La historia del "hachazo" que estremeció el albergue
Por primera vez se activó el Código Azul en la provincia, lo que permitió dar refugio a cuatro personas en situación de calle.
Ayer a las 13 horas culminó la activación del Código Azul en la provincia de San Antonio, por las bajas temperaturas que se registraron durante la tarde del reciente sábado y la madrugada del domingo.
Debido a la entrada en vigencia de este mecanismo, se abrieron las puertas de la escuela San José de Calasanz como refugio, hasta donde la tarde del sábado, llegaron autoridades locales y el subsecretario de Servicios Sociales, Sebastián Villarroel, para recibir a las personas en situación de calle que necesitaban abrigo y comida.
El recinto ubicado en calle Luis González recibió a cuatro personas que durmieron en cómodas camas y abrigados para hacerle frente al frío que se dejó sentir en la madrugada del domingo. Una de ellas fue el pescador José López (53) quien generalmente pernocta en el sector del terminal de Barrancas.
"Yo soy del sector de Cementerio y me muevo por el centro o Llolleo. No he salido a la mar en los últimos días. No he podido", cuenta luego de haber tomado un té y comido un pan de desayuno.
"Yo ayer (sábado) llegué como las 9.30 acá al albergue y dormí súper bien. Comí, tomé tecito y me quedaré a almorzar hoy (ayer) antes de irme", manifiesta, mientras cuelga su ropa para que se seque con los tímidos rayos de sol que poco calentaron ayer.
Allí en el patio del establecimiento cuenta que se fue a Ancud a vivir por cinco años. De esta ciudad sureña se despidió triste y sin un ojo. "Mi esposa tenía un padrastro. Nunca conoció a su verdadero papá. Yo siempre tuve problemas con el padrastro de mi esposa, porque él quería que le llevara vino y yo no quería. En una ocasión llegué a la casa y me dijeron que le tenían una sorpresa a mi esposa. En eso mi suegro me empezó a insultar porque no traje vino. Nos agarramos a pelear y desperté seis meses después en el hospital".
Antonio contó que "esa noche había llegado a la casa el verdadero papá de mi esposa. Esa era la sorpresa. Conocía a toda la familia menos a mí, entonces cuando vio que había dos tipos peleando, que era yo y el padrastro de mi señora, y como no me conocía me pegó un hachazo. Después desperté en el hospital. Me recuperé y me vine a San Antonio y aquí estoy", contó en la escuela San José de Calasanz, mientras espera el almuerzo para otra vez volver a la calle.
Solange Toro, encargada del cierre del albergue, manifestó que "la noche estuvo tranquila y en la mañana se fueron tres de las cuatro personas a trabajar. Se les entregó almuerzo y ropa a todos los que llegaron".
13.00 horas se cerró el albergue habilitado en la Escuela San José de Calasanz.