Para partir entendiendo esta nota, fijaremos nuestra atención en tres momentos históricos de nuestro Ejército en la frontera entre Chile y Perú. Primero, en 1978; segundo, en el año 2002, y tercero, en 2018.

Fue a fines de los años 70, que en plena escalada de tensión con los gobiernos de Argentina, Perú y Bolivia, el general Augusto Pinochet decidió la instalación de 180 mil minas antipersonales y antitanques en las zonas fronterizas, ante una posible invasión que nunca ocurrió.

Más tarde, a principios de este milenio (2002) el entonces Presidente Ricardo Lagos firmó la Convención de Ottawa para el desarme y destrucción de esos dispositivos y de ahí derivó la creación de la Comisión Nacional de Desminado (Cnad), que 16 años después, o sea hoy, ve cómo por primera vez en su historia tiene a una mujer a cargo de una de las zonas de trabajo.

Se trata de la capitán Gabriela Valdivia Marambio, oriunda de Santiago, pero perteneciente a la Brigada Motorizada N°4 Rancagua de la Región de Arica y Parinacota.

De sur a norte

Dos años son los que lleva la oficial en la zona, aunque ya había estado en el norte, donde conoció a su esposo.

Tras esto, Concepción, Los Ángeles y nuevamente la capital fueron parte de su recorrido, aunque una ceremonia donde estuvo presente el mismísimo ministro de Defensa, Alberto Espina, sería clave para darse cuenta del enorme desafío que la esperaba, ya que sería durante la visita del secretario de Estado a la zona de desminado en la frontera con Perú, donde recibiría la noticia de que se convertiría en la primera comandante mujer a cargo de una compañía de desminado.

"Lo tomo como un desafío, pero no sólo para mí, sino que para la gente con la que voy a tener que realizar todo este tipo de trabajo, porque en esta faena, somos todos. Y si bien es cierto, sabía que había mujeres en la Compañía, nunca hubo una comandante, por lo que el orgullo que llevo me hace representar a todas las mujeres que son de armas y pertenecen al Ejército", cuenta, firme.

"Este es un trabajo donde ningún riesgo está cubierto; puede que de la nada aparezca una lluvia y altere la posición de las minas o cualquier inconveniente, por menos pensado que sea, pueda surgir", afirma.

-Usted es casada, tiene familia, ¿es un desafío aún más grande lidiar con trabajos como éste?

-Es que el que sea casada no es un riesgo mayor ni menor, hay que pensar que todos acá tenemos familia, entonces sea cual sea la posición de uno, el trabajo se debe hacer bien, como corresponde y como le digo, corriendo riesgos, pero haciendo lo posible para evitarlos.

- Demás está decir que a pesar de lo que harto se aprende en teoría, la experiencia se gana en terreno.

- Por supuesto. Nos puede ayudar la enseñanza en el aula, los libros y todo el material, pero sin duda la experiencia y lo aprendido se gana acá, en terreno.

"brecha salarial"

Pero fue en medio de una visita de la intendenta de Arica y Parinacota, María Loreto Letelier, y de otras autoridades para inspeccionar las obras del desminado, que el Ministro Alberto Espina también tuvo un reconocimiento no sólo a la capitán, sino que a las mujeres que realizan labores en el Ejército de Chile.

"Casos como los de la capitán Valdivia, obedecen absolutamente al respeto del nivel jerárquico en el Ejército. Ella cumple una función importantísima, donde se evidencia un grado de profesionalismo de igual adjetivo, por eso, estas son cosas que se deben difundir y ser ejemplificadoras", dijo el secretario de Estado, para agregar que "ésta es una de las pocas instituciones en que tanto un hombre como una mujer ganan el mismo sueldo. Es verdad, mucho se discute sobre la brecha salarial de géneros que existe, pero con instituciones como el Ejército, podemos decirles que éste es un paso para que se demuestre que las puertas de la integración están totalmente abiertas", remató el ministro.