Volverán a la escuela para darle el último adiós a recinto educacional
Exalumnos del antiguo Movilizadores Portuarios preparan una fiesta para despedir al edificio que será demolido.
"Yo cuando llegué al colegio venía con miedo, pensé que me podrían discriminar, pero fue todo lo contrario. Me recibieron súper bien, fuimos como hermanos que se respetan, protegen y ayudan. Si no fuera por el colegio y mis compañeros, a lo mejor no hubiese podido caminar".
Cristina Ampuero (47) llegó a la escuela Movilizadores Portuarios en 1981, cuando el recinto educacional estaba ubicado en donde hoy está el Instituto Bicentenario José Miguel Carrera.
En el edificio de calle Luis Reuss, esta vecina del sector 30 de Marzo conoció a un grupo humano que no solo la ayudó a terminar sus estudios, sino que también a superarse.
Ampuero nació con el síndrome de Lanser, lo que le significó pasar gran parte de su vida en el hospital. Además de poseer una estatura baja, esta enfermedad le provocó problemas en su columna, principalmente, y también en el resto de su cuerpo.
"Hoy puedo caminar gracias a mis compañeros y a la escuela Movilizadores Portuarios. Me he superado y soy de las pocas personas que con este síndrome pueden caminar y hacer casi una vida normal", describió la exalumna.
Sobre la oportunidad de reencontrarse con sus excompañeros de escuela, Ampuero la considera "maravilloso, porque es bonito juntarse con buenas personas".
Precisamente, los exestudiantes del antiguo Movilizadores Portuarios realizarán un evento imperdible para despedir al actual edificio, que será demolido para dar espacio a un nuevo y moderno establecimiento educacional.
José Ávila, uno de los organizadores de esta actividad, detalló que "en una oportunidad, en el año pasado, nos juntamos la generación del 84 y yo escuché el rumor que esto se iba a demoler, entonces pensamos en juntar a todas las generaciones y dar una despedida a este colegio que tantos buenos recuerdos nos dejó".
Ya tiene fecha
La cita será el 21 de julio, en una jornada que se extenderá durante todo el día con una serie de actividades para profesores, auxiliares, paradocentes, alumnos y apoderados.
Ricardo Bravo (56) fue uno de los primeros alumnos en licenciarse de este establecimiento educacional y confiesa que cuando se enteró que el edificio sería demolido "quedé con sentimientos encontrados, porque esta escuela forma parte de nuestros buenos recuerdos".
"Son hermosos sentimientos los que uno vivió durante toda la niñez y juventud. Incluso aún perduran esas amistades y seguimos reuniéndonos. Entonces, ahora que van a demoler este edificio, en bien de la educación, es algo lindo pero también emotivo para los que vivimos buenas etapas en esta escuela", dijo emocionado.
Otro de los organizadores es el exconcejal Manuel Meza, quien anunció que el encuentro de despedida contará con música, almuerzo y emotivos recuerdos
"Estamos gestionando una campana para que se toque por última vez. Cantaremos el Himno Nacional y del colegio, haremos una tallarinata a la hora de almuerzo. Tendremos, además, artistas y grupos musicales que también fueron alumno del colegio y terminaremos con un malón (una fiesta) como se hacía antes", describió.
La organización solicitó a los exestudiantes del recinto enviar fotografías antiguas, llamaron a los profesores de la época a participar en este evento, como también apelaron a la buena voluntad de las autoridades para aportar con un cóctel para la ceremonia.
Los organizadores pusieron a disposición de la comunidad el número de WhatsApp +56976064411 para coordinar la entrega de imágenes y confirmar la asistencia a este evento artístico-cultural.
"Nos juntamos la generación del 84 y yo escuché el rumor que esto se iba a demoler, entonces pensamos en juntar a todas las generaciones",
José Ávila.