Rosa Castro (54) y su hija Selanch Villancura (20) reaccionaron con extrañeza cuando se enteraron de un bazar que funciona al interior del Centro de Cumplimiento Penitenciario de la comuna de San Antonio.
"Yo visito a un vecino que se encuentra en la cárcel de San Antonio y es amigo de la familia. Resulta que muchas veces queremos llevarle azúcar y solo nos reciben un poco, con suerte un cuarto. Le queremos llevar mate y no nos dejan", aseguró la mujer.
La mujer cree que "eso lo hacen en Gendarmería para que los internos compren en el negocio o bazar que hay dentro de la cárcel".
"Solo puedo llevar alimentos cocidos, porque adentro no tienen donde cocinar. Además me dicen que pasa frío en las noches y cuando uno le lleva frazadas, te dicen que hay que hacer un escrito, pero después al final no lo dejan pasar, pese a que pasan frío".
Selena Villancura detalla que en varias ocasiones "hemos intentado llevar yerba mate y no la reciben, pero sí podemos dejarles dinero a ellos para que compren adentro".
"Resulta que este amigo de la familia me arrendó la casa, entonces cuando voy a verlo le paso una parte de la mensualidad para que pueda comprar, porque lo que nosotros le dejamos no le alcanza para nada. Además tenemos que pensar que hay muchos reclusos que no reciben visitas de nadie, entonces los reos comparten lo que tienen y les duran menos los alimentos", agregó la madre de Villancura.
Castro expresó que aburrida de esta situación ha intentado obtener alguna audiencia con el alcaide del centro penitenciaro; sin embargo, "cada vez que voy, los días que el alcaide recibe a la gente, me dicen que ya se acabó el tiempo y no puedo hacer la denuncia con él".
"A veces creo que hay un abuso de poder", manifestó Castro.
Almacén
Desde Gendarmería y a través de un comunicado confirmaron que existe un almacén al interior de la cárcel de San Antonio con el objetivo de evitar el mercado negro.
"La administración de los economatos que funcionan al interior de los establecimientos penitenciarios del país fue creada en 1956 por decreto del entonces Ministerio de Justicia, teniendo por finalidad que la población penal pueda comprar alimentos o utensilios de primera necesidad, además de desincentivar la posible existencia de un mercado negro por parte de los recluidos. Estos economatos no poseen fines de lucro y en ellos pueden trabajar internos condenados", describe la institución.
Además puntualizó que "a la unidad penal se pueden ingresar los siguientes alimentos por visita: 2 sándwiches por persona, 1 porción de comida, 1 bebida de litro y medio como máximo, 1 bolsa de galletas de tamaño pequeño y 1 snack de tamaño pequeño.
"A estos productos se suma la autorización para ingresar elementos de aseo, tales como: jabón líquido, shampoo, crema corporal, pasta y cepillo dental, desodorante en barra (sin alcohol), máquina de afeitar y papel higiénico", complementaron.
Respecto a la negativa de una audiencia para Rosa Castro, explicaron que hoy la recibirán a contar de las 10 de la mañana para aclarar sus dudas.
Crónica
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