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Los dramas que no dejan vivir en paz a una adulta mayor de Cartagena

María Farías sufre por la crítica situación de su hija, enferma de leucemia, y mantiene un antiguo litigio por unos terrenos que, asegura, son de su propiedad.
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Nicole Guzmán Cáceres

María Farías cuenta que vendió todo lo que tenía para instalarse en Cartagena. Según su testimonio, en 1992 adquirió en 7 millones los sitios 42, 43, 44, 45 y 46 del terreno que alguna vez loteó el poeta Vicente Huidobro. "Yo compré el 42, 43 y 44. Como me cobró de más en esos años (según un acuerdo con la propietaria, de vender su propiedad en Santiago al mismo precio que le vendieran su nueva casa en Cartagena), me dejó también parte del 45 y el 46. Esto empieza en la calle Llolleo, en el sitio 42, y termina en el 46, en San José Bajo".

El único sitio que no estaba entero era el 45, el que dividió la dueña original para heredarle algo de la tierra a su hija, lo que finalmente no pasó ya que vendieron en vida, y es uno de los pocos espacios dentro de la manzana que se puede comprobar que no son de ella.

Ahí comenzó su calvario. "Hace 27 años que ando detrás de que me devuelvan mi sitio. No he podido hacer ampliaciones, no puedo disfrutar de mis hijos cuando vienen, siempre se tienen que ir y no se pueden quedar porque no tengo espacio para recibirlos", lamenta Farías.

"Me tienen tomado todo mi sitio. Un familiar de la señora que me vendió los terrenos, vendió el sitio 43 como sitio 44. Y entonces el hombre de la equina, que es del 42, también se tomó una parte que me corresponde de la equina de Llolleo. De ahí yo tengo 23 metros por 20 por la calle Llolleo", intenta explicar la anciana.

La forma de su sitio es algo extraña. Forma una especie de "T", siendo la calle Colón la horizontal y León XIII la vertical. En la parte vertical de la "T", está su casa y el sitio que quiere recuperar pronto para hacerle una casa a su hija, enferma con leucemia.

-¿Actualmente qué sitio está ocupando usted?

-El 44, pero solo tres cuartas partes, porque a la hija iban a heredarle 10 metros de ese terreno, que después vendieron a otras personas.

Moradores

Según su versión, quienes mantienen sus sitios "tomados son sus vecinos por casi tres décadas. "Yo hablé con ellos en el año 1995 y me dijo que esos sitios eran de su 'Mamita Rosa'. Yo les expliqué que el sitio de su mamá empieza en la calle Colón y termina donde empiezan los míos. Y de ahí empiezan los sitios míos hasta la calle León XIII. Entonces es imposible que esos sitios sean de su mamá, les dije, y les pedí que me mostraran las escrituras. Me dijeron que no las tenían. Yo tengo todas las escrituras de mis sitios" afirma Farías con seguridad.

No había moradores en la vivienda vecina cuando Diario El Líder intentó comunicarse con ellos.

-¿Y usted ha puesto alguna demanda?

-Hace 27 años que ando de comprahuevos, adonde me mandan allá voy, ya estoy cansada, porque ya no puedo caminar. Tengo 67 años y una hija, viviendo en un cuartucho de 3 por 3 metros, con leucemia y ahora con cáncer a los huesitos. Lo único que quiero es sacar a mi hija de ahí, que me devuelvan mis sitios, para poder dejar a mis hijas con un pedacito y que disfruten alguna vez, si yo los compré (en el año 91). En ese tiempo los sitios me costaron como 7 millones.

"Mi abogada dice que le tienen las manos amarradas, porque en la fiscalía no sé qué pasa. Me cuenta que pasó todos los papeles y que fue a notificar a esta gente. Ese mismo día que notificaron a los que están viviendo en el 42 y 43 vinieron a insultar a mi marido, groseramente", cuenta Farías.

Por el otro lado, tampoco vieron con buena cara este intento de recuperar sus terrenos. "La señora que está en el sitio 43 apareció con un título de dominio, que debe ser más falso que no sé qué. Yo tengo las escrituras, que vienen de la misma señora que le compró a Vicente Huidobro (dueño original de gran parte del sector Estación y quien loteó y vendió cuando heredó esas tierras de su madre)".

Supuesto error

María Farías denuncia que fue víctima de "una equivocación" por parte del Conservador de Bienes Raíces, y que cuando fue a intentar arreglar el problema, fue recibió un buen trato. "Yo fui al conservador el año 1993, y un funcionario me trató groseramente, además me dijo que me iban a quitar los sitios. De la municipalidad me dijeron que el único sitio que la antigua dueña dividió legalmente fue el 42, que es donde está mi casa. El problema está en que el conservador puso los sitios al revés.

Hija con leucemia

María está desesperada. Su hija se encuentra con una grave enfermedad y necesita construirle algo más digno para que tenga un mejor pasar, pero no tiene dónde.

"Yo quiero que me devuelvan los sitios 43 y 42, y los demás ya no me interesan. Pero necesito sacar a mi hija del hoyo en donde está, la tengo en el garaje. Está muy mal mi niña. Hace cinco años le dio leucemia y ahora tiene cáncer a los huesos", lamenta.

La situación ya se vuelve insostenible. "Yo quiero sacarla de ahí. Hace unos meses se me inundó porque uno de los vecinos plantó flores y árboles, y las raíces rompieron el alcantarillado y se le llenó todo de inmundicia a mi hija", narra la abuelita.

"Nosotros somos una familia achoclonada, tengo cinco hijos, 15 nietos y 12 bisnietos. Antes nos juntábamos todos los fines de semana acá, pero con esto ya están todos achacados. No quieren hacer nada", lamenta la anciana.

Cristián Núñez, primer oficial del Conservador de Bienes Raíces, aclaró a Diario El Líder que efectivamente el sitio 43 pertenecía al marido de María Farías, y que para ver si el resto de los sitios corresponden a Farías o a su esposo, debería pedir un estudio de títulos, ya que si bien la información es pública, se debe dedicar una amplia investigación que aclare las dudas de la propiedad.

La información entregada por el funcionario ratifica en parte la versión de María Farías, que dice que la casa que está pegada a la de ella, ubicada en el sitio 43, es de propiedad de su familia, dejando en claro que habría una ocupación ilegal por parte de los moradores de la vivienda.

xx

27 años lleva Marías Farías luchando por recuperar los sitios que, asegura, serían de su propiedad.

Nicole Gguzmán c.
Nicole Gguzmán c.
la señora maría guarda celosamente cada uno de los documentos, con la esperanza de recuperar algo del terreno.
El dedo indíca el pequeño espacio en donde vive maría, en comparación a casi toda la manzana que sería de su propiedad y que se delimita con negro.
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