La última maniobra sobre el "Mirlo" del Capitán Chichi
Tras medio siglo de oficio, Sigifredo Ojeda realizó ayer en la bahía de San Antonio un simbólico viaje en donde fue homenajeado por su incansable labor como capitán de remolcadores.
La mañana de ayer no fue una más para el querido capitán de remolcadores Sigifredo Ojeda Cortés, conocido por todos en el puerto como "Capitán Chichi". Antes de las ocho de la mañana, ya estaba despierto atendiendo el llamado del comunicador Luis Valderas, quien lo entrevistó para su programa en radio Chilena FM.
Tras levantarse y tomar desayuno en su hogar que se encuentra en Colinas del Mar, bajó al sector de Puertecito acompañado por dos colegas que conoció a lo largo de medio siglo trabajando sobre los remolcadores.
La cita era a las once de la mañana, y el "Capitán Chichi" llegó puntual. Vestido con chaqueta negra y su gorra de capitán de barco, Sigifredo Ojeda comenzó la última rutina antes de jubilarse de un trabajo que realizó siempre con pasión y dedicación.
En Puertecito, cuando la mañana era fría y la primavera destacaba por su ausencia, un bote zodiac fue en busca del homenajeado. Ya con su chaleco salvavidas color naranja bien firme en su cuerpo, el "Capitán Chichi" junto a los demás tripulantes tomaron rumbo hacia el sector donde se encontraba el remolcador "Mirlo".
Es precisamente en esta embarcación donde Sigifredo pasó 30 años trabajando para la empresa Saam. A sus 67 años de edad (24 de enero de 1951), el querido "Chichi" tuvo que ponerle punto final a su trabajo como capitán de remolcadores debido principalmente a un problema de salud que se le desencadenó durante el pasado 8 de septiembre, cuando tras visitar a su hija en Villa Alemana, sufrió un accidente vascular encefálico leve que encendió las alarmas, ya que hace dos años había sufrido algo similar.
El doctor que lo atendió le dio seis meses de licencia y fue así que poco a poco el retiro comenzó a vislumbrarse en el horizonte de don Sigifredo.
"Estoy con pena la verdad, pero ya hay que dar un paso al costado para que sigan los jóvenes. Ese es el mensaje que me gustaría dejar. Ojalá los nuevos capitanes de remolcadores enseñaran y siguieran este legado", afirma de entrada el querido capitán, quien con su risa fácil y su alegría dejó una imagen imborrable entre sus colegas y compañeros de faenas.
El sanantonino José Dequero (69) fue uno de los que quiso acompañar al "Chichi" durante su última maniobra sobre a bordo "Mirlo". Jubilado como marino mercante, conoce hace más de dos décadas a Sigifredo. "Lo conozco hace más de veinte años y quise acompañarlo en este nuevo viaje que emprenderá al retirarse. Llegué a trabajar con él a un remolcador chiquitito, donde yo me desempeñaba como marino. Ojalá que este cambio de trabajo sea mejor para él, sobre todo por el tema de su salud, así que solamente desearle buenos vientos para el capitán Chichi", afirmó.
Lleno de homenajes
Fueron justamente algunos de sus colegas quienes el viernes pasado le hicieron una pequeña celebración para despedirlo de su trabajo. Además, a fines de septiembre, también recibió el cariño de Jaime Oyarzún, quien junto a su señora organizaron una cena en la que le regalaron un reportaje del "Capitán Chichi" que fue publicado en Diario El Líder y que ellos enmarcaron y le pusieron una placa recordatoria.
"Me emociona que me hagan estos homenajes y saludos. El viernes pasado me hicieron una despedida los amigos en la casa de José Dequero, en donde llegaron personas que trabajaron en remolcadores, patrones, motoristas y la verdad es que compartimos muchas anécdotas", afirma entre risas don Sigifredo, quien recibió de parte de sus amigos un cuadro que seguramente ocupará un lugar especial en su casa de Colinas del Mar que comparte junto a su esposa, la sanantonina Susana Briceño, con quien lleva más de 20 años de amor y entrega. "Es un cuadro hermoso, así que capaz que me lo lleve hasta la tumba", agrega lleno de humor.
-¿Cómo ha sentido estos días capitán en los que está retirándose de su trabajo de toda la vida?
-Estoy contento dentro de todo, ya que había cumplido mi etapa como capitán. Así que por la salud también, ya que la idea es que no me enferme más y no sufra de nuevo un accidente vascular encefálico. Este oficio tiene mucho sacrificio, ya que estamos 24/7 como se dice, atentos al llamado para estar a bordo. La trasnochada, el estrés, todo eso se va juntando. Pero para qué andamos con leseras, yo lo pasaba bien y disfrutaba de todas las maniobras que me tocó realizar. Creo que la decisión de dejar esto hasta acá fue bien tomada y acertada.
-¿Y que le hagan tantas celebraciones y homenajes cómo lo toma?
-Es algo muy lindo. Era algo que no me lo esperaba, ni siquiera lo que me hicieron mis amigos el viernes pasado. Ahora lo que viene es descansar, disfrutar de la familia, estar con mi señora en casa. Y a ver si puedo ir a visitar a mi hermano que vive en Noruega, país que ya he visitado, así es que sería entretenido volver por allá.
-¿Qué mensaje le da a todos los que han trabajado con usted en sus 50 años de oficio?
-Les agradezco a todos los tripulantes de lancha de todas las embarcaciones, ya que hasta desde los botes me hacen señas. Los capitanes de los remolcadores, de las lanchas, todos han sido buenas personas conmigo. Y también a mi empresa Saam donde estuve 30 años, de los 50 en los que me he desempeñado como capitán de remolcadores.
-¿Cómo ve el puerto de San Antonio, usted que ha estado presente en su evolución?
-Ha crecido y tenemos tremendos buques que entran al puerto. Se agrandaron STI y Puerto Central, así que todo eso es maravilloso. Espero, ojalá, ver aunque sea algo del mencionado megapuerto que han prometido para San Antonio.
Fiesta en el mar
Y como tenía que ser, al querido "Capitán Chichi" lo despidieron con honores en la bahía sanantonina. Arriba del remolcador "Mirlo", fue rodeado por otras embarcaciones que comenzaron a impulsar chorros de agua para festejar el retiro de don Sigifredo. Una hermosa imagen que se pudo apreciar pasado el mediodía de ayer desde varios puntos desde los cerros sanantoninos.
Fue la última vez que Sigifredo Ojeda Cortés, a la edad de 67 años, realizó la labor que durante medio siglo lo hizo feliz y le ayudó a formar también a su familia que además de su señora Susana Briceño, la componen sus hijos Venecia, Freddy y Yesenia. "Y uno de mis nietos, Joaquín, que tiene 21 años, continuó con el oficio y está siguiendo mis pasos y ya está terminando los estudios, por lo que ligerito estará trabajando sobre un remolcador como yo", explica orgulloso el querido y recordado "Capitán Chichi", durante el día en que hizo su última maniobra sobre el remolcador "Mirlo".