Consultora japonesa aconseja cómo ordenar y pensar antes de comprar
Una de las series exitosas de Netflix en lo que va de 2019 es "¡A ordenar con Marie Kondo!", quien invita a reducir la cantidad de objetos que hay en las casas. También tiene un libro.
Un problema universal es el desorden de la casa. En esto está centrada la serie de Netflix "¡A ordenar con Marie Kondo!", una consultora japonesa que aplica en casas y oficinas conceptos propios de la cultura oriental, es decir, valorizar todo, armonizarlo y agradecer su funcionamiento.
Kondo (34) alcanzó la fama en su país en 2011 con el libro "La magia del orden", cuya traducción llegó a Chile en 2015 (sello Aguilar), pero la plataforma de streaming convirtió a la japonesa en un fenómeno de masas cuyas ideas están llevando a las personas a vaciar sus roperos y casas para aprender a vivir con lo justo y, por supuesto, subir una foto a las redes sociales mostrando la nueva organización.
"Conserve solo las cosas que le hablan a su corazón. Después hay que lanzarse y desechar todo lo demás", aconseja la autora en ocho capítulos de 40 minutos. "Cuando pone su casa en orden, también pone sus asuntos y su pasado en orden. Así, se puede ver con bastante claridad lo que necesita en la vida y lo que no necesita".
Espiritualidad
El diseño de ambientes, es decir, el "hacer más habitables los espacios" es una carrera universitaria que está adquiriendo fuerza en esta ola, y una de sus egresadas, Antonia del Río, es la dueña de O-Tres, empresa que busca otorgar a sus clientes "un entorno armónico y equilibrado", razón por la que Del Río es conocida como "la Marie Kondo chilena".
En la serie de Netflix, uno de los gestos más llamativos de la japonesa es que cuando enseña a sus clientes cómo seleccionar lo que se queda y lo que no, toca los objetos se pregunta si le producen felicidad, cierra los ojos y si suspira, siguen en la casa. A los que se van, les da las gracias por la felicidad que aportaron durante su posesión.
"Jamás le he dicho a un cliente 'esto tienes que botarlo', sino que los guío a que ellos mismos se den cuenta y reflexionen, porque están las típicas frases de 'eso no se bota (regala o dona) porque me lo dio mi marido, lo encuentro horrible pero no se bota', ¿quién dijo que no? Estoy súper de acuerdo cuando Kondo dice que la persona no está en ese regalo, sino que tuvo un gesto, lo eligió, te lo regaló y ese momento fue el regalo, esa preocupación que tuvo, pero más allá de eso tu relación no se va a ver afectada si guardas o no ese objeto", agregó con calma la diseñadora.
Patología mental
El exceso de objetos en un lugar, así como su ausencia desmedida, llevan pensar que quien habita ese espacio está pasando por algún tipo de problema mental o emocional. Tras la serie, esto se suma a la idea de deshacerse de todo: basta con escribir Marie Kondo en Twitter y aparecen cientos de comentarios desde trágicos hasta chistosos.
El psiquiatra Julio Azúa opinó que "no es que a alguien que le guste el orden está necesariamente enfermo, sino que es parte de la vivencia normal de la diversidad que existe en el mundo, donde hay gente más orientada hacia el orden y otra no tanto, entonces no necesariamente constituye una enfermedad".
En todas las familias hay una tía que sufre cuando uno va de visita y cambia de lugar los cojines, "si la persona no puede vivir con ese cojín en otra posición (sufre), eso es patológico, pero no quiere decir que tenga un TOC -Trastorno Obsesivo Compulsivo, enfermedad caracterizada por la presencia de obsesiones que generan angustia, así como la realización de acciones para regularla, aunque la conducta carezca de sentido, como poner llave cinco veces a la puerta sino que hay que evaluarla, ver por qué hace eso. En una entrevista psiquiátrica lo que uno hace es explorar el mundo interno de la persona y ver qué tanto hay de normalidad, qué tanto no, qué tanto sufrimiento, pero en sí misma una persona muy apegada al orden no tiene por qué ser una persona con un TOC 'disfrazado'", aclaró Azúa.
Golpe al consumismo
El mundo occidental, durante décadas, ha sido educado socialmente bajo el concepto de que la felicidad consiste en adquirir cosas, a diferencia de oriente: "El método de Marie Kondo (KonMari) está influenciado por el budismo, es decir, la vuelta a lo mínimo, (...) que las cosas tengan una utilidad, una función, que no sean solo imagen, sino que haya sustancia en ellas", dijo el psiquiatra.
Por ejemplo, "no necesitas tener diez prendas perfectas, muy lindas y de marca, sino que puede que baste con dos y combinarlas bien. En ese sentido, Kondo plantea una ruptura a la sociedad de consumo que se basa justamente en lo contrario: el culto a la imagen, a lo fútil, a lo desechable, un punto de vista que choca con el funcionamiento consumista de la sociedad actual", agregó Azúa.
Del Río, por su parte, contó que pagó por una asesoría de imagen "y con 20 tenidas que yo armaba la asesora me hizo cien, con la misma cantidad de ropa, entonces se puede sacar mucho más partido y no seguir comprando, o saber exactamente qué te falta".
