La experiencia nos ha hecho ver que la libre competencia mejora los estándares de calidad de bienes y servicios, permite el desarrollo socioeconómico y otorga autonomía al consumidor a la hora de cotizar y comprar. Considerando esto, aplaudimos el anuncio realizado por el gobierno respecto a la reducción de los cargos de acceso en la telefonía móvil, con vigencia durante los próximos cinco años.
Si bien lo anterior en un principio no se traduce en un beneficio directo a los usuarios mediante una automática rebaja de tarifas, sí permitirá que las operadoras activen sus plataformas comerciales y traduzcan este cambio en beneficios paulatinos para el público. Así, la nivelación de cancha que se traduce con esta modificación es bienvenida por toda la población, considerando el alto grado de penetración que la telefonía móvil tiene en el país.
Este nuevo escenario también plantea la posibilidad de una mejora en los servicios que las distintas compañías ofrecen a todo el ecosistema. Así, se impulsan tarifas justas, nuevos y más convenientes beneficios, incentivos a las empresas que mantienen las llamadas de voz como parte importante de sus operaciones y una competencia más sana entre las operadoras.
El gran desafío del que ahora seremos testigos se relaciona con la capacidad de adaptación que las empresas tengan ante este nuevo escenario y esperamos que sean los consumidores finales quienes terminen siendo los mayores beneficiados.
Patricio Soto
Gerente de Investigación de Telecomunicaciones en IDC Chile