Carolina Collins
En la ficción Daniel Muñoz ha sido parte del mundo del fútbol varias veces. Su primera película fue "Historias de fútbol" (1997), donde fue un futbolista de barrio; en 2015 hizo la serie "Príncipes de barrio" y en "62: Historia de un mundial" (2017) encarnó al DT Fernando Riera. Ahora en "Mi amigo Alexis" será un futbolista frustrado que quiere que su hijo siga sus pasos.
Sin embargo, Muñoz está lejos de definirse como "futbolero". De hecho, no lo sigue mucho y asegura que "para jugar fútbol soy pésimo, soy malo, malo, malo".
Pese a todo, cuando le dijeron que habría una película que tendría a Alexis Sánchez como protagonista, dijo que sí sin siquiera conocer la historia. "Después, cuando me presentaron el guión, entendí que, independiente de lo mediático de la presencia de Alexis, la historia está muy buena", dijo.
Solo sabía que actuaría el astro del fútbol nacional, y que sería dirigida por Alejandro Fernández Almendras, con quien ya había trabajado en "Sentados frente al fuego" (2011). "Respeto mucho el trabajo del Alejandro así que dije 'si está él detrás de esto, debe ser un proyecto bueno'", recuerda.
Como luisito rey
Aunque se ha hablado de "la película de Alexis Sánchez", la cinta no es una biografía. "Mi amigo Alexis" cuenta la historia de Tito (Luciano González), un niño que por casualidad conoce al jugador. Daniel Muñoz es su papá, Héctor.
"Es como el antagonista de esta historia, es el que justifica un poco la trama", adelanta el actor sobre su personaje, una especie de Luisito Rey, el padre de Luis Miguel que fue retratado en la serie de Netflix del astro mexicano.
"Mi personaje en el fondo traslada todas sus frustraciones a este niño y está a punto de sepultar, no solo a su hijo, sino que a toda su familia: llevárselos a este hoyo en el que está sumido.Y ahí claro, entra a jugar la presencia de Alexis, que en el fondo es la luz de esta historia que va poniéndose cada vez más oscura", añade.
-¿Recuerda el momento en que conociste a Alexis?
-Lo estábamos todos esperando y no llegó porque su calendario estaba bien acotado. Pudo grabar con nosotros, porque había un partido amistoso de la Selección y él se coordinó con eso. Unos días después sí se pudo grabar y él fue bien amable, muy entretenido, pero muy acotado; era llegar a hacer la escena y sería todo.
-¿Qué impresión le causó?
-Fue muy atento, concentrado, respetuoso, como jugando, lo que me pareció muy bien, jugando a hacerse a sí mismo, jugando a hacer las escenas. Lo mejor que puede hacer una persona que no es profesional en la actuación es jugar, que es como empezamos nosotros en la escuela de actuación; el juego es la clave de la actuación. Los niños bien guiados son buenos actores, porque lo que hacen es jugar y no necesitan complicarse en la caracterización y Alexis tampoco necesitaba eso. No era fácil, porque actuarse a sí mismo no es para nada fácil y, claro, se tiende a caer quizás en algo demasiado correcto, entonces cuesta llegar a esa naturalidad.
-¿Le dio consejos como actor?
-Conversamos. Él generalmente me decía: "¿Está bien, maestro? Usted sabe, ¿está bien?".
-¿Lo trataba de usted?
-Claro, sí. En el fondo yo lo que le pedí es que estuviera bien atento no más, y cuando le tocaba a él hacer sus planos trataba de estar yo al frente como para dialogar con él para que tuviera un referente, ayudarlo con algunos textos, repetir las escenas cuantas veces fuera necesario para que se fuera soltando. Él improvisa bastante, administra a su pinta el texto. A veces le funcionaba bien, a veces se enredaba, se ponía nervioso, pero ahí uno estaba como compañero para decirle "tranquilo, todos nos equivocamos". De hecho todos nos equivocamos muchas veces.