La joven madre que encontró la receta para elaborar comida rica y saludable
Paulette Carvajal lleva una década cocinando alimentos sanos, libres de azúcar, sal y grasas. Es autodidacta, pero participa en talleres o se devora libros que le entregan nuevos conocimientos. Su pequeña hija Violeta Paz es su escudera y la acompaña en todo momento.
Es una joven madre que desde su trinchera quiere ayudar a corregir las desigualdades sociales. Para ello, elabora una serie de productos alimenticios libres de sal, azúcar y colesterol, que fortalecen la inmunidad y, a la vez, mejoran la calidad de vida de los sanantoninos.
Paulette Paz Carvajal Fuentes (30) dio sus primeros pasos en la alimentación saludable desde muy pequeña. Además, su madre, Annette, es vegetariana de toda la vida. "Me iba todos los veranos a Linares cerca de la cordillera con mi tío Jorge, apicultor, quien allí preparaba los alimentos que consumían: leche, quesos y pan integral. Esperaba que llegara esa época para poder vivir esas experiencias que han marcado mi vida", confiesa esta joven madre y emprendedora de la alimentación saludable.
La realidad
La vida de esta llolleína es sumamente interesante. A pesar de su corta edad, cuenta con historias de crecimiento y labor social a toda prueba. A diferencia de muchos de nosotros, no usa Whatsapp y la red social Facebook la utiliza netamente como agente difusor de sus productos y para recoger los pedidos. Nada más.
En plena adolescencia dejó las comodidades del hogar familiar para conocer en carne propia las vicisitudes de la vida. Estaba convencida de que la realidad era distinta a la que veía desde la tranquilidad cotidiana. Unas amigas la alojaron en las primeras jornadas lejos de casa, mientras ella se mantenía vendiendo artesanías elaboradas por sus propias manos.
"Dejé el colegio (Cristo Rey), luego terminé la enseñanza media en un dos por uno (Francisco Bilbao), me dediqué a la artesanía y luego al pan. Siempre tuve el conocimiento que la vida no era tan linda como la veía, por eso me fui de mi hogar", explica sobre esta radical decisión a tan temprana edad.
Siguiendo su espíritu aventurero, se trasladó a Valparaíso, donde estudió un semestre de diseño y vestuario, para luego dedicarse exclusivamente a la artesanía y la elaboración de alimentos saludables. Durante ese proceso, Paulette participó durante 12 meses en un proyecto social comunitario en el sector de Laguna Verde, donde compartió ricas experiencias personales que fortalecieron sus creencias y convicciones.
"Fue una etapa linda, donde compartíamos mucho, cocinábamos en olla común, cada uno aportaba con algo, cuidábamos los huertos y el agua que la distribuían una vez a la semana. Conviví con muchos extranjeros, que es una situación habitual porque ellos están de tránsito como parte de algún viaje por el continente", comenta sobre su primera experiencia viviendo en comunidad.
De okupa al pan
Luego de su grata experiencia en Laguna Verde, Paulette regresó a la provincia acompañada de otro proyecto social que la deslumbró. Participó en la gestión y desarrollo de la escuela de artes y oficios que funcionó un par de años en las dependencias de la ex escuela Uno de San Antonio y que terminó luego del terremoto del 27 de febrero del 2010.
Perteneció al movimiento okupa por un tiempo, incluso durante sus primeros tres meses del embarazo de Violeta Paz (8). De esa época rescata que "el proyecto (en la ex escuela Uno) era muy lindo, porque consistía en recuperar un espacio que era usado para delinquir y a través de talleres entregarles herramienta y alegrías a los vecinos. Nos enfrentamos a la municipalidad porque ese territorio se quería para los estacionamientos del mall, pero conseguimos que se mantuviera su giro que es educacional. Después de su término se hicieron muchos proyectos culturales con la gente que siguió trabajando", recuerda.
En esos momentos, cuando vivía en las ex dependencias del recinto educacional del cerro Alegre, recibió la visita de funcionarios del programa Puente que la invitaron a participar y postular a una serie de proyectos que le permitieron formalizar su emprendimiento alimenticio, que es sumamente conocido en la red social más utilizada como Duendecitos y Hadas Alimentación Saludable.
"Me gané un par de Fosis para comprar el horno y otros productos que me ayudaron a iniciar el negocio. Mi fuerte son el pan integral, con distintos sabores, también la venta de huevos de gallina libre, los quesos Los Radales -premio nacional al mejor queso mantecoso del 2018-, aceites de coco, mantequilla de maní y bolitas de avena con dátiles (frutos secos dulces).
Justicia social
Como una luchadora empedernida, su vida está marcada por ciertos hitos. La elaboración de pan integral y de otros productos sanos viene a ser como su forma de trabajar por una justicia social.
"Aprendí a hacer pan en los veranos con mi tío. Con mis hermanas vendíamos en el colegio para hacernos unos pesos para comprarnos cosas, pero no fue hasta después que fui madre que me dediqué a esto como una especie de profesión. Practico lo que se llama el comercio justo, no cobrar más allá de lo que cobra el productor, mantener los precios bajos alcanzables para todos, siempre pensando como cuando vivía de okupa y de la artesanía, porque costaba tener tus cosas. La venta de estos productos es básicamente por eso, buscando una justicia social porque en un principio sólo la gente acomodada podía tener acceso a una alimentación completamente saludable. Hoy la realidad es otra y existen muchas alternativas para que la gente se alimente mejor y sano. Tengo clientes que son niños, adultos, de distintas edades y estratos que buscan comer saludable y bajar de peso", afirma.
-Su hija es una fiel colaboradora suya.
-Ella me acompaña en todo, somos las dos. Va conmigo todos los días que hago las entregas y luego vamos a sus talleres. Desde chiquitita me acompañó, así puede ver por sus propios ojos cómo funciona el mundo y la injusticia que existe en la calle. No puedo estar lejos de ella, siempre hemos sido las dos para todo.
-¿Qué tan difícil fue emprender siendo recién mamá?
-Tuve el apoyo de mi familia cuando nació mi hija. Llegó un mes antes del terremoto del 2010 y lo más difícil era moverse con el carrito de las ventas, con el coche y la guagua. Había problemas para tomar locomoción y también para ingresar a vender a bancos y edificios porque no te permitían el ingreso. Fue complicado en un principio pero me fui haciendo de clientela y los productos fueron gustando.
-Le costó mucho ingresar al mundo digital, considerando que prefieres trabajar en silencio...
-No tengo Whatsapp porque no me interesa y abrí un Facebook solamente para promocionar lo que hago, mis productos y los talleres de alimentación saludable que realizo mes a mes y que retomaré a contar de agosto con desayunos y colaciones saludables para que las mamás cuiden a sus hijos y les enseñen lo bueno que es comer avena, chia y alimentos sanos en general.
Al cierre de esta entrevista Paulette se encontraba en su hogar de Tejas Verdes produciendo con maestría sus alimentos sanos, siempre en compañía de su pequeña Violeta Paz. Cada preparación la realiza con el mismo cariño, buscando así contribuir a mejorar la calidad de vida y a tener una sociedad mejor y más consciente de que la clave está en alimentarse bien y sano para prevenir las enfermedades.
Los interesados en contactarla deben visitar su perfil de Facebook Duendecitos y Hadas Alimentación Saludable.