En la cancha de La Campiña 1 el partido lo ganan la droga, los malos y el abandono
Un grupo de vecinos está empeñado en recuperar el espacio público que se llenó de basura y donde es común ver a drogadictos y delincuentes que se han apropiado del lugar.
En su mayoría son mujeres, esforzadas dueñas de casa que ayer salieron de sus hogares para reclamar por su derecho a vivir en un espacio público digno y seguro. Un grupo de vecinos de la población Mirador de La Campiña 1 recurrió a Diario El Líder con la esperanza de que a través de estas páginas se pueda concientizar a las autoridades locales sobre la problemática social que les afecta.
En calle Ginebra, el corazón de Llolleo alto, se ubica la cancha deportiva de La Campiña. Una sola mirada basta para ver la gran cantidad de basura que hay sobre ese pobre reducto de tierra. Abundan los desechos, la pobreza y excrementos de origen humano y animal.
Eran casi las 13 horas de ayer y no había allí niños jugando una pichanga. Entre el cúmulo de cosas en desuso apareció una mujer que le confesó a nuestro equipo ser drogadicta. Atrapada en su vicio, camina erguida empujando un coche de guagua en que traslada palos y bolsas. Pide que no la grabemos y confirma que no quiere salir de la droga. Muy cerca de ella, las vecinas que piden mejorar el lugar la miran con distancia, todos saben que esa enflaquecida persona "está metida en la pasta".
Hastío
Ester González, vecina de calle Ginebra, es quien lidera a los residentes que quieren un lugar más digno para vivir. "Ya está bueno con todo este basural que tenemos en la cancha. Un fin de semana atrás había cuatro niños jugando y estas cabras volaitas tenían una casucha acá, por lo menos eran seis más los volaos que hay, y se pusieron a orinar delante de los niños".
Los propios vecinos desarmaron esos verdaderos escondites que instalan los drogadictos del sector, pero los "pastabaseros" vuelven a levantar sus chozas.
"El lunes pasado, en la mañana, pasaron los niños que van al colegio que hay acá cerca y salieron los volaos a orinar car´e palo, y también iban las profesoras. En la mañana temprano es súper peligroso", dijo Ester, quien admite que todos sienten que la cancha fue tomada por los que sufren el flagelo de la drogadicción.
"El tema ahora es unirnos y hacer beneficios para sacar esto adelante", agregó esta vecina.
Ivonne Pellizari, otra de las residentes de calle Ginebra, sostuvo que "decidimos juntarnos y poner un alto a todo esto; vamos a contratar una máquina para limpiar atrás porque ya no podemos seguir viviendo en este basural y porque no es digno de ninguna familia vivir en la mugre".
Otras vecinas alegaron contra el ambiente peligroso en que habitan adultos y niños. Una vez más, tal como pasa en algunas calles de Bellavista, los buenos vecinos son perjudicados.
"Nuestro problema es el asunto de la basura, es la mugre más grande que hay", afirmó el vecino José Quiroz, quien además aportó datos sobre la presencia diaria de drogadictos en la cancha.
Temorosos algunos, más valientes otros, estos sanantoninos quieren gestionar una reunión con el alcalde Omar Vera porque hasta ahora los únicos partidos que se juegan en esta cancha son los que libran los que cayeron en el vicio de la pasta base y pelean diariamente por tener el dinero para comprar un "mono" (papelillo con droga). "Antes se hacían campeonatos de futbolito acá, pero ahora ya no porque esta gente que anda así (drogada) se tomó esto", añadió Quiroz.
El vecino Jorge Campos confirmó que los drogadictos y asaltantes hacen de las suyas adentro y fuera de la cancha. "El Talud 21 de Mayo no es nada al lado de esto. Queremos que la municipalidad cierre la cancha con ladrillos y luego unirla con la sede. Queremos que alguien nos ayude y por eso empezamos con el diario y de ahí que venga el alcalde o algún concejal", dijo al recalcar que "si nos unimos los buenos podría cambiar la cosa".