Final feliz: indigente se reencontró con su familia luego de siete años en la calle
Pablo Marcelo Abarzúa (45) se reunió con sus padres gracias a la ayuda del cabo segundo Rodolfo Silva, de Carabineros de Llolleo.
Un completo y un café ofrecidos de la mano del cabo segundo Rodolfo Silva Figueroa (25) saciaron su hambre y lo abrigaron de la fría noche del pasado martes. Ese día , el carabinero acudió a un llamado que recibieron en la Subcomisaría de Llolleo que advertía que había un indigente con hipotermia en plena plaza de Llolleo.
El uniformado llegó al lugar y conoció a Pablo Marcelo Abarzúa Silva, de 45 años, quien ha deambulado por las calles hace siete años.
"Cuando llegamos ese día, en efecto, se encontraba con principio de hipotermia. Inmediatamente, recabamos información con la municipalidad para averiguar por centros de acogida, pero fue negativo, así que decidimos trasladarlo al hospital ", relató el cabo segundo Silva, quien cumplirá seis años en la verde institución.
Aquella fría noche, sentados uno al lado del otro, y mientras esperaban la ambulancia, Pablo Abarzúa comenzó a develar su historia. "Le dije que me hablara de su vida, me contó su historia, dijo que hace más de siete años vivía en la calle sin saber de su familia", recordó el policía. Agregó que "él cayó en el alcoholismo porque encontró a su ex pareja con otra persona".
En medio de la conversación Abarzúa le contó que tenía dos hijos. El carabinero rápidamente buscó sus nombres en Facebook, le envió un mensaje a uno de ellos y al día siguiente recibió una respuesta.
"El miércoles fui a verlo para darle la noticia porque en la mañana me había respondido el hijo, luego me contactó Pablo Abarzúa padre. Entonces me lo traje a la unidad", contó el cabo segundo.
Reencuentro
Silva coordinó la cita familiar en la misma subcomisaría a la que pertenece. Los padres de Pablo Marcelo llegaron puntuales al lugar acordado desde Peñaflor, en la Región Metropolitana, con una emoción contenida tras siete años de espera.
" Los papás estaban felices, se abrazaron y todo. El reencuentro me reconfortó harto el corazón porque fue una historia que realmente me conmovió. Los mismos papás me contaban que lo andaban buscando (porque deambuló en Puerto Montt y Calama). Además presentaba un problema en la pierna porque fue atropellado en alguna oportunidad, en su misma situación de calle, por eso quise ayudarlo", se sinceró el carabinero.
Asimismo, a ojos de Meisson Abarzúa, hijo de Pablo Marcelo, este encuentro fue muy positivo. "Me parece bien que haya aparecido mi papá y que podamos estar juntos nuevamente", expresa.
Por su parte, los padres de Pablo Marcelo acogieron con amor a su hijo, llevándolo a Santiago.
Conscientes de que necesita un apoyo constante, decidieron internarlo en un centro cristiano de acogida en la comuna de Melipilla con el fin de dar curso a un tratamiento para combatir su alcoholismo.
"Estamos agradecidos del carabinero que nos ayudó, qué bueno que haya personas que rescaten a la gente de la calle. Ahora, vamos a esperar que nuestro hijo se recupere para traerlo a la casa nuevamente", comenta su padre emocionado aún tras el reencuentro.