Los laboratorios internacionales le venden los fármacos 24 veces más caros a Chile que a otros países de la región...
Una de varias: El que puede, puede y el que no, se muere; La necesidad tiene cara de hereje; La ocasión hace al ladrón; Donde las leyes flaquean, los pillos se pavonean; Las apariencias engañan; Definitivamente a los chilenos, el remedio les resulta mucho más caro que la propia enfermedad, o en resumen los laboratorios y las cadenas de farmacias junto a la funesta "canela", nos han visto, nos ven y nos seguirán viendo la cara...
Llegó la hora de que las autoridades de gobierno y los parlamentarios le encuentren el remedio a este gran abuso que día a día deben sufrir los chilenos más vulnerables, que tienen la mala suerte de enfermarse o de ser dependientes de uno o varios medicamentos para seguir viviendo...
¡A grandes males, grandes remedios!
Luis Enrique Soler Milla