Ángel Parra Sepúlveda, profesor, pensionado, municipalizado y a quien tuve el honor de conocer hace unos meses, citaba ayer (lunes) versos referidos al sufrimiento de los obreros del salitre y los comparaba con la espera, la postergación y la pobreza a la que fueron y siguen siendo sometidos las profesoras y profesores jubilados del país. Su llamado es claro, nos invita a la conciencia y al cambio de esta situación.
La carta de don Ángel no es una acción aislada, el último jueves de cada mes profesores y profesoras se reúnen a exigir el pago de la deuda histórica. La postal es brutal, quienes entregaron sus vidas a la enseñanza, a la educación, sólo han encontrado portazos a sus legítimas demandas. La dignidad que todos quisiéramos en la vejez, luego de una vida de trabajo, se avizora lejana, sin embargo, para lograr lo esperado ganar conciencias se vuelve clave, y con acciones como las citadas más nos convencemos de la necesidad de responder a estos hechos.
Camila Rojas Valderrama
Diputada Frente Amplio