Ante el revuelo generado por los resultados de la investigación del obispo Scicluna, enviado especial del E.H. Francisco, sobre las persistentes acusaciones al obispo Barros de encubrir los abusos cometidos por el cura Karadima -ya sentenciado canónicamente-, el 19 de abril pasado el cardenal Ezzati dijo: "Yo no soy juez para decir si él encubrió o no, pero sin lugar a dudas, por el bien del pueblo de Dios, debe estar dispuesto a renunciar". Junto a los otros 31 prelados, convocados todos al Vaticano en mayo, presentó su renuncia y ésta -sin especificar razones- le fue aceptada, como también las de otros dos: Caro y Duarte -ajenos al caso puntual-, según lo comunicó la Nunciatura Apostólica el 11 de junio.
Si bien no hay absolución o condena todavía, ¿debería él estar dispuesto "a priori" a ratificar su renuncia ante Francisco considerando al efecto que ha sido llamado a declarar como "imputado" el 21 de agosto en curso por el fiscal de Rancagua en otro bullado caso de abusos que se investiga penalmente, y ello sea tanto "por la Iglesia", como "por el bien del pueblo de Dios?"
Atentamente,
Jorge Saavedra Moena