El sicólogo que trabaja con la recuperación de las emociones
El sanantonino Mario Vidal Menares tiene la especialidad en educación emocional y, desde su labor profesional y social con la Fundación Conéctenos, busca construir una sociedad mejor, lejos del egoísmo y el individualismo.
Siempre fue un amante de su puerto, de las calles polvorientas en su niñez, del pujante trabajo portuario y de la labor social de ayudar al prójimo que conoció con su madre. Tras egresar de cuarto medio del Instituto del Puerto, como muchos jóvenes estudiantes, tuvo que movilizarse a Santiago para cumplir sus sueños profesionales y crecer como persona. Se convirtió en administrador de empresas y, luego, para cumplir un nuevo desafío profesional, estudió Sicología. Hoy, desde su consulta en Llolleo, trabaja con entusiasmo y dedicación para aportar a construir una sociedad mejor, más justa y con un manejo adecuado de las emociones.
Mario Vidal Menares nació en el núcleo de una tradicional familia barranquina. Es el mayor de cuatro hermanos del matrimonio conformado por su padre de igual nombre y María Cristina. De chico jugó por las calles de la población Los Pinos, encestó para los colores de San Luis y formó parte de la comunidad EJE (Encuentro de Jóvenes en el Espíritu), instancia que lo acercó al trabajo social que hasta el día de hoy mantiene.
Ida y regreso
En la capital fue donde consolidó sus ideales, reafirmó sus compromisos y selló su vínculo emocional con Katherine Del Villar. Juntos disfrutan de sus dos pequeñas hijas, María Constanza y Rafaela, y chochean con el bebé que viene en camino.
El arraigo con su tierra natal y el deseo de querer darle una mejor calidad de vida a su familia, fueron razones demasiado potentes para regresar a San Antonio, establecerse como profesional y, desde esa faceta, devolver lo que la comunidad le entregó en su momento.
Las emociones
Como siempre fue busquilla y autoexigente, fortaleció ciertas áreas de su formación que en su minuto no lo dejaron conforme y que, a su juicio, son vitales. Por eso se inscribió en el magíster sobre Educación Emocional, que le permite acompañar a sus pacientes desde una mirada distinta, fortaleciendo el trabajo emocional como sendero para superar las dificultades.
"Después de estudiar sentí la necesidad de trabajar en el área emocional, que no es muy fuerte en las mallas académicas y que vemos en cada situación de la vida cotidiana", comenta el sicólogo en su oficina de calle Inmaculada Concepción 120, en Llolleo.
Respecto a la trascendencia de su trabajo, el profesional sostiene que "las emociones están ligadas a cada acción individual y colectiva, permiten la relación con uno mismo y el desarrollo de varios ámbitos. Facilitan la autoexploración, la sanación de conflictos clínicos y la correspondiente solución de los problemas personales. Lo que ocurre es que la emocionalidad no es bien vista por una parte de la sociedad, que la vincula a lo negativo, y es todo lo contrario, puesto que te abre el camino al conocimiento personal y de tus pares".
Agrega que "tendemos a asociar las emociones a lo femenino y es un error. Como sociedad vemos como malo que una mujer exprese su rabia y emociones, o que un hombre llore, siendo que es algo completamente natural. Cuesta cambiar esa idea porque está enraizada, pero desde el punto de vista clínico es de suma ayuda para los pacientes enfrentar sus problemas y lograr salir adelante".
-¿Por qué decidió enfocarse profesionalmente en esta área?
-Después que me casé y cuando supe que mi hija mayor (María Constanza) venía en camino, quise dar un giro y enfocarme en trabajar con las emociones. Esas fueron mis principales motivaciones, conocer este mundo y empezar a abordarlo desde el contacto diario con mi hija y esposa, lo que resultó muy enriquecedor porque permitió conocernos más, querernos más, vivir más unidos y compenetrarnos como familia. Vivimos en un mundo donde prima el individualismo, el egoísmo y donde uno no se preocupa por lo que le pasa al que está a tu lado. Como familia optamos por un camino que nos permita estar conectados en todo momento.
-¿Perdimos el rumbo al estar poco vinculados con el ámbito de las emociones?
-Hoy en nuestra sociedad prima lo individual por sobre lo colectivo, el egoísmo sobre la generosidad, la indiferencia sobre la empatía. Fuimos cayendo en esa tendencia que se convirtió en algo propio de nuestro diario vivir.
Desde su visión, en los últimos años las personas se han ido encerrando y quedando cada día más solas. "Hoy wasapeamos más de lo que conversamos con los vecinos. ¿Hoy quién conoce a todos los vecinos de su barrio?, ¿sabes cómo se llaman los otros apoderados del curso? Fuimos involucionando, alejándonos de la humanidad y perdimos la conexión con nuestras emociones".
El especialista explica que lamentablemente "la vida se fue dando así, con ambos padres trabajando todos los días, con poco tiempo para la familia, cambiando ese tiempo familiar por regalos, con situaciones que aparecen ser normales porque la gran mayoría las realiza, pero nos alejan cada vez más de nuestra esencia, de quienes somos y de qué misión vinimos a realizar".
Mario Vidal, a través de su trabajo desde la mirada emocional, logra conectarse con el paciente y vincularse con sus penas y dolores. "Y así, juntos, podemos encontrar una solución a los problemas que le afectan. Jamás lograré estar verdaderamente en los zapatos del paciente, pero podré saber cómo reacciona ante ciertos estímulos y en conjunto encontrar los caminos de la sanación.
Educar
Regresar a su natal puerto para devolver todo que le recibió durante su formación, le permite hoy a Mario Vidal Menares emprender una nueva faceta dando vida a la Fundación Conéctenos, un trabajo social a través del cual puede entregar a distintas comunidades sus conocimientos y el de sus socios, con el propósito final de construir una sociedad más amigable y vinculada con sus emociones.
"Con la fundación queremos devolver la mano a nuestra sociedad que fue un pilar fundamental de nuestro crecimiento personal y profesional. Amo a San Antonio y todo su entorno. Por eso regresé para entregar mi granito de arena para construir una comuna y una provincia mejor. Es lo que pretendemos mediante la fundación, entregar un lugar, un espacio, que ayude a quien esté necesitado, entregando valores, capacitaciones en convivencia educacional y cultural desde una mirada profesional y especializada, que va más allá de los conocimientos propios o del grupo, porque abordamos el trabajo de sabios reconocidos a nivel mundial", explica.
Para profundizar el trabajo de la Fundación Conéctenos habilitaron una frecuencia radial online y una plataforma virtual para conocer los objetivos de la institución y quienes deseen aportar y participar de este noble emprendimiento pueden contactarse escribiendo a mario.vidal@educentro.cl o llamando al teléfono +569 94406672.