En la Ley de Fármacos 2, que actualmente se ve en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, existen muy pocas mociones que finalmente signifiquen un aporte importante encaminado a obtener, para los enfermos, una rebaja significativa en el precio de sus medicamentos.
Con excepción de los fármacos genéricos, Chile con sus fármacos de marca, así como también los innovadores u originales, cuenta con los precios tal vez más elevados del mundo.
Entre las pocas mociones que son un aporte para los enfermos se encuentran las Nº74 y 75 en el artículo 127. Estas mociones están relacionadas con el Decreto 79/2010 que regula lo referente a los Recetarios Magistrales. Estos son una excelente arma que permitiría rebajar los precios en cientos de medicamentos diez o más veces.
Prolmed, organización que agrupa a las empresas farmacéuticas extranjeras propietarias hoy de los ex principales laboratorios nacionales, está desarrollando un lobby feroz con el fin de que eliminen las mociones en la Ley de Fármacos 2, apoyadas por la señorita diputada Claudia Mix del Frente Amplio y por los señores diputados de RN y UDI, Javier Macaya, Sergio Gaona y Jaime Bellolio.
Los cambios al Decreto 79/2010, hace más de tres años, fueron solicitados y aprobados en la Cámara de Diputados por mayoría absoluta y en forma transversal.
Lamentablemente, el gobierno anterior, haciendo oídos sordos a la voz de quienes representaron a todos los enfermos de Chile, se negaron a efectuar las medidas correctivas pertinentes a este proteccionista decreto.
Lamentablemente, el actual gobierno se quedó también en las promesas iniciales del señor Presidente Sebastián Piñera quien, en sus propuestas para salud antes de las elecciones, prometió potenciar el recetario magistral, algo que obviamente al parecer ya olvidó.
Confío en que nuestros honorables diputados recordarán todo ello y no fallarán en contra de los cientos de miles, tal vez millones, de enfermos chilenos imposibilitados de acceder hoy a sus tratamientos, debido al abuso extremo en los precios de los laboratorios, especialmente los extranjeros establecidos en nuestro país y quienes se dan el lujo de cobrarnos cinco, seis y hasta diez veces más por sus medicamentos respecto a lo que cobran por los mismos, incluso en la comunidad europea.
Atentamente,
Daniel Zapata Z.