La terapeuta que cambió su forma de vida para sanar a las personas
Hace diez años, y producto de un taller municipal de manicure y masajes, Gabriela Aravena comenzó a interiorizarse en las terapias naturales y hoy atiende a una gran cantidad de personas en su casa en la comuna de El Tabo.
Gabriela Fernanda Aravena García está dedicada en estos momentos en su totalidad a lo que son las terapias alternativas. A sus 40 años de edad (2 de junio de 1978) trabaja prácticamente toda la semana en la atención de pacientes particulares, además de entregar sus conocimientos a los funcionarios del Daem de la comuna de El Tabo. Sin embargo, la vida de esta oriunda de Las Cruces era totalmente diferente hace diez años atrás.
"Estudié en la escuela de Las Cruces y la enseñanza media la realicé en el José Luis Norris, donde salí de cuarto medio. Por lo mismo tenía que viajar todos los días a clases a San Antonio, así pude conocer también la ciudad puerto. Ya después estuve estudiando para cajera bancaria, también hice cursos de computación que estaban de moda en esos tiempos a principios de la década de los noventa. Y en esas cosas me estuve desempeñando", recuerda Gabriela.
Hasta que el 2009, cuando ya tenía dos hijos de su matrimonio junto a Eduardo Solís, una amiga le realizó una invitación que sería crucial en su nuevo enfoque que le daría a su vida.
"Estaba en plena crianza de mis dos hijos cuando una amiga me dice que vayamos a un taller municipal de la comuna de El Tabo que se realizaba en la Casa de la Cultura y que consistía en una primera etapa de manicure y luego una segunda etapa que era de masajes, que fue finalmente lo que me encantó y me quedó gustando mucho", reconoce la crucina.
Primeros masajes
Y debido a que el taller había sido municipal, las integrantes pidieron permiso para trabajar durante el verano en la playa con un stand donde se hicieran masajes de relajación.
"Estuvimos trabajando durante el verano el 2010, aprovechando que teníamos los permisos municipales para estar en la playa. Y me gustó tanto esa labor que comencé inmediatamente a estudiar más y a interiorizarme sobre las terapias alternativas", detalla Gabriela, que comenzó a viajar hacia Santiago para estudiar todo lo que eran las terapias naturales en el colegio de Terapeutas.
"En realidad esto no se detiene y uno está constantemente aprendiendo y sumando nuevos conocimientos. Después de que estudié en Santiago comencé a desarrollarme inmediatamente y así fue que comencé a trabajar con los primeros pacientes durante el 2010", hace memoria.
¿Qué fue experimentando mientras iba desarrollándose en terapias naturales?
-En el camino me fui dando cuenta que uno puede ser una buena ayuda. Lo que siempre le digo a mis pacientes es que yo no soy ni sanadora ni nada eso, solamente una pequeña luz entre muchas luces que uno tiene en el transitar. Y así uno se va dando cuenta que se puede ayudar de otras maneras y así fue que seguía capacitándome. Por ejemplo pensaba que si aprendiera a trabajar con la técnica de la auriculoterapia, podría ayudar de una determinada forma y así era que estudiaba sobre el tema. Así fui creciendo en cuanto a mis conocimientos, ya que tenía constantemente la inquietud de conocer más y poder comprender al ser humano.
¿En estos momentos qué es lo que le entrega a sus pacientes?
-Entrego todo lo que es la masoterapia: piedras calientes, drenajes, masajes estéticos y reductivos, que están muy de moda y todo tipo de masaje que necesite el paciente; también airuculoterapia; trabajo con moxibustión; trabajos con imanes y biomagnetismo; entre otras técnicas de terapias naturales que puedo entregar.
Las causas del dolor
Respecto a las causas que presentan los pacientes cuando acuden a su consulta, Gabriela Aravena detalla que "siempre vienen por dolencias, cansancio, y ahí voy indagando y ahondando en la historia de la persona para buscar la raíz del dolor. Ya que es algo físico que molesta, pero que viene de más atrás y ahí hay que ir viendo", explica.
¿Cuántas sesiones se necesitan para comenzar a sentirse mejor?
-Bueno, eso va a ir dependiendo de la persona y cómo se va sintiendo y evolucionando respecto a su dolencia. Si es dolencia física quizás sería bueno una vez a la semana, pero todo depende de la experiencia personal. Y saber por qué llegó a mí. A mí me ubican harto por el boca a boca, aunque también por teléfono y últimamente en redes sociales, donde tengo Facebook e Instagram. En estos momentos estoy atendiendo en un espacio habilitando en mi domicilio donde armé una pequeña sala.
Trabajo para el daem
Junto a su labor particular en su domicilio en donde habilitó una sala para sus pacientes, desde hace siete años que Gabriela Aravena también trabaja junto a los funcionarios municipales del Daem de la comuna de El Tabo.
"Atiendo a todo el personal de educación. Profesores, docentes, paradocentes, servicios menores, entre otros. Hace siete años que me acerqué para ofrecer el servicio y al Daem les gustó la propuesta para ayudar con mis terapias naturales para estos profesionales que a veces trabajan con harta presión producto del día a día con los estudiantes. Tengo mi espacio habilitado en el colegio El Tabo y en la escuela de Las Cruces, además atiendo a las parvularias de un jardín infantil", comenta la terapeuta que además de forma particular "atiendo a personas que vienen desde San Antonio e incluso algunos que piden hora desde Santiago y se dan el tiempo para atenderse conmigo. Y bueno, hay pacientes que llevan muchos años también".
-¿Cómo cree que está la comunidad del Litoral Central en temas emocionales?
-Emocionalmente a la provincia le falta harta aceptación, darnos el momento de mirarnos hacia adentro y ver qué es lo que nos pasa y saber por qué nos estamos enfermando. Hay situaciones emocionales que nos enferman y eso es lo que tenemos que ver. Acá en la provincia recién se está dando un paso grande en cuanto a la salud emocional.
¿Cómo se siente con este giro importante que le dio a su vida?
-Muy feliz. Primero pensé que iba a ser algo para los demás, pero con el transitar me di cuenta que era algo para mí. Estoy haciendo lo que me gusta y estoy tratando ser una pequeña luz para las personas, como era lo que explicaba antes. Por todo esto es que me encanta la labor que estoy realizando.