Heine Mix: "Como no soy creyente, le escribo a Francisco, el hombre"
El dramaturgo y poeta presentará su libro "Carta a Francisco, Papa" este viernes a las 19.00 horas en el Centro Cultural Espacio Rossi de Cartagena.
Catalina Araya Godoy - Catalina Araya Godoy
A sus 84 años Heine Mix vive en el sector La Capellanía de Cartagena. A los pies del cerro donde se ubica su modesta vivienda, el brillo de la ciudad se difumina, y en el cielo resplandecen las constelaciones.
La falta de transporte público pasadas las 19 horas lo mantiene alejado de la luces porteñas. Acompañado de sus perros, sus libros y las estrellas, este artista ha continuado su producción creativa.
Este viernes, en una actividad organizada por Bernardo Álvarez del Centro Cultural Espacio Rossi y Carmelo Guerra del Laboratorio Escénico Teatro, Testimonio y Memoria (Lettm), Heine Mix vuelve a la escena cultural con la presentación de su libro, "Carta a Francisco, Papa".
Heine Mix, representa la memoria viva de una época donde se revolucionó el arte chileno. Fue parte del movimiento que comenzó a hacer presentaciones teatrales en poblaciones de Santiago. Más tarde, creó la carrera de instructores teatrales en la Universidad de Chile, cuyas clases se dictaban en horario vespertino para que los obreros pudieran formarse. Dirigió puestas en escena con mineros de Chuquicamata y Lota. Fue protagonista durante el gobierno de la Unidad Popular, amigo de Víctor Jara y Pablo Neruda. Salió de Chile en 1974. Desde el exilio continuó utilizando sus armas creativas, educando a varias generaciones de artistas.
Carmelo Guerra, del Lettm, comentó que "en este mundo alienado la gente no hace mucho este tipo de reflexiones críticas. Creo que hay que poner en valor su lucidez como intelectual y el hecho que viva en Cartagena. Él fue protagonista de un proceso histórico en Chile que marcó el presente. Me parece nefasto el abandono que vive, que es un rebote del mismo proceso de dictadura y postdictadura y que deja en evidencia también el trato a los adultos mayores".
Libro
En "Carta a Francisco, Papa", Heine Mix, apela a un hombre en el que percibe una inédita postura para su investidura. Desde la perspectiva del dramaturgo, el retorno al ritmo cíclico de la naturaleza es una salida a la usurpación nefasta del capitalismo en el planeta. El autor, se inclina en estos días por la filosofía del buen vivir de los pueblos indígenas, como la manera más equilibrada de coexistir entre las personas y el medio. Sus experiencias teatrales con diferentes comunidades: mapuche, quechua (Perú), otavaleña (Ecuador) y shuar (Amazonia), marcaron profundamente su propia cosmovisión.
-¿Cuál es la importancia que tiene para usted transmitir el mensaje de esta carta?
-No es tanto mi interés en que efectivamente la carta llegue a Francisco y la lea. La escribí en el 2015, considerando el calentamiento global y sus consecuencias, para enseñarle a las personas la historia de este continente, cómo llegamos hasta la situación actual. Para mí, lo importante es que la gente se entere qué significan las culturas ancestrales. En el texto, hablo del derecho natural y de quien lo aprovechó mucho: Bartolomé de Las Casas. Él fue precursor de los derechos humanos, decía que un hombre no puede ser dueño de otro hombre. En América, en 1492, los habitantes no eran considerados seres humanos, sino que animales. Recién en 1537, el papa Paulo III publicó la bula Sublimis Deus donde dictaminó que los habitantes del continente tenían alma y por ende, eran humanos. Por otro lado, en el texto, enfatizo en la certeza que la tierra, el agua y el aire, son bienes alodiales. Es decir, no pueden pertenecer a nadie. Pero Chile es el único país del mundo que tiene privatizada el agua, mientras que en Bolivia cuando la quisieron privatizar hicieron una tremenda lucha para evitarlo.
Natural
"Planteo un retorno a la naturaleza. Allí donde vivo, cuando apago la luz, puedo mirar el cielo y ver cómo se renueva la noche. Observo la Vía Láctea, hasta como las dos o tres de la mañana. Cuando me voy a acostar, aparece la Cruz del Sur y una constelación a la que yo llamo el pavo real. Es muy hermoso. Yo no soy creyente, para mí el dios es Inti o Antu, porque gracias al Sol es que podemos vivir todos, pero estoy interesado en lo que ha ocurrido con Francisco porque veo que este hombre se da cuenta", aseveró el dramaturgo.
-¿Qué significa para usted presentar un nuevo libro después del tiempo que llevas alejado de la escena pública?
-Para mí ha sido muy difícil. Antes de conocer a Bernardo y al Carmelo, ya habían aparecido otros 'chascones' diciéndome lo vamos a lanzar aquí o allá y nunca había pasado nada. El mundo no se cambia por usar los pantalones abajo, primero hay que aclarar bien la mente, saber cuál es el rol que a uno le toca jugar. Yo no busco a nadie, me subo a la micro y le hablo a la gente que se sienta a mi lado.
Hace como tres años estaba en la plaza de Cartagena, era verano y de repente aparece este joven grande, Bernardo. Se acercó a mí y conversamos. Me contó que era arquitecto. Tiempo después conocí a Carmelo y él me habló del Laboratorio Escénico de Teatro, Testimonio y Memoria. Ahora estoy colaborando con esta incitativa.
Hasta ahora he vendido solo unas pocas copias de mi libro. En el supermercado de Barrancas, hay un local de diarios y yo me pololeo a la mujer que vende allí. Le dejé como cinco y los vendió. También la señora Eli de la plaza de Cartagena me vendió algunos libros.
-¿Cómo logró editar el libro?
-Descubrí un local en San Antonio, en la calle Centenario, yo iba para allá a imprimir mis boletas cuando trabajaba a honorarios. El dueño del local es chileno español, comenzamos a hablar de España, donde viví por varios años. Un día le comenté que tenía ganas de publicar y le llevé una copia. Le gustó y me dijo que por 150.000 pesos podría publicarla.
Ese mismo día cuando regresaba, cerca de la oficina de Turismo me encontré con el concejal Maximiliano Miranda, que estaba con su secretario. Le comenté de la publicación y él preguntó a su secretario: "¿tenemos algo en caja?" y luego me dijo "Heine, cuente con 50 mil pesos". Los cien mil pesos restantes los junté ahorrando. Como a mí no me interesa ser gordo, como un día sí y otro no. El español me ayudó con la transcripción del texto, que yo había redactado a máquina de escribir. Imprimimos doscientos ejemplares.