Cómo evitar el estrés al planificar y desarrollar las vacaciones familiares
El 73% de los trabajadores chilenos exhibe elevados niveles de angustia durante los días previos a hacer uso de su feriado legal y el 27% de ellos mantiene esa sensación a su regreso.
Crónica
Para cada vez más personas las esperadas vacaciones del verano han dejado de ser sinónimo de tiempo libre, ocio o entretención y se han transformado en una obligación tanto o más estresante que la que les imponen las responsabilidades laborales o los quehaceres domésticos diarios.
En efecto, un estudio realizado por la empresa de recursos humanos Adecco reveló que el 73% de los trabajadores chilenos exhibe significativos niveles de angustia durante los días previos a hacer uso de su feriado legal estival y que el 27% de ellos mantiene esa sensación al regreso de éste.
Lo anterior guarda relación con una serie de factores, pero especialmente con tareas específicas vinculadas a la planificación, puesta en marcha y desarrollo de las vacaciones, situación que es más notoria entre los padres de niños pequeños y adultos que encabezan e integran familias numerosas, ya que no siempre todos sus miembros están de acuerdo, por ejemplo, sobre dónde ir o cómo llevarlas a la práctica.
Entorno familiar
Según explica el psicólogo Alejandro Fernández, especialista en Psicología Cognitiva y profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad de Valparaíso, en este tema es clave que las personas comprendan que la salud y el descanso deben ser entendidos no como aspectos exclusivamente individuales, sino, más bien, como elementos determinados por el entorno o sistema, por expectativas colectivas y la interacción entre los integrantes de la familia.
"Una persona puede formar parte de sistemas que facilitan o que dificultan su bienestar. El descanso es, por tanto, una actividad que depende en gran medida de que la familia como un todo asuma las vacaciones como una actividad de relajo y, efectivamente, descanse. Si sólo algunos de sus integrantes asimilan esto, es poco probable que los demás entren en sintonía. Por consiguiente, es al mismo tiempo, rol de todos y de cada uno generar las condiciones para que esto se logre", precisa el académico de la UV.
Sensibilización
Para que la premisa anterior se haga efectiva, Fernández recomienda que con la debida antelación los padres o adultos cabeza de familia sensibilicen a los integrantes de su núcleo cercano sobre la importancia que tiene el periodo que se aproxima y tomen nota, además, de sus expectativas.
En ese sentido, este proceder debe apuntar a sondear la disposición de estos últimos a viajar o desplazarse a ciertos lugares y a involucrarse en la preparación de las actividades. De lo contrario, es muy probable que surjan conflictos que tensionen o terminen afectando el desarrollo de las vacaciones.
"Siempre es bueno conocer por anticipado qué piensa o espera cada integrante de nuestra familia de las vacaciones. Por ejemplo, algo que hoy se da mucho, si los padres pretenden que sea un tiempo para compartir desconectados, pero a su vez los hijos se niegan a dejar de lado su celular, pueden surgir conflictos. Asimismo, hay que saber cultivar las relaciones. Algunas personas creen que esa tensión constante que se percibe en la interacción con los niños o dentro de la pareja se resolverá automáticamente al movilizarse a un entorno nuevo y relajado, pero es poco probable que problemas que no han sido subsanados en la casa vayan a resolverse en otro escenario. Y esto es especialmente importante en vacaciones dado que es un espacio de gastos y de actividades variadas que ponen presión sobre la familia. Discusiones menores que comienzan respecto de horarios o vestimentas pueden derivar fácilmente en peleas sobre la forma de ejercer la autoridad o críticas a las actitudes de los demás", sentencia el especialista de la Escuela de Psicología de la UV.