El museo recibió millonaria colección de contrabando que halló la Aduana
Entre las piezas hay hasta una almeja gigante de 90 centímetros y también la piel de una cebra.
El director del Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio (Musa), el ecologista José Luis Brito, tendrá mucho para contar sobre las nuevas piezas que ayer se sumaron a la colección del edificio ubicado en lo alto del Cristo del Maipo. Se trata de una serie de fósiles marinos y de la piel de una cebra que fueron detectados por los funcionarios de la Aduana de San Antonio en un cargamento de contrabando que importadores chilenos quisieron ingresar al país.
Silvia Mack, administradora de la Aduana de San Antonio, y el mismo José Luis Brito, firmaron el convenio mediante el cual dicho ente fiscalizador entregó en custodia los elementos que habían sido incautados en distintos buques mercantes que arribaron al puerto sanantonino entre 2015 y 2019.
Brito explicó que se trata "de una gran cantidad de elementos exóticos de la vida silvestre, en este caso extranjeros, que están avaluados en altísimas sumas".
Entre dichas piezas hay cerca de 318 caracolas, las conchas de tres almejas gigantes (tridacna gigas), una de ellas de 90 centímetros de largo, la piel de una cebra de llanura -correspondiente a un ejemplar que fue ultimado de tres balazos- y también la cabeza de un "aligator americano", una especie de cocodrilo más pequeño.
Según el director del Musa, la totalidad de la colección puede llegar a venderse en el mercado negro en sumas superiores a 27 mil dólares, o sea unos, 19 millones de pesos.
"Cuando detectamos estas especies que están incluidas en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), procedimos a su incautación, quedando depositadas en los almacenes del puerto de San Antonio", detalló Silvia Mack, quien destacó que dichas piezas fueron entregadas al museo para que sean usadas como material educativo para enseñar a la comunidad.
Asesinados
"Lo importante es que al poder detectar estos elementos y eliminarlos del sistema comercial del mercado negro, podemos utilizarlos para educación, ciencia, investigación y cultura, y parar lo que significa la muerte de miles de animales que son cruelmente asesinados por vanidad para ser utilizados de adorno", dijo Brito.
Para el gerente de Asuntos Públicos de Puerto San Antonio, Carlos Mondaca, la detección de estos cargamentos de contrabando es el resultado del trabajo profesional que realizan los funcionarios de Aduanas. "En Chile somos un país bastante riguroso y nuestro Servicio Nacional de Aduanas hace incautaciones importantes como estas", afirmó.
Almejas gigantes
La almeja gigante habita en las profundidades del mar y es el molusco más grande de la Tierra: puede crecer hasta más de un metro y llegar a un peso cercano a los 230 kilos. Según las investigaciones científicas, esta especie vive en las cálidas aguas del Pacífico Sur y del océano Índico. Consume las proteínas que producen las millones de algas que habitan en sus tejidos. A cambio, proporciona a las algas un hogar seguro y un acceso regular a la luz solar para que puedan realizar la fotosíntesis bajo la superficie del agua con sus conchas onduladas abiertas.
"Hemos procedido a entregar estas piezas en custodia para que sean expuestas a toda la comunidad",
Silvia Mack
Donación
José Luis Brito informó que el Musa recibió la donación de valiosas piezas paleontológicas, históricas y arqueológicas por parte de Fabián Machuca , quien entregó parte de los elementos que encontró desde 2008 hasta 2012 en el sector comprendido entre Navidad, Punta Toro, Maitenlahue y la Boca del río Rapel. "Entre las piezas más importantes se encuentran un gran conglomerado de unos 250 kilos de peso con miles de bioturbaciones realizadas por primitivos gusanos marinos denominados poliquetos, el cual se desprendió desde unos 100 metros de altura en los acantilados de la exlorera de Mostazal en el invierno de 2017; también un trozo de madera fosilizada horadada por algún molusco primitivo y que fue lanzado por el oleaje a la costa en 2016. Probablemente corresponden a la Formación Navidad y al Neogeno con una edad probable de entre 11 a 18 millones de años . Además, fueron entregados dos dientes de tiburón primitivo de la especie Isurus hastalis . La pieza arqueólogica es una mano de moler encontrada en el borde del estero Maitenlahue y las piezas históricas son dos restos náufragos correspondientes a dos partes de dos buques, uno que se hundió en Punta Toro y otro, frente a Las Palmeras en Bucalemu, al sur de Santo Domingo".