Jesús Farías Silva
Ayer, con su publicación en el Diario Oficial, entró en vigencia la ley que obliga a lugares públicos -como centros comerciales, colegios, estadios, puertos y terminales de buses- a contar con un desfibrilador en sus dependencias.
Se trata de una indicación a la ley 19.496 (Ley del Consumidor) que establece que dentro de estos recintos haya al menos uno de estos instrumentos médicos, que mediante una descarga eléctrica restablece el ritmo cardíaco en caso de sufrir un paro.
El senador Francisco Chahuán explicó a Diario El Líder qué lugares deberán cumplir con la normativa y bajo qué circunstancias. "Es una muy buena noticia que se promulgara ya la nueva ley que obliga a contar con máquinas desfibriladores en grandes espacios públicos, centros comerciales, terminales de buses o ferroviarios, metros, estadios, puertos, aeropuertos, recintos deportivos, establecimientos educacionales, casinos de juegos, hoteles, centros de eventos, ferias, centros de atención de salud, cines y teatros".
Afirmó, además, que "deberán estar debidamente señalizados y su acceso deberá ser expedito y libre de obstáculos para su uso cuando sea requerido, ya que está comprobado que con la presencia de un desfibrilador, en el 70 por ciento de los casos es posible recuperar a una persona de un infarto cardíaco", agregó el integrante de la Comisión de Salud del Senado e impulsor de la norma.
El texto legal también indica que "deberán estar aptos para su funcionamiento inmediato" y que dentro de los primeros seis meses de su promulgación se deberá dictar un reglamento que esclarezca el resto de dudas que permanece en torno a la ley.
Entre estas, cuáles serán las características técnicas del instrumental médico, su certificación y quiénes los emplearán, pues muchos de estos lugares deberán incorporar mejoras de infraestructura para tener estos lugares bajo normas sanitarias, y emplear personal preparado para determinar cuándo usarlos y notificar a los servicios de urgencia, donde los pacientes deberán ser trasladados luego de recibir la descarga eléctrica.
"Para poder implementar la norma vamos a necesitar hacer una gran capacitación a lo largo de Chile, en aquellos lugares donde hay presencia de personas que puedan llevar a cabo no solo reanimación cardiopulmonar, sino el uso de desfibriladores", dijo la subsecretaria de Salud, Paula Daza tras su aprobación en abril.
70 por ciento de quienes reciben ayuda con este instrumento se recupera tras un infarto.