Los viajes de Luis
Luis Mella, "Mellita" para los amigos, es de esos hinchas que viven, sufren, ríen y lloran por el club de sus amores. Este fanático del SAU lleva el amor por el equipo definitivamente a otro nivel.
El Salvador, Ovalle, Vallenar, Santiago, Talagante, Melipilla, San Fernando, Cauquenes, San Vicente, Los Angeles, Concepción, Talcahuano, Angol, Valdivia, Puerto Montt... son solo algunas de las ciudades que Luis Mella (61) ha visitado para acompañar al club de sus amores: San Antonio Unido.
En esos lugares, específicamente en los estadios de esas localidades, este sanantonino se hace presente en las tribunas con la polera lila del elenco porteño. Y también con el espíritu bien en alto para que en la cancha su cuadro se quede con la victoria.
Este hincha es de verdad, no de esos que solo están en el tablón cuando el equipo anda bien o llega a las finales. Al contrario, Luis Mella está en las buenas y en las malas, e incluso más allá porque pone parte importante de su tiempo y dinero a las actividades propias del club.
Y cuando se da la posibilidad, acompaña al equipo por sus propios medios o en grupo junto a los hinchas del bus que siguen las peripecias del SAU en el torneo de la Segunda División Profesional.
Por lo general a Luis Mella se le ubica por estos días en el estadio de Cartagena. Ese es el recinto donde entrena el elenco lila y periódicamente este hincha va al campo deportivo con un balón de gas para colocarlo en el calefón que permitirá calentar el agua que los jugadores emplearán una vez concluida la práctica. Si no está ahí en el estadio, se ubica junto al "Chamaco", el utilero, para ayudar con la indumentaria deportiva.
Pero son los viajes los que le han valido a este sanantonino los mayores recuerdos, porque han sido fruto de su esfuerzo y porque con la tricota lila en un estadio foráneo el orgullo se siente más fuerte que nunca.
Pasión
"Mire, para mí esto es muy fuerte, es más que ser un simple hincha, es una pasión. Yo dedico mi tiempo a acompañar al SAU, a los jugadores. De pronto falta algo y yo estoy ahí con mi auto para ayudar. No pido ni que me den algo para bencina", comenta en el estadio de Cartagena mientras los jugadores del plantel preparan un amistoso ante Barnechea.
-¿Ha estado en los momentos importantes de la institución?
-Sí, cuando el SAU estaba a punto de subir a Primera B en el año 2015 jugaba un partido muy importante como local y yo por esas cosas de la vida, me había quedado sin entrada. Así es que por ahí, con el encargado del cuidado del estadio, Juan Jofré, me las arreglé para ver qué podía hacer. Él me dijo que ayudara con la labor de recoger piedras en torno al recinto para cumplir con las peticiones de Estadio Seguro. Así es que hice la pega nomás. La gente que me conocía y me veía con la carretilla ponía unas caras preguntándose por qué yo estaba haciendo ese trabajo, jajaja, pero así pude entrar al estadio y estar con el equipo en ese partido (triunfo por 1 a 0 sobre Maipo Quilicura ante más de 2 mil personas en el Municipal Olegario Henríquez).
-¿Y fue al partido final de ese torneo en Puerto Montt?
-Pero claro. ¿Cómo no iba a ir? El problema es que no tenía plata y había que estar sí o sí en esa final...
-¿Y cómo lo hizo?
-Pedí un crédito en una institución financiera. Pensaba que me iban a dar como 500 lucas, pero al final me pasaron $100 mil y todavía lo estoy pagando.
-¿En serio? Le salió pesada la cuestión...
-Sí, pero valió la pena. En serio. Yo pensaba que había firmado el préstamo por un año, pero me dijeron que era por tres y en eso estamos... Lo voy a pagar igual.
-¿Esa fue la vez que el SAU estuvo más cerca de subir a Primera B?
-Claro. Teníamos un buen equipo con Luis Musrri, pero pasó el 'viejo del maletín'.
-¿Usted cree que hubo algo raro en esa definición?
-Síiiii, demás. Teníamos equipo para haber hecho mucho más (al final ese año subió Puerto Montt tras derrotar al SAU en el sur por 4 a 0).
Nada fácil
Esto de ser hincha no es algo fácil. Implica comprometerse, como cuando "Mellita" viajó a El Salvador para alentar en el campamento minero a los lilas en el marco del partido de vuelta por la Copa Chile del año 2018. En el primer juego los porteños habían ganado 2 a 0 en El Quisco, así es que el sueño estaba al alcance de la mano.
"Fuimos en avión y cuando llegamos a Copiapó supimos que no había buses a El Salvador en un horario que nos acomodara. Así es que tuvimos que arrendar una van para llegar. Salió caro eso", comenta.
-Y se volvió a perder ( 4 a 0)...
-Sí, pero eso no es lo importante. Lo valioso era estar ahí y yo estuve. Había llevado sanguchitos, bebidas y limón para que los muchachos le hicieran frente a la altura. Estaban tristes por la derrota. Fue harto complicado ese viaje.
-¿Por qué?
-Porque yo soy hipertenso y diabético, y además he sufrido tres infartos. Así es que había que tener cuidado.
-¿No lo pensó dos veces antes de viajar?
-No, porque quería ir. Llevé mi maquinita para tomar la presión y para medir la glicemia. Me iba chequeando a cada rato.
-¿Hay otros recorridos que recuerde?
-Hay varios por aquí cerca. A veces voy en mi auto manejando. Así fuimos a Vallenar. Pero con el grupo de hinchas del bus hemos ido a Concepción y Angol, entre otros lugares. Muy bonito todo. El estadio de Conce es muy lindo. En Angol nos trataron muy bien. Es que la gente del sur es distinta y como nosotros íbamos en grupo, lo pasamos bien. En Angol antes del partido fuimos a un parque y nos hicimos un asadito. En Concepción recorrimos la ciudad y nos encontramos con hinchas locales. Ellos nos preguntábamos por qué les habíamos copiado el color de las camisetas, pero yo les decía que era al revés la cosa, porque el SAU es más antiguo que Deportes Concepción.
-¿Le ha servido viajar?
-Claro, sirve para conocer y compartir. Voy para todos lados y nos conocemos con otros hinchas. El año pasado no me perdí ningún partido del equipo ni de local ni de visita.
Luis Mella ha convertido su hogar en cerro Arena en una especie de pensión para los jugadores de San Antonio Unido. Allí tuvo a 12 jugadores del plantel el año pasado y ahora tiene a seis. "Yo lo paso bien con ellos, me levanto temprano y los vengo a dejar al entrenamiento, después los llevo de regreso. Lo hago porque me gusta, no porque el club me pague. Yo no lucro con esto. Estas cosas las hago por el SAU, no para que se sepan".
-¿Viaja solo?
-Por lo general. En algunas oportunidades he ido con alguno de mis hijos (tiene cuatro) y en otras ocasiones con mi señora, Sandra Poblete.
-Oiga, ¿y cómo se las ha arreglado con el permiso para salir tanto de viaje? Ud. se lo pasa fuera de la casa...
-Sí, jajaja. Lo que sucede es que mi señora me comprende. Ella entiende que tengo esta pasión y no se me va a acabar así como así. Con ella me saqué el premio de la Lotería, del Kino y el Loto juntos. Me casé a los 15 años. Ella es lo mejor que Dios me dio. Me sigue en las buenas y en las malas. Me ha salvado un montón de veces y gracias a ella estoy de pie y acompañando al SAU. Mire, cuando estábamos pololeando y éramos muy chicos hicimos un pacto, un compromiso de amor con sangre porque siempre íbamos a estar juntos y eso lo he cumplido... Esto es para siempre.
"Cuando fuimos a Los Angeles hace poco, nos encontramos con un tremendo temporal. Nos salvamos por poco de que nos pillara el tornado",