Cabañas de Santo Domingo: La memoria también es patrimonio
Se realizaron visitas guiadas en el lugar, que el 2014, fue reconocido como Sitio de Memoria Histórica.
La Fundación por la Memoria de San Antonio llegó a la playa Marbella para desarrollar una jornada reflexiva en el lugar donde estaban las cabañas de Santo Domingo. Ana Becerra, una de las sobrevivientes del otrora centro de tortura, guió recorridos por el lugar,
Pilares de cemento carcomido, restos de baldosas, estructuras de ripio, enmarcados por la playa Marbella y la desembocadura del río Maipo se pueden ver en el sector. Quedan apenas los vestigios de las estructuras de veraneo que en dictadura fueron centro de tortura y escuela en técnicas de exterminio. Sobre los escombros, hoy se levantan improvisadas inscripciones que recuerdan el valor patrimonial del lugar.
memoria viva
Recientemente se hizo público el testimonio de Juan Guillermo Orellana, ex mecánico del helicóptero militar que hizo desaparecer en el mar a Ceferino Santis, Luis Norambuena y Gustavo Farías, recordando la historia de los centros de detención en Tejas Verdes y Santo Domingo.
A propósito del Día del Patrimonio, las agrupaciones estuvieron desde temprano preparando el Sitio de la Memoria Cabañas de Santo Domingo, para la llegada de los visitantes. Instalaron paneles con fotografías históricas y entregaron información del lugar.
Ana Becerra, quien estuvo detenida y sufrió la tortura en ese lugar, cuando tenía 19 años, se abrió camino entre las ruinas junto con un grupo de visitantes y relató su experiencia.
"Acá trajeron a los más célebres torturadores de nuestro país para que aprendieran técnicas de exterminio. Fue su escuela", comentó Becerra.
cabañas obreras
Una de las cuarenta medidas que impulsó el Gobierno de Salvador Allende, fue crear balnearios populares. Llegaron a construirse 16 recintos con el objetivo que los obreros tuvieran derecho al descanso y la recreación. Rocas de Santo Domingo fue uno de ellos. Desde 1971 llegaron al lugar obreras de las textiles y pobladores de Santiago.
Después del golpe de estado de 1973, el sitio se convirtió en parte de las instalaciones militares que dirigía Manuel Contreras. Estuvo involucrado también el ex alcalde de Providencia,Cristián Labbé, entre otros altos mandos militares, según el relato de Javier Rebolledo en libro "El despertar de los cuervos".
"Estas siempre fueron cabañas de veraneo, independientemente de quien estuviera acá", indicó Ana Becerra. A partir de 1975, eran las familias de los oficiales de la Dina quienes las ocupaban.
"Cuando el lugar se convirtió en centro de detención, estaban los hijos o las familias de los 'dinos' veraneando en estas cabañas. Los compañeros trataban de no gritar, cerrar la boca para no asustar a los niños", cuenta la sanantonina.
Durante el recorrido, Ana Becerra, comentó que cuando la historia se hizo pública con el informe Rettig y Valech, una mujer se le acercó y le confesó que era hija de un oficial de la Dina. "Estaba impactada al enterarse que los recuerdos más bellos de su infancia estaban cruzados con los horrores que allí se vivieron. No debe ser fácil ser hija de…"
nuevas desaparecidas
Además de rememorar el pasado, en la actividad se informó a los visitantes sobre hechos de violencia política que han ocurrido en los últimos años.
Las integrantes de la Colectiva Círculo de Mujeres Agua Lunar montaron una exposición de las historias de las latinoamericanas que han sufrido represalias por la defensa de los derechos de la Tierra. Entre ellas está Macarena Valdés Muñoz, la activista mapuche que apareció muerta en su casa en Tranguil.
La agrupación feminista, en conjunto con la Fundación por la Memoria de San Antonio, ha trabajado por el rescate del lugar en los últimos años. En el 2013, las cabañas fueron demolidas y al año siguiente gracias a la presión de las organizaciones, fue declarado Sitio de Memoria Histórica. Sin embargo, el recorrido por el lugar no figuró en la lista de las actividades oficiales de Santo Domingo.
Al principio, señala Becerra, eran expulsados, pero continuaron ocupando el sitio y desmalezando los senderos para impedir que la naturaleza borrara las huellas del pasado.
La jornada del fin de semana finalizó con un conversatorio en el que se dialogó en torno a la importancia de la memoria en nuestro país.