Trabajadora denuncia que su ex empleador le exige devolver la mitad de su indemnización
Fabiola Astorga señala que la caja de compensación donde trabajaba la demandó para que restituya un monto extra de su finiquito, que recibió en 2013 porque "fui víctima de acoso sexual y laboral". Desde la institución aludida respondieron que serán los tribunales de justicia los encargados de pronunciarse respecto al caso.
En febrero de este año, Fabiola Astorga Zúñiga (31) se enteró de una noticia que, según ella, "volvió a abrir una gran herida del pasado".
"El 26 de febrero recibí una notificación de una demanda de mi ex empleador, la Caja de Compensación Los Andes, donde trabajé desde 2010 a diciembre de 2013, cuando me fui tras un acuerdo económico por haber sido víctima de acoso sexual y laboral por parte de un ejecutivo de rango superior", cuenta Astorga.
En dicha demanda, que está en el 1° Juzgado Civil de San Antonio, "solicitan que les devuelva la mitad del finiquito (que corresponde a $2.678.154), porque según ellos me pagaron voluntaria y erradamente una indemnización que no correspondía".
El relato
Todo ocurrió a mediados de 2013, cuando ella tenía 25 años y se desempeñaba como ejecutiva de atención de empresas en la sucursal sanantonina. "Vivía sola y un día a las 8 de la noche sentí que me golpeaban la ventana de mi casa. Cuando salgo a ver, era mi jefe. Le pregunté qué hacía ahí, porque no teníamos una relación cercana ni extra laboral, de hecho nunca había ido a mi casa. No le abrí la puerta y desde ahí todo fue muy distinto".
Según Astorga, "comenzó a mandarme mensajes por WhatsApp subidos de tono, que yo encontraba ultra desubicados. Era muy difícil para mí responderle mal porque era mi jefe. Como no le contesté nada, comenzó a acosarme laboralmente, a presentarme cartas de amonestación y aumentarme la carga laboral".
A sus superiores
Tras estas situaciones, la joven asegura que informó a sus superiores lo que ocurría. "Era chica y tuve que armarme de valor para enfrentar a un gerente zonal que me ofreció dinero para que me fuera de la caja y me dijo 'como eres estupenda, debes asumir que estas cosas te van a ocurrir siempre'. Después tuve que enfrentarme a la gerencia de Recursos Humanos, donde comenzaron una investigación porque era mi palabra contra la de él. Nunca fui la víctima, siempre fui una molestia para ellos".
Sobre este periodo, recuerda que "fue sumamente difícil. Me tomé una licencia siquiátrica, estaba mal y sin ganas de estar ahí con la persona que me acosaba, a la que nunca sacaron de su puesto de trabajo".
"En un momento, me llama el gerente de Recursos Humanos, y me señala que el proceso estaba complicado y que, si quería irme, me ofrecían pagar una indemnización por lo que había pasado y para costear el tratamiento siquiátrico que me estaba haciendo. Estaba tan mal y débil que acepté la negociación y me fui de la caja".
Sostiene que "lo único que me pidieron es que yo no hiciera público el caso, porque había ido la Inspección del Trabajo. Yo no tenía fuerzas para hacer público nada en ese momento".
Tras salir de la empresa, "me pude mejorar, terminé mi carrera (Kinesiología) y ahora trabajo de manera independiente. Después de esa experiencia nunca más quise trabajar apatronada, no quiero encontrarme de nuevo con otro jefe hombre".
-¿Cómo recibió la noticia de la demanda?
-El 26 de febrero recibí la notificación. El 5 de marzo caí con una convulsión al hospital y de ahí estuve dos meses hospitalizada, porque se me inflamó el cerebro (encefalitis autoinmune) y quedé con una epilepsia de por vida, que no sabemos bien de dónde viene. El impacto fue grande. Para mí era una etapa cerrada y no esperaba tener que recordarla.
La defensa
El abogado Rodolfo Torrealba, representante de Astorga, señala que "resulta extrañísimo que a una caja de compensación - que recibe dinero del Estado por asignación familiar-, se le pase en un caso un par de millones (de pesos), porque esas platas tienen control de Contraloría, contabilidad y otros organismos. ¿Cómo pasan cuatro ejercicios contables y recién en 2017 se dan cuenta de que les faltaba ese dinero?".
A causa de esto, asevera Torrealba, "dimos cuenta a la Seremi del Trabajo, que ofició a la Superintendencia de Seguridad Social por este caso".
Torrealba indica que "en la demanda no hay ninguna explicación que señale de dónde proviene este pago, que ahora están solicitando reintegrar. Eso nos obliga a exponer la razón de este pago, que fue un arreglo de mutuo acuerdo entre las dos partes por el acoso sexual que sufrió mi clienta".
"A una mujer no se le hace eso y menos una caja que debe velar por el bienestar de los trabajadores", sentencia.