La dirigenta que lucha por erradicar el machismo y la violencia contra las mujeres
Mariajosé Alvarado trabaja en su "colectiva" para entregar contención a quienes la necesitan, educar a las nuevas generaciones y dar su mensaje "antipatriarcal".
Mucho antes de ser docente en el colegio Sara Cruchaga, Mariajosé ya llevaba a cuestas un concepto que hoy por hoy tiene a todo Chile revolucionado: el feminismo. Junto a otras congéneres de San Antonio, formó La Colectiva Círculo de Mujeres de Agua Lunar, a través de la cual realizan distintos tipos de actividades, como jornadas de autoconocimiento, reflexión acerca de políticas feministas y también brindan apoyo a víctimas de la violencia de género en casos graves. Todo para y por mujeres.
Colectiva
Mariajosé partió como integrante de la "8M", como se denomina a la agrupación que organiza la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora (8 de marzo) en el Partido Comunista. Luego, ella y un grupo de mujeres decidieron apartarse de esa institución para tener un discurso propio.
"Después nos dimos cuenta que nosotros no queríamos ser del PC. Eso nos permitió articularnos en esta colectiva. Y ahí dijimos cuáles iban a ser nuestros lineamientos. Nos definimos anticapitalistas y antipatriarcales, considerando que el patriarcado es la herramienta para oprimir", afirma.
Para Mariajosé, la organización se transformó en un apoyo fundamental para las mujeres de San Antonio. "Eso nos ha permitido ser críticas, pero aportar. No solamente ponerse a quejar, sino también aportar con ideas y hechos".
Patriarcado
El patriarcado se define como el sistema en donde ha prevalecido el dominio de los hombres. El machismo, en cambio, es una actitud perjudicial frente a las mujeres. "Muchos (y muchas) dicen no ser machista, pero la verdad que eso es casi imposible".
El feminismo también tiene distintos niveles, según Mariajosé. "Mi hermana me critica porque soy feminista y como carne, porque ella es antiespecista. Están las feministas institucionales o liberales, que están en todos los estamentos de la política y están luchando por darle una perspectiva de género", y todo lo que está en el amplio espectro de entre medio.
-¿Todas aportan a la lucha?
-Ahí van apareciendo las bifurcaciones, porque hay algunas que quieren la igualdad de derechos entre hombres y mujeres; otras no consideran eso y se enfocan en temas de diversidad sexual, por ejemplo, o solo en el aborto. Pero en realidad, lo que yo quiero es la libertad. Y esa libertad no la tienen ni los hombres ni las mujeres. Entonces, el feminismo, a la larga, es una lucha de clases.
Esta feminista considera que el principal enemigo es el modelo económico. "Por eso nos definimos antipatriarcales y anticapitalistas, porque si no se acaba con el capital, no se derroca el patriarcado. Ya no es una cuestión de igualdad entre hombres y mujeres, es una igualdad con las personas, para la humanidad".
-Pero las mujeres están más en desventaja…
-Sí, obvio, porque por siglos hemos sido excluidas de ese organigrama. Nos quemaron porque teníamos conocimientos de las plantas, porque nos juntábamos a conversar, porque nos traspasábamos saberes de la menstruación. Después se reprimió a las sufragistas, y así un montón de otras oleadas de feministas que fueron apareciendo, que de una u otra forma han sido reprimidas igual.
Separatismo
Uno de los conceptos que menos se entiende del feminismo más radical -y que más molesta a los hombres- es el "separatismo" o prohibición de participación de los hombres en ciertos espacios. Sin embargo, esta decisión tomada por varias organizaciones en todo el mundo, tiene una lógica y una explicación: los hombres no ven el mundo de la misma forma que las mujeres por diversas razones culturales.
"En los dos primeros espacios de nuestra actividad de autoeducación llamado 'mujer libra', la convocatoria fue abierta. Sin embargo, los hombres no saben comportarse en esos espacios que son abiertos", cuenta Mariajosé.
"Cuando vinieron fue complejo, por los comentarios que ellos hicieron y la forma en la que se comportaron. Hicieron sentir incómodas a las expositoras. El segundo año era período de elecciones, y vinieron los candidatos a sentarse con sus poleras y monopolizar la palabra. Dijeron que a ellos les interesaba mucho hablar de feminismo porque eso es lo que la estaba rompiendo, y tenían que insertarlo en su agenda", agrega.
Entonces, como agrupación decidieron tomar cartas en el asunto. "Cuando esas cosas fueron pasando, definimos dos espacios separatistas: la construcción de política feminista y la autoeducación". Su colectiva prepara una serie de otros espacios en el año, donde los hombres son muy bienvenidos, pero subraya que, a pesar de las críticas, continuarán trabajando bajo esta modalidad debido a que, al parecer, sin hombres funcionan mejor.
-¿Se avanza más rápido cuando los encuentros son separatistas?
-Se avanza, pero con los hombres, nada. Además, en la historia de la humanidad, el hombre ha tenido ese privilegio por siempre. Nosotras tenemos tiempo que recuperar en autoformarnos y en política feminista, ya sea jurídica ó ética. Ellos ya tienen resuelto su mundo, y nosotras tenemos que pensarnos.
Tensión
Para la pasada conmemoración del 8 de marzo, la convocatoria fue multigremial, pero separatista. Eso obligó a varios gremios de la salud, la educación y movimientos sociales en general, a enviar mujeres a la convocatoria, lo que trajo más de algún cuestionamiento y tensión dentro de las agrupaciones participantes.
Mariajosé cuenta que fue un triunfo conseguir que algunos sindicatos, e incluso movimientos como el No+Afp, delegaran responsabilidad en mujeres. "Yo les preguntaba cómo no va haber una mujer en su gremio que sea capaz de representarlos", recuerda.
Parecería extraño, porque incluso en algunos estatutos se obliga a la "paridad de género" entre los representantes. "Después, cuando llegaron las mujeres a la reunión, nos dijeron las dirigentas que ellas iban a los encuentros, que eran parte de la directiva, pero que en el fondo siempre hablaban los hombres, ellos decidían todo. Acá se les dio la posibilidad de representarse y se empoderaron, y eso les gustó".
-Entonces, lograron que se cuestionara el machismo aunque sea un poco…
-Tuvo que haber un cuestionamiento, y era eso lo que queríamos, que se generara una tensión, no para que pelearan, pero para problematizar la situación, que se converse y se encuentre la paridad. Y ojalá siga pasando en otras instituciones.
Mariajosé es la vocera del Círculo de Mujeres, y ha liderado la lucha para obtener una casa de acogida para sus congéneres violentadas, además de armar toda una red de protección contra la violencia, que incluye protocolos y dispositivos que permiten una rápida acción, que incluso han evitado potenciales casos de femicidios. "Nosotras hacemos acompañamiento telefónico en algunos casos; y en otros, donde la mujer corre el riesgo de morir, hacemos las gestiones para que sean recibidas en la casa de acogida. De verdad hay situaciones críticas, por eso, no podemos no contar con esa institución".
Cuenta que ya conversó con la nueva encargada de la casa de acogida para ponerse a disposición de las mujeres de la provincia, con una mirada crítica pero constructiva de la institución. Todo sea, en primer término, por salvar la vida de las mujeres violentadas. Y luego, quiere seguir batallando para que estos hechos dejen de ocurrir y así encontrar la igualdad y la libertad que tanto anhelan este grupo de feministas.
"Nos definimos anticapitalistas y antipatriarcales, considerando que el patriarcado es la herramienta para oprimir",
Mariajosé Alvarado
"Nosotras hacemos acompañamiento telefónico en algunos casos; y en otros, donde la mujer corre el riesgo de morir, hacemos las gestiones para que sean recibidas en la casa (de acogida)",
Mariajosé Alvarado