Poeta Aguayo: el único Leon vegano y sin melena vive en Las Cruces
El escritor acaba de publicar su último libro de poemas titulado "Balada del vampiro de Melipilla".
El poeta Leon Aguayo (68) nos recibe en la biblioteca de Las Cruces para conversar sobre la publicación de su último libro de poemas: "Balada del vampiro de Melipilla", que fue lanzado a finales de octubre en El Tabo. "Soy Leon sin tilde", nos aclara de entrada.
En el libro, el poeta Leon Aguayo canta y envuelve en una atmósfera profunda, por momentos incluso áspera, lúgubre, pesada, sin embargo, cuando se logra entrar en su dinámica, se comprende una gran liviandad, tan discreta, potente y animal, como la fuerza con la que crecen los niños.
Leon Aguayo nació en Santiago, pero en 2001, a los 51 años, decidió venirse a la costa. Quienes lo conocen saben que es un hombre muy culto, con un acervo cultural e idiomático muy amplio. Sin embargo, el poeta muerde todas las etiquetas y rehúye de cualquier tipo de clasificación que le puedan hacer a su trabajo, aunque en el lanzamiento de su último libro se atrevió a definirse como un "poeta atmosférico", porque, según él, su poesía necesita propiciar una especie de trance, en el cual las palabras, otroras rebuscadas o ajenas, se vuelven dóciles cuando hace efecto la cadencia sonora de su lírica: "mi poesía, para penetrar, requiere de crear un entorno", enfatiza este escritor que no consume carnes.
-¿Cómo ha sido este periodo al lado del mar?
-De dulce y agraz.
-¿Porqué?
-Me ha ocurrido de todo. Guerras mundiales con parentelas, también maravillas, epifanías, teofanías…
-¿Cómo nace su pasión por la escritura?
-A los 13 años nace como mi tabla de salvación, y era también lo más simple, porque solo necesitaba lápiz y papel.
El libro, que fue publicado por Editorial Las Cruces, es un poemario que la escritora crucina Isabel Riveros, autora del libro "DesTrozos", catalogó como "una poesía que trastoca la realidad cotidiana, porque él la vive así. 'Balada del vampiro de Melipilla' lo refleja mucho como persona, pues está escrito con una pluma cargada de intensidad interior, en donde nostalgia y ternura se mezclan con datos históricos, literarios y hasta sociológicos".
-Leon, ¿cómo nació el libro?
-De una u otra manera, la poesía se me presenta en forma de sueños y ensueños. Ya eran varios los años en que se me aparecía este personaje, que lo veía caminar por las noches como un gran señor a la antigua. Esta balada es también una invitación al juego, a desarmarla, a empezar de donde se quiera, pues no es hormigón armado y, por tanto, tampoco es necesario leerla de una manera estructurada…
-¿Los personajes de este libro se le aparecieron en sueños?
-Nacen como obsesiones, buenas y malas. Las malas son de la puerta de la casa hacia dentro; las buenas son las que se pueden mostrar y comunicar, son un regalo. Sobre el arte del soñar es algo que se puede hacer durmiendo, pero también despierto, yo lo llamo ensoñar.
-¿Por qué un vampiro?
-Si en vez de vampiro le pusiéramos la balada del zombie, veríamos que son arquetipos que están en la sociedad actual, tanto como en la antigua. El vampiro para mí representa el hombre rebelde y que incuestionable e irresistiblemente es justiciero y libertario. Es una mezcla de individualismo con un concepto prácticamente a veces comunista o al menos colectivo. En cambio, si hubiera sido un zombie, habría representado todo lo que nuestra sociedad vocifera y gesticula, porque no habla y utiliza el lenguaje solo para entregar y recibir emociones, solo para expresar agresividad".
-¿Y por qué Melipilla?
-La verdad es que por ningún motivo especial. Me apareció el nombre, pero podría ser en cualquier lugar.
Al final del lanzamiento declaró que se sentía como "una olla con choros al limón. He experimentado lo que deben sentir las jaibas en la olla cuando poco a poco van calentándose, sin saber lo que les va a suceder, porque no van experimentando de un solo viaje el destino de muerte que se les depara".
-¿Qué tiene de distinto la "Balada del vampiro de Melilla" a sus otros libros?
-Que es una balada, es decir, algo que es una mezcla entre lo subjetivo y lo objetivo… son historias de tabernas, bohemia, de lo que le ocurre a la niña, al caballero, al anciano. En este libro se aplica mucho de subjetividad, de ensueño; se puede cantar, se puede bailar.
-¿Cómo es la vida de un poeta?
-No puedo hablar en general, porque eso no existe. Cada poeta, cada pintor, cada músico es diferente. No existen fórmulas.
-¿Y cómo es para usted?
-La experiencia de la vorágine, un torbellino, un vórtice. Porque yo la pienso así. Si yo la quisiera calmadita, suave, dulce, sería de esa forma. Porque la vida es como yo la quiero, como yo la estimo.
-¿En qué momentos escribe y cómo lo hace?
-Sobre todo en la tarde-noche. Lo hago en papel y lápiz, aunque paralelamente me ha dado por escribir en el computador, pero poco.
-¿Cuáles son tus hobbies?
-No tengo hobbies, me carga hasta la palabra. Mi hobby es no tener hobbies. Y no rechazo los que puedan tener los demás.
-¿Qué le falta al litoral de los poetas?
-Poesía (ríe). Que no sea solo de los poetas, sino que de todos los artistas. Empecemos a llamarlo el litoral de las artes. Quiero ver literatura, música, pintura, arquitectura, aventura… no quiero solo poesía, si no, nos vamos a terminar mirando el ombligo.
-¿Si tuviera que profetizar algo para la zona, qué sería?
-No me atrevo a profetizar, pero por lo menos sí decir que vamos hacia adelante, tirando la carreta hacia un mismo lado, un mismo horizonte.
-¿Cuál es ese horizonte?
-Horizonte de creatividad. Una vida sin creatividad casi no vale la pena vivirla. La creatividad es el pan de cada día, de cada momento, de cada segundo.
-¿Qué le diría a los poetas jóvenes?
-Lo que mi profesor, amigo y gran poeta me decía: "siga practicando". Practicar, practicar y practicar.
-¿Quién era su maestro?
-Pedro Alonso, que vivía acá en Las Cruces y murió hace unos cuatro años. Él era originario de la zona de Cañete y aunque no lo parezca por el nombre, es considerado uno de los grandes poetas mapuches.
¿Qué viene para el poeta Leon Aguayo?
-Todo. Tengo mucho material inédito que no he publicado. Tengo cuentos, ensayos y algunas novelas que pronto irán viendo la luz.