Raúl Abarca Pailamilla
No eran más de 10 metros los que separaban a un grupo de pescadores de la ballena fin o rorcual (Balaenoptera physalus) en el mar frente a la localidad de Las Cruces.
El hecho quedó registrado en un video -que se encuentra en Soysanantonio.cl- el reciente sábado cuando Ricardo Riveros (51), Roberto Camus (50) y Héctor Serrano (52) se encontraban realizando sus labores de pesca.
"Estábamos pescando y se nos acercaron las ballenas. Eran como seis. Fue algo inesperado", contó ayer Riveros, quien recalcó que "nosotros no nos acercamos ni las perseguimos".
Un grupo de ejemplares de la especie fin o rorcual permanece hace más de 10 días en las aguas de la provincia de San Antonio. Este cetáceo es conocido como el "galgo de los mares" ya que es la ballena más rápida del mundo. Alcanza velocidades de hasta 40 kilómetros por hora, debido a su aleta dorsal (de 60 centímetros de alto) que es levemente curvada y bastante puntiaguda.
José Luis Brito, director del Museo de Ciencias Naturales e Histórico de San Antonio (Musa), explicó que las ballenas son inofensivas para los humanos.
"Los pescadores que las pudieron filmar estaban pescando y las ballenas aparecieron al lado de ellos y se detuvieron para no aproblemarlas. Las ballenas solo pasaron al costado de ellos, porque no las persiguieron", confirmó Brito.
El director del Musa aseguró que "las ballenas se pueden volver 'peligrosas' para una embarcación pequeña si es que saltara y no viera el bote, o si la persiguen y se asusta, especialmente si está con una cría. En ese caso le podría pegar con la cola a una embarcación".
"Existe una normativa de la Subsecretaría de Pesca que advierte que si uno observa un cetáceo o delfines, uno no debería acercarse a más de 100 metros para no asustarlos. Tampoco se pueden perseguir o ponerse detrás de ellas", dio a conocer Brito.
Alimentándose
Vecinos de Las Cruces fueron los primeros en avistar a estos enormes cetáceos, que pueden alcanzar los 27 metros de largo y un peso de 70 toneladas. Es por esta razón que, además, se transforma en la segunda ballena más grande del planeta después de la azul, que puede llegar a medir 30 metros y pesar más de 100 toneladas.
José Luis Brito detalló que la ballena fin se alimenta de krill que por estos meses se encuentran en abundancia en Cartagena.
"Sabemos que hay entre seis a 40 individuos en la zona. Los pescadores me han comentado que al norte de Cartagena hay una concentración importante de krill que hace que el agua se torne anaranjada y en la noche tenga algunos destellos. Esto estaría explicando la llegada de ballenas y delfines a la zona en el último tiempo", afirmó Brito respecto a estos cetáceos que se han convertido en un verdadero espectáculo para los vecinos y pescadores en Las Cruces.