Dicen que para perdurar en los recuerdos debemos escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. Yo creo que para esto debemos tener sueños grandes, ideales que nos muevan cada día a ser mejores y aprender a pararnos cada vez que nos caemos con la fortaleza y la esperanza de dar un paso más adelante.
Hay algunos que comprendieron bien eso y hoy no sólo son recordados, sino que imitados y modelo para muchos, ellos son a quienes los católicos conocemos como Santos, algunos hicieron grandes cosas y otros se santificaron en las cosas pequeñas del día a día. Ninguna tarea les parecía despreciable, todo era una oportunidad para sembrar y dar amor.
Nadie nos promete que seguirlo será el camino más popular, el con más sombra y flores, pero si nos prometen que no estaremos solos y que llegaremos a un lugar maravilloso, lleno de las flores más preciosas, esas que nunca se marchitan, donde tendremos un clima delicioso y nos recibirán con un gran abrazo y una sonrisa; y que estando ahí jamás volveremos a sufrir, ¡cómo decir que no!
Si otros lo lograron, nosotros también podemos hacerlo y pidamos a los que ya están al otro lado - gozando de Dios- que nos guíen y acompañen en este caminar hacia la eternidad.
Si quieres perdurar en los recuerdos: "Elige y atrévete a ser Santo".
María Teresita Domínguez Rojas
Voces Católicas