Rodrigo Ogalde

Jorge Ambrosetti, presidente de la Agrupación de Jibieros de San Antonio, y el líder de la Federación de Pescadores Artesanales Nuevo Amanecer, Miguel Ángel Hernández, admiten que están más que preocupados porque la ausencia de jibia en las costas, registrada desde julio pasado, ha generado una nueva crisis para el sector.

"La mayor parte de los pescadores sale a pescar y vuelve sin nada, a eso se le llamamos palomos y ahora vemos palomos todos los días; no tenemos retorno de la bencina que se gasta en el viaje", afirma Ambrosetti.

Además, resalta el timonel de los jibieros, este año la temporada de jibia se redujo a dos meses y medio, lo que antes era de hasta cinco meses. "Eso es puro porque se metieron los barcos que se comieron todas las jibias chicas en enero", denuncia al señalar que también que hay artesanales de otras zonas que usan redes de enmalle, con lo que también aniquilan dicha especie.

Así las cosas, dice Ambrosetti, la falta de ingresos "ya tiene a los pescadores muy encalillados y ninguna empresa toma en cuenta eso a la hora de cobrarles".

"Queremos que el Gobierno se ponga una mano en el corazón y cree un plan social para nosotros, sobre todo para parar los créditos en los bancos y ayudar a los más vulnerables", declara el líder jibiero

Veda

Miguel Ángel Hernández explica que en septiembre además rige la veda de la merluza, lo que, según él, no es respetado por los pescadores de la Región del Maule, que igualmente extraen ese recurso y dan forma a un mercado de pesca ilegal.

"Le pedimos una reunión al alcalde de San Antonio, Omar Vera, para informarle de la crisis social que han provocado el retiro de la jibia y la veda de la merluza en Puertecito", expresa Hernández.

También esperan ser escuchados por los parlamentarios de la zona, la gobernadora provincial de San Antonio, Gabriela Alcalde, y el intendente Jorge Martínez, para que se forme conciencia respecto de los efectos que la compleja situación implica no solo para los mil pescadores que "están parados" si no que también para otras dos mil personas cuya economía diaria está ligada a la actividad pesquera.

Como siempre, los dirigentes recalcaron que están en alerta y no descartan movilizaciones.