El día en que el eclipse solar deslumbró a todo San Antonio
Cerca de 2.500 personas se congregaron en el museo de la ciudad para observar el fenómeno astronómico que solo recibió elogios de parte de los niños y adultos que lo apreciaron en toda su dimensión.
Temprano comenzó la jornada del eclipse para los sanantoninos menos precavidos que hasta ayer aún no habían adquirido algún tipo de protección para observar el fenómeno astronómico más importante de los últimos años. A las 8.15 de la mañana, cuando los termómetros marcaban cerca de cero grado Celsius, una larga fila de clientes esperaba la apertura de Protecsan, en la avenida Barros Luco, negocio que había anunciado que tendría un nuevo stock de vidrios de casco de soldador (grado 12), uno de los recomendados para no tener problemas con los rayos solares.
"Cuando llegamos al local, poco después de las 8 de la mañana, la fila llegaba hasta el Telepizza (a unos 25 metros)", comentó ayer Rocío Almarza Álvarez, una de las trabajadoras de Protecsan.
Contra todos los pronósticos, los mil vidrios que llegaron ayer en la mañana al negocio de Barrancas se agotaron en pocos minutos. "Abrimos a las 8.30 horas y a las 9.10 horas ya se habían agotado", agregó Rocío Almarza, quien informó que el lunes vendieron otros 300 vidrios. "Y la semana pasada vendimos 300 más. En total, fueron 1.600", aportó.
Ayer, cuando se vendió el último vidrio, aún quedaba una larga fila afuera del local. "Mucha gente se enojó al ver que se agotó el producto, pero ni nosotros nos imaginamos que sería tan alta la demanda", comentó otra funcionaria de Protecsan. Durante toda la jornada siguieron llegando clientes que se encontraban con un cartel en las vitrinas: "Vidrios agotados".
Karem Pizarro (44) arribó a las 8.20 de la mañana al negocio del paradero 8 de Barrancas con la intención de comprar 10 vidrios para toda su familia. "Cuando llegué ya había como 50 personas antes que yo. Algunas compraron al principio de a 20, pero al final dejaron llevar solo cinco por cada cliente", contó esta sanantonina, quien se quejó por el frío que había a esa hora de la mañana. "En la fila estaban todos tapados hasta los ojos, pero lo importante es que ya tenemos los vidrios para ir a ver el eclipse", añadió.
En el cerro
Poco después de las 15 horas decenas de personas transitaban por Llolleo rumbo al Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio (Musa), en el cerro Cristo del Maipo, uno de los mejores lugares para apreciar el impresionante espectáculo de la naturaleza.
A las 15.20 horas unas 300 personas había al interior del museo. La cifra se elevó a 2.500 cerca de las 16 horas, cuando la Luna ya comenzaba a tapar gran parte del Sol.
Patricia Velis, quien llegó al Musa acompañada por su esposo, Gabriel Arce, y sus hijos Antonia y Matías, reveló que "teníamos dos opciones para verlo: el cerro La Virgen y el Cristo del Maipo. Al final optamos por este último porque mi hija dice que en La Virgen andan muchas lagartijas. Quisimos traer a los niños para que vieran este evento que no ocurre todos los años. Yo había visto uno antes, pero era muy chica".
Recomendaciones
José Luis Brito, director del museo, apareció entre la multitud con un megáfono en mano. "A los mayores hay que decirles que estén abrigados porque la temperatura bajará en cerca de dos grados. Y es importante que todos estén con lentes especiales o con el vidrio de soldador. La observación no debe extenderse por más de 20 segundos seguidos, aunque se esté con lentes", aconsejaba el especialista a los espectadores.
Brito anunciaba que "a las 16.27 se alcanzará la máxima oscuridad en esta zona, aunque no del todo. Aquí será solo del 92%".
Sandra Díaz (56), vecina de San Juan, observaba el Sol junto a dos de sus nietos, Agustín (7) y Catalina (8), quien arribó desde San Bernardo para apreciar el espectáculo natural. "Vi un eclipse en el año 1971, pero estaba muy chica. En ese tiempo mi papá quemó un vidrio para que lo pudiéramos apreciar", recordó.
Su nieto Agustín Arias, alumno del colegio El Roble, reconoció con evidente alegría que el fenómeno "me pareció bonito porque nunca había visto uno en mi vida. Por eso estoy tan emocionado".
Olga Jorquera, residente de Santo Domingo, optó por el museo porque "es el lugar con más altura y no hay nada que moleste la vista. Me acuerdo que en la década del 90 vi otro eclipse, pero desde la casa y con un vidrio ahumado".
José Cartes, profesor de Historia y Geografía del Instituto Bicentenario Javiera Carrera Verdugo, estaba maravillado. "Se ve muy espectacular. Estos eventos sirven para que la gente comience a entender un poco más sobre los ciclos astronómicos. Una cosa es enseñarlo a través de un libro; y otra muy distinta, es verlo en vivo y en directo. Los niños así empiezan a entender los movimientos de rotación y traslación".
Con su padre
El director de la Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes, coronel Eduardo Candia, ingresó al museo acompañado por su padre, del mismo nombre, quien viajó desde Temuco para ver el eclipse en San Antonio.
"Esta es una oportunidad única. Pretendíamos ir a La Serena, pero este es un buen punto para apreciarlo. Además, mi papá ya me invitó a Villarrica el próximo año para ir a ver el siguiente eclipse", afirmó el coronel de Ejército.
Su padre, en tanto, reconoció que a sus 82 años, esta es la primera vez que apreciaba un evento astronómico de este tipo. "Es espectacular y una posibilidad histórica", dijo Eduardo Candia Ockley.
El historiador llolleíno Mariano Bay fue otra de las personas que estaban en el Musa. "Es difícil encontrar otro paisaje como este, sin ningún obstáculo. Ha sido muy bonito. En el año 1966 hubo otro eclipse, pero acá en San Antonio no se pudo ver porque estaba nublado. Así que esta es mi primera vez".
Con casco
Marco Abello, su señora Maritza Ramírez y su hijo Marcelo llegaron al recinto cultural del cerro Cristo del Maipo bien preparados. Traían nada menos que un casco de soldador para no tener problemas con la observación del eclipse.
"Se ve clarito, mejor que con los lentes. El casco hace una especie de cámara oscura que permite apreciar muy bien el eclipse", manifestó Abello, quien contó que prefirieron el museo porque viven relativamente cerca. "Yo nunca había visto este fenómeno", añadió.
Su esposa calificó el avistamiento como "muy bonito. Me acuerdo que cuando chica fuimos con mi familia a ver un eclipse a la playa de Santo Domingo. Tiene que haber sido como a fines de los años 70".
Rosa Peñailillo catalogó el eclipse como "espectacular, muy bonito. Lo mejor de todo fue la visibilidad. Se veía muy bien desde este sector".
José Luis Brito, casi al final de la jornada, se mostró contento por las 2.500 personas que repletaron el museo durante la tarde y dijo que el evento cumplió con lo esperado por la astronomía.
"Bajó la luminosidad y la temperatura, lo que quedó de manifiesto en el comportamiento de las aves, que ya se están acostando", afirmó.
-Mucha gente pensaba que se iba a oscurecer casi completamente...
-Claro, pero el Sol es muy potente. Si no se cubre completamente, no se oscurece tanto, pero creo que la gente igualmente lo disfrutó muchísimo.
"Esta es una oportunidad única. Pretendíamos ir a La Serena, pero este (el museo) es un buen punto para apreciarlo",
coronel Eduardo Candia,, director Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes
"Bajó la luminosidad y la temperatura, lo que quedó de manifiesto en el comportamiento de las aves, que ya se están acostando",
José Luis Brito,, director del Musa