¿A ver quién
Académicos explican por qué usamos palabras como "dostor" o "juerte" y analizan si existe una manera adecuada de expresarse.
Cada país en el mundo tiene su idioma oficial. En el caso de Chile es el español, al igual que en otros países de América. Sin embargo, el castellano chileno tiene particularidades en sus palabras y en la forma de pronunciarlas.
¿Está mal visto decir 'dostor' en vez de doctor, 'juerte' en reemplazo de fuerte o 'úrtimo' si se quiere decir último?
Un estudio realizado por los lingüistas e investigadores Edgardo Cifuentes y Gastón Salamanca concluyó que esas palabras tienen un significado del que los hablantes están conscientes.
En el documento se comprobó que "dostor" significa "médico falso o negligente", que "úrtimo" refiere a algo o alguien "vulgar (en el sentido despectivo)" o que "juerte" quiere decir "de sabor u olor intenso".
El doctor en lingüística y docente de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Edgardo Cifuentes, señaló que "hay ciertos sonidos que se producen y que para el hablante y el oyente no tienen ninguna relevancia en el significado. Si dices 'chancho' o 'shansho' es irrelevante, pero si se dice "úrtimo" en vez de "último", si hay un cambio.
El investigador añadió que "en las elisiones (cuando eliminas un sonido) tampoco hay un cambio en el significado. Por ejemplo, si se dice 'ahogao' en vez de 'ahogado', o 'apretao' en vez de 'apretado'".
Las lenguas cambian
Para Edgardo Cifuentes, el objetivo de un lingüista "no es enjuiciar a las personas o determinar si existe una forma de hablar correcta o no".
El investigador afirma que "las lenguas cambian de manera natural y es sólo eso. Te pongo un ejemplo, en castellano tenemos las palabras "cálido" y "caldo". Ambas vienen del latín"calidus". Con el tiempo se perdieron unos sonidos y la manera popular o vulgar de pronunciar "calidus" era "caldus". Significaban lo mismo, pero con el tiempo se transformaron en dos palabras totalmente distintas en castellano. Ese proceso ocurrió con muchas de ellas".
Cifuentes plantea que hay un ejemplo que siempre explica a sus alumnos: "El uso de la palabra 'nadien' todo el mundo la criticaría. Sin embargo, uno se puede fijar en la lógica. Tenemos en castellano la palabra "qué" para referirnos a cosas y "quién" para hablar de personas. Tenemos "algo" para las cosas y "alguien" para las personas. Por último, tenemos "nada" para hablar de una cosa y lo lógico sería usar "nadien" para las personas, pero se considera una forma desprolija y todo lo que tú quieras".
No obstante, el investigador enfatiza que si alguien usa una palabra considerada incorrecta "no significa que haya una falta de capacidad o de habilidad de la persona".
Mala articulación
El profesor de castellano y periodista Jaime Campusano asegura que los chilenos "no hablan mal el idioma castellano de Chile, sino que articulan pésimo. Aquello está limitado por los estratos. No podemos pretender que una persona que no ha tenido la escolaridad suficiente articule como otra que fue a un colegio pagado".
Respecto al uso de palabras como "güena" o "humirde", el docente indicó que "son ultracorrecciones que la gramática las define como formas que la gente las pronuncia según como las oye de otras personas".
El profesor Campusano puso como ejemplos "el 'dostor' o la 'dostora' se dice en todos los estratos sociales y no hay una buena pronunciación. Muchos dicen parachoque en vez de parachoques, 'juee' en vez de jueves, 'saado' en vez de sábado o 'nadien' en vez de nadie. Esto también recibe el nombre de metaplasmo, que es cuando la gente le quita, le agrega o le modifica alguna parte a una palabra".
Además, Campusano manifiesta que "México, Colombia, Perú y Bolivia tienen mejor alfabetización porque es fonética. Saben que la palabra 'mismo' tiene una ese al medio. En Chile no es así".