofía y artista en mosaico Marjorie Figueroa, esta obra representa un aporte a la cultura de la comunidad y también una oportunidad para redescubrir parte de la identidad y la historia costera.
"Estos proyectos son del tipo que yo llamo la democratización de las artes. Cada intervención urbana, en este caso con el oficio artístico de un mosaico, aporta para que todo integrante de la comunidad pueda apreciarla, sin la necesidad de tener que saber de arte o cancelar una entrada. Es una obra para todo el público, cada sanantonino tiene el derecho a apreciarla", apunta sobre el gran mosaico que levantan gracias al financiamiento del Departamento de Aseo y Ornato de la Municipalidad de San Antonio.
Figueroa cuenta con experiencia en intervenciones culturales de este tipo. Participó en la elaboración del mosaico que lleva por título Buen Trato en Familia, en el Grupo Escolar, en el monolito que relata la historia de la población René Schneider, en la Escalera Kennedy de Cartagena y en el mural en el Mercado de San Antonio.
Para ella, el trabajo del grupo que encabeza -compuesto por otras siete personas, entre ellas su pareja, el también profesor y artista visual Gonzalo Sáenz-Diez- en la escalera del talud 21 de Mayo, "tiene vida propia al estar expuesto a las condiciones de las luces y sombras durante el día y la noche. Está realizado para que los reflejos de luz lo hagan brillar para quienes pasan por Barros Luco. Posee un dinamismo propio".
Estudio acabado
La temática presentada en el proyecto no fue al azar e involucró mucha lectura e investigación. "Fui al Museo de Ciencias Naturales e Histórico de San Antonio a recopilar información y estuve con su conservador José Luis Brito para conocer cuáles son las especies que cohabitan en el fondo marino del Litoral", cuenta la encargada del proyecto.
Sobre la técnica empleada, reveló que "cada trabajo realizado te va entregando aprendizajes que han sido fundamentales para lograr lo que se puede apreciar. Los fondos de este mosaico son cortes rectos y en diagonal, con una gama de colores en tonos fríos cercanos a las características del mar. Las figuras también tienen un corte especial, los delfines tiene cortes triangulares, otros el estilo Gaudí (reconocido artista español del siglo XX) y algunos circulares. Cada corte produce una vibración visual, otorga una armonía en su conjunto".
épocas pasadas
"Durante dos meses revisé fotos y estudié sobre las especies. Partimos la ejecución a mediados de noviembre y recién en las últimas semanas nos han visto públicamente instalando el mosaico en la escalera. Una obra de esta envergadura permite a sus visitantes evocar épocas pasadas y educar a las nuevas generaciones con el relato visual expresado en mosaicos. Cumple la misma labor que una pieza de museo que nos conecta con la historia de un lugar determinado", explica la Marjorie Figueroa.
Como trabajar toda la obra directamente en la escalera era prácticamente imposible, por el tránsito constante, la falta de higiene y la dificultad de contar con los espacios propicios, el grueso de la producción lo realizan en su casa-taller de la comuna de Cartagena, ubicada en calle Serrano 180.
Allí también realizan trabajos a pedido en mosaicos. En este lugar es donde cortan las cerámicas, les dan la forma buscada y luego pegan en una malla. Elaboran el diseño a escala real y luego cortan para su calce preciso con la altura de los escalones (18 centímetros). Entre cinco y siete días demora la producción de un metro cuadrado de trabajo, ya que cada corte y pegado debe ser exacto debido a su alta complejidad.
-¿Cómo ha sido trabajar en esta escalera (que une Barros Luco con 21 de Mayo), que no tiene las mejores condiciones de higiene?
-El sector tiene un gran valor turístico que puede explotarse. Está prácticamente a la salida del puerto, donde empezaron a llegar cruceros con turistas, y cuenta con tránsito todo el día. Si existe la voluntad puede ser la escalera intervenida con mosaicos más grande de Latinoamérica, mucho más que la de Río de Janeiro. Nosotros estamos dispuestos a continuar. Es más, ya tenemos ideados los conceptos para las siguientes etapas.
De todas formas, la profesora reconoce que "igual es complicado trabajar acá, porque hay tránsito fluido y lo ideal sería hacerlo en un área cerrada, y a eso se le debe sumar el olor a orina que está impregnado en los rincones y los muros. Limpiamos bastante antes de empezar a trabajar, pero el olor no se va con nada. Estamos obligados a hacernos el ánimo".
-¿Qué valor atribuye a esta intervención?
-Tiene un valor agregado que es superior a otras intervenciones artísticas como la pintura por ejemplo, porque el mosaico no pierde color con los años como el desgaste de las pinturas. Es una inversión a largo plazo ya que dura muchos años y no requiere de mayor mantención. Los materiales de construcción entregan más durabilidad".
-¿Qué le dice la gente sobre esta obra?
-Nos transmiten sólo buena onda, nos gritan maravillados que está quedando bonito y cuando nos ven trabajando nos tocan la bocina en señal de aprobación. Ese ánimo nos ayuda a seguir adelante porque es difícil estar todo el día aquí, se resienten los brazos, hombros, muñecas, rodillas, y no hay baños cerca. Por eso, vamos intercalando los días de instalación y trabajamos en cuadrillas. Queremos entregarle a la comuna una muestra que sea agradable y cercana con la historia de la ciudad y del Litoral.
A Marjorie SaraH Jane y su grupo le restan semanas de trabajo en el talud, les queda concluir los muros y el descanso del sector oeste donde retratarán parte de la historia de la ciudad como primer puerto de Chile, con la grúa 82 como protagonista.
El sueño de estos artistas es intervenir la estructura desde Barros Luco hasta 21 de Mayo, pero para eso deben existir los recursos que lo permitan y así abrir un espacio para la memoria histórica local.