El triste final de Alejandra Pradón, la ex reina de belleza transexual
La conocida murguera de Bellavista murió de neumonía en el hospital San José de Melipilla, a los 38 años de edad. Su madre declaró que a su hija nunca le dieron un trato justo en el sistema de salud y que terminó como indigente.
Cristian Alejandro Luco Echavarría fue conocido y querido como Alejandra Pradón, una de las reinas de belleza transexual más alabadas en la historia del Carnaval de Murgas y Comparsas de San Antonio. Fue una infaltable invitada en las actividades de beneficencia de la comuna y una persona que luchó contra los prejuicios y la dignidad de los transexuales en la zona. Pero finalmente terminó sucumbiendo ante la enfermedad y la pobreza.
Así era la alegre Alejandra Pradón, quien tras sufrir una grave caída durante las murgas del 2016, vivió una larga rehabilitación para volver a caminar.
Una agresiva neumonía terminó por arrebatarle la vida durante la tarde del miércoles en el hospital San José de Melipilla.
De acuerdo a lo indicado por su hermana Gisela Luco, Alejandra padecía sida y había dejado el tratamiento contra la enfermedad.
"Fue muy porfiada, porque ella no quiso seguir el tratamiento", comentó Gisela entre llantos. Agregó que "nosotros como familia sabíamos que esto iba a pasar, pero no nos esperábamos que fuera tan rápido".
Por su parte, Cristián Pérez, pareja de la ex reina de belleza trans, informó que "su cuerpo estaba muy debilitado y empezó a decaer cada vez más".
Su madre, Gisela Echavarría, estaba muy angustiada ayer en la Casa de Piedra de Bellavista, donde se efectuaba el velatorio. Sin embargo, ella fue mucho más crítica al reclamar que a su hija le faltó apoyo asistencial, aunque agradeció la ayuda de la Municipalidad de San Antonio que cubrió los gastos fúnebres.
"A mí esto me pilló muy mal económicamente, pero la municipalidad me ayudó con lo del cementerio, la pompa, el traslado, el féretro. Pero cuando mi hija estaba postrada y yo pedí ayuda para la accesibilidad de la silla de ruedas a la casa, la ayuda nunca llegó", reclamó.
De acuerdo al relato de la madre, quien además es dirigente vecinal, la lucha que llevó junto a su hija desde que quedó postrada producto de la caída en las murgas, fue un duro camino donde debió golpear muchas puertas para conseguir ayuda.
"Le hicieron muchos exámenes y logramos que la derivaran a Valparaíso, pero cuando llegamos allá, el médico dijo: 'yo no veo estos casos'. Pero ni siquiera la auscultó", recordó, junto con detallar cómo debió hacer decenas de trámites para dejarla hospitalizada en Valparaíso.
"Estuvo un mes hospitalizada y cuando estaba mejor me la traje a la casa en San Antonio con silla de ruedas... Después de mucha rehabilitación logré sacarla adelante y que pudiera caminar otra vez", confidenció la progenitora.
En ese entonces, cuando Alejandra se encontraba mejor de salud y mantenía un tratamiento constante, según lo relatado por su madre, se fue a vivir a Santiago por un tiempo.
Sin embargo, después de unos meses volvió a su casa muy enferma, porque había dejado el tratamiento. "Pero volví a sacarlo adelante", resumió.
Finalmente, Alejandra tuvo un par de recaídas más que derivaron en varias hospitalizaciones.
El 8 de octubre recién pasado nuevamente presentó problemas, por lo que concurrió al hospital con un diagnóstico de neumonía y una posible tuberculosis, de acuerdo a lo que relata su madre.
"La estabilizaron y la echaron a la calle. Pero como se sentía mal, al día siguiente fue a la Municipalidad a conseguirse pasajes para ir al hospital de Valparaíso. De allá me llamó la asistente social diciendo que mi hija estaba grave y que tenían que trasladarla al hospital Eduardo Pereira, pero no había camas disponibles", contó Gisela Echavarría.
Un par de días después supo que su hija estaba de alta, llamó al hospital y le dijeron que estaba internada en el séptimo piso, pero que en realidad se había arrancado.
Era una situación increíble para ella, puesto que su hija no podía caminar y se desplazaba en silla de ruedas. "Mi hija estaba prácticamente abandonada y no le cambiaban ni los pañales en ese hospital, por eso le pidió a su pareja que la sacara de ahí".
"Mi hija terminó en situación de calle, pero la culpa no fue solo de ella, fueron las redes de apoyo que no funcionaron con una persona que no fue bien tratada", añadió.
Alejandra, junto a su pareja, se fue a un albergue en Melipilla y fue allí donde pasó sus últimos días antes de ir al hospital San José donde finalmente murió.
Su funeral se realizará a las 17 horas de hoy en el cementerio Parroquial.