Anoche tuve un sueño
" Muéstrame un obrero con grandes sueños y en él encontrarás un hombre que puede cambiar la historia. Muéstrame un hombre sin sueños, y en él hallarás a un simple obrero",
(James Cash Penny)
***
-Bebí demasiado -dijo Arturo apenas levantando la cabeza del bar de un boliche del barrio más popular de la ciudad.
-Todos bebimos demasiado -respondió su amigo Humberto, tratando de tomar la horizontal.
-Seguramente fueron los mojitos -replicó Walter, el tercero del grupo.
Como pudieron, los tres hombres caminaron hasta el paradero y, no sin antes evacuar con vómito parte de sus excesos, lograron abordar un autobús camino al mercado a pasar la "mona" con mariscos.
Se posaron en una mesa de la cocinería. Pidieron un mariscal caliente y vino blanco. Todo era sombrío a esa hora. El dolor de cabeza se confundía con los espasmos estomacales y el sueño. Esperaban que la pócima levantara muertos. El sol calentaba fuerte, podía compararse con un día feriado, pero la verdad es que era martes.
-Se demora mucho la mina - señaló Walter preocupado.
-¿Y qué tiene? -dijo Humberto.
-Debemos entrar a trabajar en una hora -recordó Walter.
-¡Chucha!, se me había olvidado -exclamó Humberto.
Los jóvenes se conocían de niños, habían formado parte de las fuerzas básicas de Caciques F.C. Los tres prometían mucho: Walter era delantero, veloz, hábil de pequeña envergadura pero sensacional; Humberto, goleador, muy veloz, potente y de gran definición; y Arturo, el mejor de todos, gran biotipo, técnica y tácticamente sobresaliente.
Las malas decisiones y su falta de profesionalismo los habían condenado a seguir la vida del ciudadano de a pie. Trabajaban juntos hace un par de años haciendo aseo en los corrales del hipódromo, todo reducido a limpiar excremento equino.
-Pa qué me despertaron hueon -dijo Arturo, que se mantenía con la mirada pérdida en el horizonte.
-Tenemos que ir a la pega po huea, una falla más y nos echan cagando, acuérdense que estamos en la pitilla -alertó Walter.
-Es que estaba soñando algo bacán hueon -confesó Arturo.
-¿Qué huea? Cuenta po hueon mientras llega la mina con los platos -pidió Walter.
-Estaba jugando la Champion League por un equipo Alemán. Era la figura de la cancha y la gente coreaba mi nombre. De pronto me vi frente al arco y rematé cruzado marcando el gol del triunfo. El estadio se cayó de la ovación, fue bacán, pero me despertaron justo.
-Jajajjajaja y ¿qué equipo era? -pregunto Humberto.
-Ese que tiene nombre de jarabe -señaló Arturo confundido.
-La media mente de mi compadre por la chucha -rió Walter.
-Ya, llegaron los mariscales, coman rápido los hueones para ir a levantar mierda jajjajajjaja. la risotada fue general.
De pronto Arturo se vuelve a apoyar en la mesa y se queda dormido.
-Despierta, despierta, ¿estás bien? -le dijo una voz grave.
Al abrir los ojos Arturo sintió mucho ruido y una luz que lo encandilaba.
-¿Dónde estoy? -consultó Arturo desorientado.
-En el borde de la cancha, después del gol, el italiano te entró con todo. ¿Te sientes bien? ¿Puedes volver a entrar? No queda nada, estamos a tres minutos de la final de la Champion. ¿Puedes? ¿Qué pasa?
-Claro que puedo, nada, nada, solo que tuve una pesadilla. Te la cuento cuando esta maravilla termine.