David Muñoz Castillo
Era el escudero del entrenador Guillermo Pérez en el proyecto que el actual cuerpo técnico trata de desarrollar en San Antonio Unido. Fue el brazo derecho de "Chichilo" en este desafío, lleno de obstáculos, dificultades y carencias.
Marcelo Palma (49 años) se sentó por última vez en el banco lila el sábado pasado en el estadio Municipal de Los Ángeles, en el empate 1 a 1 entre Iberia y el SAU. El preparador físico y también DT se va a Ñublense para acompañar a otro sanantonino, al técnico Emiliano Astorga, en la preparación de los "Diablos Rojos" de Chillán.
El sanantonino desde que volvió a la institución en 2014 no solo se abocó a la preparación física de los planteles. Fue gerente técnico, levantó el Fútbol Joven y luego armó una dupla de trabajo con Guillermo Pérez para replicar la labor que ambos desarrollaron en Magallanes, donde levantaron un club desde los cimientos.
La despedida del club que defendió como jugador en la década de 1990 no es feliz. "Me decepcionó el poco respeto, sobre todo hacia la gente de San Antonio, lo poco valorado, que no respeten tu sueldo, siempre te daban puras aspirinas, entonces al final eso te hace tomar una decisión. Uno se saca la cresta, trata de que esto salga adelante", confesó el profesional sobre parte de los motivos de su partida.
Palma conoce perfectamente la interna de San Antonio Unido y sufrió con la escasez de recursos y las pocas condiciones que tiene el club para desarrollar un trabajo, que supuestamente es profesional. Por eso hace un diagnóstico desalentador. "Ojalá que esto cambie, siempre he sido frontal y digo las cosas como son. Si las cosas no cambian, este equipo, lamentablemente, así cómo está no puede seguir", pronosticó.
No fue fácil tomar la decisión tras recibir el llamado de Emiliano Astorga. Lo pensó mucho, pero una conversación con su amigo Guillermo Pérez lo convenció. "Guillermo me dijo que me fuera, porque acá uno está en la incertidumbre", contó el profesor de Educación Física sobre el incumplimiento del pago de los sueldos en más de una oportunidad en su estadía en el club.
La decepción de Marcelo Palma es su partida tiene explicación. "Vine acá por un sueño que me planteó Miguel Díaz, que al final nunca se cumplió. La idea era replicar lo que hicimos en Magallanes y al final nunca se hizo. En un momento pensamos que lo iba a hacer cuando estaba trabajando en un terreno en San Juan, donde iba a hacer un complejo, pasó mucho tiempo, pero no ves resultados", arguyó.
Palma fue parte de los planteles de Melipilla, Osorno y Magallanes que consiguieron ascensos en el fútbol. Sin embargo, para él este paso a un equipo de la Primera B no se da en condiciones ideales.
"Para mí la prioridad era San Antonio, porque le tengo un cariño especial al club. He vivido de todo, irme me cuesta, porque ya estaba arraigado. Quería lograr algo, ver crecer al club, quizás piensas que nunca va a pasar, pero no pierdes la esperanza. Al final no creo que vaya a pasar, porque todo se ve muy distante", confesó.
Amateur
Desde la temporada 2013 San Antonio Unido milita en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, pero el club se maneja como una institución amateur, según el análisis de Marcelo Palma.
"Al partido con Malleco, en Angol, íbamos a viajar el mismo día y no fue así porque Danilo (Rojas) se la jugó y nos dijo que nos fuéramos antes. Ahí te das cuenta que este sigue siendo un club que se maneja de forma amateur, con todo el respeto que se merece el fútbol amateur", relató.
La situación se concretó este fin de semana. El plantel viajó el sábado en la mañana a Los Ángeles, llegó a las 16 horas y a las 18 estaba en la cancha jugando para sacar un empate 1-1 ante el puntero.
Palma asegura que el SAU tiene trabas para desarrollar su trabajo, desde la falta de una cancha para entrenar hasta las nulas condiciones del Fútbol Joven.
Por eso el diagnóstico del profesional es lapidaria y decepcionante. "Se ve feo el panorama, porque no existe interés, no tienes plata, los jugadores están solos. Si no hubiese sido por Danilo en su momento, estarían botados".
Y agregó: "imagínate con todos los problemas que viajaste ahora, pero el equipo fue una fiera dentro de la cancha, porque tienen amor propio. Son profesionales, pero de eso no se dan cuenta".
Si bien reconoce logros en la actual administración que encabeza Miguel Díaz con la sociedad anónima Lilas, aprecia un agotamiento en el dirigente.
"Es poco el interés de su parte, aunque él diga otra cosa, los hechos lo demuestran. Nadie le puso la pistola en el pecho para que asumiera el club. Si quiere lograr algo tiene que invertir, cambiar su forma de ver el fútbol como si fuesen empleados de su oficina", recomendó como una forma de salir de este mal momento.
Los cuestionamientos del preparador físico se basan en hechos concretos. "Este club es del año 1961 y no tiene nada, con suerte las camisetas. Los equipos del fútbol amateur tiene más cosas. El SAU no tiene nada porque se ha hecho una mala gestión", aseveró.
Por eso Marcelo Palma cree que una posible solución es un cambio en la administración. "Debería haber un llamado de atención para quién dirige el club y si no está conforme, que dé un paso al costado, que diga que se aburrió y capaz que se cierre el club o alguien vendrá. No creo que dejen que este club muera".
En su despedida del equipo, Marcelo Palma deja a un grupo de jugadores que se merece todo su respeto, por el sacrificio realizado. No se va contento, pero sí con la ilusión de un nuevo desafío en su carrera.