Diego Gotelli C.

Los automovilistas que aprovechen este fin de semana largo para salir de su ciudad se encontrarán en la ruta con un nuevo mecanismo de fiscalización de Carabineros. Además del habitual alcotest que aumenta su aplicación en días festivos, mañana debutará en el país el control de consumo de drogas a los conductores.

Con dispositivos "Drug Test", también conocidos como "narcotest", los uniformados controlarán la presencia de cocaína, marihuana, opiáceos, metantefamina y anfetamina en los choferes, sustancias que están prohibidas al manejar, pero que hasta la fecha no podían ser fiscalizadas por falta de implementos.

"Nuestro país tenía esta tarea pendiente", destacó el ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien ayer presentó los 17 narcotest fabricados en Alemania que fueron adquiridos por el Servicio para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda). De ellos, cada región tendrá una máquina, excepto la Metropolitana, donde se quedarán dos equipos. El control preventivo de drogas operará de forma similar al de alcohol, ya que cuando se fiscalice un vehículo el policía podrá, si lo estima necesario, someter a su conductor al narcotest. Para ello el chofer se deberá extraer saliva con un hisopo conectado a una máquina que indica cuando la muestra esté lista. Luego, el dispositivo se tapa y el lector del aparato determinará la presencia de drogas. El proceso dura de 5 a 12 minutos hasta obtener el resultado.

De confirmarse la presencia de estupefacientes, el conductor será trasladado a una ambulancia del Senda para extraerle una muestra de sangre y realizarle otro estudio, e incluso podría ser derivado a una unidad policial.

Para aplicarlo, en marzo 600 carabineros fueron capacitados sobre la operación del narcotest, el que tras Semana Santa se seguirá utilizando para hacer controles todos los fines de semana del año.

15% de conductores ha conducido tras ingerir droga sin recibir sanción, según un estudio del Automóvil Club.

Pese a la rápida expansión de las llamas que el lunes pusieron en serio riesgo la Catedral de Notre Dame en París, muchas de las obras del tesoro cultural que ahí se guardan lograron salir intactas gracias a la acción de "una cadena humana". Según confirmó la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, el grupo fue compuesto por bomberos, agentes de seguridad, el equipo del arzobispado y técnicos del Ministerio de Cultura francés.

Una de las figuras que ha sido elevada a las alturas de héroe es la del padre Jean-Marc Fournier, capellán de los Bomberos de París, quien según El País de España habría insistido en entrar en la catedral para recuperar la Corona de Espinas y otros relicarios, según el alcalde del 15º distrito de París, Philippe Goujon. Fournier es veterano de Afganistán y quien auxiliara a las víctimas de la sala Bataclan en los ataques terroristas de 2015, fue la "punta" de esa cadena humana. El Ministerio de Cultura señaló que los objetos rescatados serán conservados en el Louvre.

El secretario de Estado del Interior, Laurent Nuñez, aseguró ayer que la catedral se salvó de la destrucción por 15 o 30 minutos gracias a la rápida intervención de 20 bomberos que ingresaron a las torres para combatir el fuego. Por su parte, el Presidente Emmanuel Macron fijó en cinco años el plazo para reconstruir. "Tenemos mucho que reconstruir. Y la reconstruiremos más bella todavía", aseguró en un discurso televisado desde el Eliseo.

Empresas y autoridades locales habían comprometido más de 700 millones de euros para la reconstrucción, incluidos 500 millones de euros de tres familias multimillonarias que controlan los imperios del lujo en Francia: Kering, LVMH y L'Oreal.