Desde muy corta edad Germán Manuel Pedrero Dauvergne comenzó a transmitir su pasión por la playa y el mar. Desde que él nació, su familia lo llevaba a veranear y pasar sus días libres en la comuna de El Tabo, donde su abuela tenía una casa en el centro del balneario.
Cuando cumplió 13 años de edad realizó su primer rescate como salvavidas aficionado. Posteriormente, hizo todos los cursos correspondientes para especializarse en salvataje.
De acuerdo a lo señalado por Jean Pierre Palacios, salvavidas y amigo de Germán, el sábado Pedrero estaba solo trabajando en la playa de Las Gaviotas y concurrió a la emergencia que se estaba dando en El Tabito para rescatar a dos personas que se estaban ahogando. "Todos sabíamos que esa playa es muy peligrosa y que no cuenta con salvavidas, por eso él corrió rápidamente hasta allá".
"Alcanzó a sacar a una persona y cuando volvió por la segunda algo le pasó. No lo sé, se desvaneció...", relata Jean Pierre muy angustiado por la pérdida de su entrañable amigo.
Las causas probables de la muerte de Pedrero señalan "asfixia por sumersión". Sin embargo, la investigación de su muerte fue derivada a la Brigada de Homicidios (BH) de la PDI quienes se mantienen a la espera de los resultados de la autopsia del Servicio Médico Legal.
Germán Pedrero tenía una hija de 17 años que vivía en Talca, él trabajaba en Santiago en una empresa de publicidad; sin embargo, cada fin de semana y sus días de descanso los dedicaba a su labor como salvavidas.
"Prácticamente él nació en el agua y para nosotros siempre va a ser un héroe. Porque además murió haciendo lo que más amaba y en el lugar que más amó: El Tabo", comentó entre sollozos Carlos Salinas, uno de los cuatro hermanos de Germán.
Vocación
Si bien el pago de 20 mil pesos diarios como salvavidas en El Tabo, no le convenía económicamente, sus amigos destacan que simplemente lo hacía por vocación, que realmente siempre fue un héroe y alguien con quien nunca se pasaban penas.
"Además siempre andaba pendiente del aseo y ornato de la playa y lo difundía por megáfono. Realmente en la playa estaba su vocación", agrega Jean Pierre.
Aunque nunca estuvo ajeno a hablar acerca de lo peligrosa que era su labor. "Él quería formar una agrupación, por eso espero que su muerte no sea en vano y que las autoridades tomen cartas en el asunto, porque falta mucha más dotación de salvavidas e implementación de rescate", puntualiza Jean Pierre y se lamenta diciendo que "él estaba solo y había muchísima gente en la playa".
"Él además compartió con nosotros su experiencia y sus consejos para la gente en una serie de artículos que escribió para nuestro semanario en la comuna de Curacaví (Buenos Días Curacaví). En cada una de esas líneas él demostró cómo amaba lo que hacía como salvavidas", comentó su cuñada Trinidad Icaza.
Juan Godoy, fotógrafo de El Tabo y amigo cercano de Germán recuerda que el salvavidas tenía un reloj en el que podía ver el estado del mar al que siempre estaba atento porque "decía que cuando se recogía el mar siempre pasaba algo, porque la gente no conoce. Un día del verano pasado, me estaba mostrando su reloj y me dijo en cualquier momento... y salió corriendo sin terminar lo que me decía, porque ya había una persona en problemas".
Velatorio
Los restos de Germán Pedrero serán velados en la parroquia de El Tabo, ubicada en el centro de la ciudad. Mañana a las 10 horas será trasladado hasta el crematorio del Parque del Recuerdo en Santiago.
Posteriormente se informará la fecha y hora de la ceremonia de homenaje en la que sus cenizas serán lanzadas al mar de su amada comuna de El Tabo, como era su voluntad.
"Todos sabíamos que esa playa es muy peligrosa y que no cuenta con salvavidas, por eso él corrió rápidamente hasta allá".
Jean Pierre Palacios,, amigo del salvavidas ."