50 años juntos: su amor emigró de San Antonio a Nueva York
Ambos crecieron en el sector Hospital y hace 25 años volaron a Estados Unidos. Acaban de cumplir cinco décadas de matrimonio.
A los 14 años, Héctor Valdebenito jugaba con sus amigos en la cancha del equipo de sus amores, el Club Deportivo Unión Católica. Entre las jóvenes que miraban el partido estaba Angélica Medina. Ahí tuvieron su primer flechazo. Fueron pololos tres años y el 26 de julio de 1968 se casaron. El jueves pasado, 50 años después, celebraron sus bodas de oro en Nueva York.
Fue uno de los siete hermanos de Héctor el que primero emigró a Estados Unidos. Con los años, toda la familia se dejó seducir con el sueño americano. También lo hicieron Héctor y Angélica, que volaron en 1993, con sus tres hijas, hasta Nueva York, y allí se quedaron.
la llegada
"Cuando llegamos algo sabíamos de inglés, pero fuimos aprendiendo más acá", recuerda el oriundo del sector Hospital de San Antonio.
En Nueva York, el matrimonio llegó a vivir con la familia Valdebenito, que ya era residente. Héctor dejó atrás su trabajo como portuario, donde llegó a ser dirigente de Agunsa. Como muchos migrantes, en EE.UU. empezó trabajando en jardines, también se desempeñó en la construcción y pintando. Mientras que Angélica encontró un puesto en Marvin, una joyería de Nueva York. Allí reparaba anillos y hacía collares.
"La diferencia en cuanto a empleo entre Estados Unidos y San Antonio es que aquí sí que se trabaja, no regalan la plata. Todo tiene que hacerse perfecto. Los gringos son exigentes y acá el patrón tiene la razón, nada más, y ahora con Trump más todavía", comenta Valdebenito a través del teléfono desde Norteamérica.
Ser inmigrante
Hay una gran comunidad de chilenos en Nueva York y aún más grande de inmigrantes latinos. Después de largos años en el país, estos sanantoninos son ciudadanos americanos, al igual que sus tres hijas y cinco nietos. Sin embargo, ellos conocen por experiencia propia, como es ser inmigrante en EE.UU., es por eso que critican el actuar del Presidente Donald Trump.
"Es una locura de este gallo. Sin los inmigrantes EE.UU. se va a ir para abajo. ¿Cuándo el gringo va a cortar el pasto, pintar o lavar loza? Trump está echando inmigrantes que son buenos para trabajar. Los gringos no se ensucian las manos, son inútiles", afirma Héctor.
El secreto
En una época en que proliferan los amores pasajeros y el matrimonio está en vías de extinción, los 50 años juntos de esta pareja son excepcionales. Según Angélica, el secreto para permanecer unidos está en tener "paciencia nomás, y ya no me queda mucha", dice dejando traslucir su sentido del humor. Para Héctor, la clave para su duradera relación está en "hacerse el hueón nomás".
Ambos están jubilados y dicen que allá las pensiones sí alcanzan para vivir.
Después de décadas de arduo trabajo, ahora tienen tiempo para dar paseos y se dedican al cuidado de sus nietas más pequeñas. Su departamento está en Far Rockaway, pero todos los días llegan hasta Lynbrook, donde vive el resto de la familia. "A las nietas las esperamos al salir del colegio. Acá es medio difícil para los niños, así que las tratamos de cuidar. Los otros nietos mayores ya estudiaron, uno es abogado y otra diseñadora gráfica", afirma ella.
Nostalgia
"Salimos a caminar, a andar en bicicleta. Pero no es como en Chile, donde uno va a visitar a la familia", comenta Angélica, la única de sus hermanos que emigró. "Me cambió harto la vida. En Chile no salía nunca sola, pero al final acá me acostumbré con mis hijas".
La pareja viaja todos los años a San Antonio, y también lo harán en diciembre próximo. "Cuando estoy en Chile, los viernes voy a jugar a la pelota, nos juntamos los mismos que jugábamos cuando éramos lolos y, lo mejor, es el asadito que viene después de los partidos".
1993 Héctor y Angélica llegaron a a Nueva York, Estados Unidos.
16 años, tenia Angélica Medina cuando se casó con Héctor Valdebenito.