Integridad pública
Es de común conocimiento que estamos viviendo -y no solo en Chile- un deterioro en la confianza de nuestras instituciones. Como botón de muestra, según cifras del 2017 sólo el 6% de los chilenos tienen "mucha" o "bastante" confianza en el Congreso, un 11% en el Gobierno y un 12% en los Tribunales de justicia (CEP). Por donde se le mire, paupérrimo.
Soy de la idea de que es mejor prevenir que lamentar, trabajar en la prevención es más eficiente que en la sanción o posterior solución. En este sentido, y teniendo en cuenta los números que avalan la desconfianza en las instituciones, creo que es una potente señal de responsabilidad del Gobierno el proyecto de Integridad Pública que éste impulsa. El espíritu de promover la meritocracia antes que el lazo familiar es clave para recuperar las confianzas y caminar hacia una democracia sana, así como también fortalecer la integridad en la labor parlamentaria y regular el traspaso del empleo público al privado y viceversa. El Gobierno tiene un importante desafío por delante y el sistema democrático se verá ampliamente beneficiado de este esfuerzo.
Caval... más vivo que nunca
Claramente con la última condena de la nuera de nuestra ex Presidenta Bachelet en el Caso Caval, esta historia no se acaba.
El fiscal Sergio Moya no descarta abrir nuevas investigaciones por delitos que habrían surgido en declaraciones del ex socio de Natalia Compagnon. Es de esperar que alguna vez en nuestro Chile, quienes usan y abusan del nepotismo, de información privilegiada y de sus círculos íntimos de poder para su beneficio personal y familiar, enfrenten de verdad la justicia y paguen debidamente sus deudas con la sociedad y no como ha sido una costumbre hasta hoy, que siempre terminó "pagando Moya" o en último caso mandan a los corruptos y coludidos condenados a sendos cursos de ética, manualidades y de buenas costumbres... con horario a elección y pagados por todos los chilenos.
Renata García
Luis Enrique Soler Milla