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Joven que sobrevivió a atropello del tren cuenta su milagrosa mejoría: "Estoy feliz de estar vivo"

Alexander Palacios (20) salió del hospital tras 66 días de recuperación. Quiere volver a caminar y agradece el cariño de la gente.
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Jesús Farías Silva

Alexander Palacios (20) recuerda que estaba compartiendo con unos amigos en el talud 21 de Mayo cuando decidió volver a su casa para buscar más dinero y dejar su celular cargando. Quería seguir carreteando. Era la madrugada del sábado 1 de diciembre y estaba pasándolo bien.

Su cerebro borró todo lo que pasó después. No sabe cómo llegó a la ex estación de Llolleo, ni cómo fue atropellado por el tren de carga cerca de las 12.30 horas de ese día.

Su madre, Jócelin Quintas, estaba en la feria libre de Llolleo en ese momento. Cuando se enteró que su hijo había sufrido un accidente se fue directamente al hospital Claudio Vicuña de San Antonio.

Días Críticos

En Urgencias le dijeron que el joven había perdido ambas piernas y que su estado era extremadamente delicado. Las posibilidades de sobrevivir eran mínimas. Tenía más lesiones en el cuerpo y una bajísima cantidad de sangre en el sistema, según recuerda.

Los días siguientes fueron peores. Hubo momentos en que le permitían estar a solas con él para despedirlo de este mundo. Sin embargo, el temido momento de la muerte nunca llegó. Pasó semanas al lado de la cama de Alexander en el hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar hasta que finalmente despertó. Era el horario de visitas y pudo presenciar el milagro.

La memoria seguía frágil, según cuenta él, pero al poco andar empezó a darse ánimo.

Hoy Alexander asombra con su energía y ganas de volver a ponerse de pie. Habla con fluidez. Tiene ideas claras y muchos sueños. Quiere que la gente lo vea caminando otra vez, como una forma de darles las gracias por todo el ánimo que le han dado en persona y a distancia.

"Las primeras semanas, la verdad no fueron fáciles. Era mirarse y sentirse choqueado. Es raro no verse las piernas. Además, por el dolor fantasma (a quienes se les amputó una extremidad dicen que a veces se siente como si la extremidad amputada todavía estuviera allí) aún las siento completas, pero no están. A veces son calambres o picazón. Es algo muy raro que pasa en el sistema nervioso, pero ahora me siento bien, con menos dolores y de buen ánimo", comenta.

-Tu mamá dice que tu recuperación y buen ánimo son milagrosos…

-Al paso de los días vi que tenía que darme fuerzas, porque tenía que subir el ánimo de mi mamá también. Es algo mutuo, porque si yo estoy bien, la veo bien a ella. Cuando desperté me miré y me vi así, con una herida abierta, el músculo descubierto. Me sentía como un niño que no era normal y no sabía si podía salir adelante, pero no tenía otra alternativa. Además la recuperación del cuerpo me acompañó, sobre todo la cicatrización, que es algo que ni los doctores se explican cómo fue tan buena.

-Te han contado de todo lo que se hizo mientras estabas en el hospital, las campañas para donar sangre, las oraciones…

-Cuando pude tener el teléfono, que fue como al mes después, empecé a buscar lo que se había dicho del tema y encontré lo que había salido en el diario y todo lo que se dijo en Facebook, que fueron puras cosas buenas deseando que me recuperara. Me hablaba gente diciendo que se sentían conmovidos y me mandaban apoyo. Fue importante saber que había más gente, además de mi familia, que me daba fuerzas a la distancia pese a que no me conocía.

Recuperación

Alexander fue sometido a más de 150 transfusiones de sangre mientras estuvo internado. Recién el miércoles pasado, dos meses y 4 cuatro días después del accidente, pudo volver a casa.

"Ahora siento que la mejor recompensa para la gente que ha hecho mucho esfuerzo para ayudarme, yendo a los bingos, a las lotas, dando sangre, es verme caminando otra vez. Después de verme tan mal, casi muriéndome, sería reconfortante para ellos", revela.

El joven de 20 años no se muestra triste. Sus ojos brillan cuando habla del futuro.

-¿Eras así de alegre antes del accidente?

- Sí, de hartos amigos, que son los que me han estado acompañando en todo esto. Además, estando feliz o triste tengo que salir adelante, entonces mucho mejor estar feliz. Así también veo a mi familia bien. Ya me prometí volver a caminar y tengo que cumplirlo.

-¿Te consideras feliz?

-Estoy feliz de estar vivo.

-¿Entrarás a la Teletón?

-El 7 de marzo tengo que ir a la Teletón. Es un diagnóstico. Más adelante, cuando ya esté todo cicatrizado va empezar el proceso de rehabilitación y ahí sé que será paso a paso. Ojalá que la ansiedad no me juegue en contra, pero ya tengo claro que no tengo que sofocarme o frustrarme. Tengo claro que me voy a caer mil veces y que mil veces me tengo que volver a parar como lo hice esta vez.

-Tengo entendido que has querido hacer una vida lo más normal posible...

-Cuando dejé el hospital salí a la calle, estaba en la silla de ruedas esperando que llegaran los familiares a buscarme y fue como si estuviera de pie. Fuimos al mall y fue súper normal. La gente no me quedó mirando, no me sentí incómodo. De verdad me siento normal. Me acepté como soy, creo que es un paso fundamental para mí, porque si uno no se acepta, obvio que los demás tampoco lo van a hacer. Esconderse en la casa no sirve.

Vida normal

En San Antonio también salió a pasear. En una tienda fue reconocido por el vendedor, quien le preguntó a Jócelin si acaso se trataba "del niño que había salido en el diario".

"Él estaba contento al verme vivo y tratando de hacer una vida normal. Quiero que la gente me note así, para que vean que su cariño me sirvió y que lo que viene es ponerme de pie y caminar. Lo haré mí, por mi familia y por ellos", enfatizó.

"El tema del accidente me enseñó a valorar todo. Lo que uno no toma en cuenta, desde los problemas pequeños que uno se toma muy a pecho hasta la familia y la vida. El aceptarme como estoy es un avance", agrega.

El buen ánimo no se apagó ni en los días más oscuros. "Hubo días que me puse a conversar con la gente del hospital, porque estaban solos y a nadie le gusta estar solo en un lugar así", cuenta.

Por ahora, seguirá empeñado en lograr algo de movilidad. "Tengo que fortalecer mis brazos, para estar más independiente, de hecho ya puedo moverme de la cama a la silla de ruedas, pero me queda harto por delante. Lo bueno, insisto, es que tengo una alegría enorme de ver a tanta gente apoyando. Tal vez no tenga mis piernas, pero tengo mil piernas más que están ahí para apoyarme para que no me caiga y me van a levantar siempre".

Este joven tiene planes de completar la enseñanza media que dejó antes del accidente para ponerse a trabajar, y seguir estudios superiores si es que aparece una carrera que le despierte interés.

Gracias

Jócelin Quintas tiene tres hijos. Dos niñas de 15 y 14 años y Alexander de 20.

La madre de Alexander se nota tranquila, sobre todo por el ánimo de su hijo.

"Que él se vuelva a poner de pie es la mejor forma de agradecer a la gente que nos ayudó tanto. Si nosotros pedimos primero, ahora tenemos que decirles que está bien, que su aporte sirvió, que sus oraciones sirvieron y que todos los santitos a quienes le pidieron por él, también ayudaron mucho. San Antonio verá a mi hijo caminando otra vez, estoy segura, porque es un ejemplo de vida", finalizó la mujer visiblemente emocionada, pero agradecida.

"Fue importante saber que había más gente, además de mi familia, que daba fuerza a la distancia y que no me conocía",

Alexander Palacios."

"Me sentía como un niño que no era normal y no sabía si podía salir adelante, pero no tenía otra alternativa. La recuperación del cuerpo me acompañó, sobre todo la cicatrización, que es algo que ni los doctores se explican"."

Alexander (en la foto junto a su mamá Jócelin quintas) llegó a san Antonio el miércoles, tras 66 días internado.
en marzo comenzará a ir a la teletón para ver cómo sigue su rehabilitación.
alexander está aprendiendo a moverse con mayor independencia y poder subir a la silla de ruedas.
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