Esta semana no había clases, pero los alumnos de la escuela Padre André Coindre de Bellavista vistieron sus uniformes para acudir hasta la entrada del establecimiento educacional.

Desde allí, más de un centenar de niños junto a sus padres, esperaron portando globos de colores el carro fúnebre para despedir a la querida profesora Claudia Nilo Vásquez, quien falleció repentinamente el martes producto de una hemorragia cerebral. Tenía 36 años.

Una agresiva leucemia habría desencadenado la inesperada muerte de la profesional, que recién hace pocas semanas comenzó a sentir malestares de salud.

"La tía Claudia era muy alegre. Siempre nos saludaba y nos dejó muchos recuerdos por lo buena que era. Siempre la recordaremos", comentó Millaray Tobar, alumna de séptimo básico de la Padre André Coindre.

Muy conmovida también estaba la inspectora del establecimiento, Patricia Vega, quien ayudó a organizar a los niños que llegaron ayer hasta el colegio.

"La Claudia era una princesa en el colegio. Todo el mundo la quería. Yo estoy muy triste, porque era una muy linda persona que se ganó el cariño de los niños, los apoderados y los colegas. También era la regalona del director. Ella siempre se esmeró por los niños, porque todo saliera bien. Nunca nos esperamos un desenlace así tan repentino", comentó la inspectora, sin dejar de sollozar.

Daniel Silva, jefe de la Unidad Técnico Pedagógica (UTP) del colegio, reflexionó sobre el difícil momento que deberá enfrentar el plantel una vez que regresen a clases sin la presencia de la querida maestra. "Como institución estamos consternados, golpeados, porque es muy difícil sobrellevar la pena que significa la partida de Claudia. Estamos acá despidiéndola, pero para nosotros será un proceso largo. El lunes volvemos a las aulas y no solamente tenemos que consolarnos entre nosotros; trabajamos con niños, y tenemos que explicarles a ellos lo de su partida. Sin duda esa será una de las tareas más difíciles que nos deja, pero somos educadores y tenemos que formar personas para la vida".

José Moya, director de la escuela, explicó el impacto que la muerte de Claudia generó en todos los integrantes de la comunidad educativa. "Para nosotros han sido momentos muy difíciles de superar, porque nunca se espera la muerte tan rápida de una profesional tan joven... Una enfermedad que aparece de forma tan violenta y no pasan ni tres semanas para que ocurra todo esto (su deceso)", dijo.

Placilla

El manto de tristeza también inundó al sector del cerro Placilla, de donde era originaria la joven docente.

A las 10 horas de ayer estaba fijada la misa fúnebre en la capilla San José Obrero. Hasta allí acudieron cientos de personas entre familiares, amigos, vecinos, colegas y conocidos de Claudia que debieron esperar afuera del recinto que desbordó su capacidad.

La ceremonia se extendió hasta pasadas las 11 de la mañana para continuar con el cortejo que se dirigiría hasta la escuela Padre André Coindre.

Posteriormente, los restos de la profesora fueron trasladados hasta el cementerio Parque del Sendero de Llolleo en medio de una larga fila de vehículos que se sumaron a la emotiva despedida.

Acongojado por una inmensa tristeza, Pablo Nilo Vásquez, su hermano menor, agradeció todas las muestras de cariño que recibió su familia en estos duros momentos. "Solo agradecer a toda la gente por todo el amor que le dieron hoy. Estoy muy orgulloso de mi hermana. Fue una muy linda despedida, como ella se lo merecía", destacó.

11.30 horas pasó el féretro de la profesora por la escuela Padre André Coindre, en Bellavista, donde cientos de alumnos, apoderados y docentes le rindieron un último homenaje.