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El excarabinero que se convirtió en abogado y apoya las movilizaciones

En su afán de justicia, Claudio González se declara dispuesto a defender a las víctimas de los abusos policiales. Desde la otra vereda, aprueba que la gente se manifieste porque dice que es la única forma de que la escuchen.
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Francisco Fantini J.

Claudio Alexis González Hormazábal es oriundo de Cauquenes, Séptima Región. "Estudié en la escuela pública y en nuestra generación no estábamos proyectados para llegar a la universidad. En mi familia no había profesionales, los recursos económicos no daban. Soy hijo de carpintero y me crió mi abuelo. Para nosotros el único horizonte que había era trabajar para aportar a la familia", recuerda sobre su temprana juventud.

En 1996 postuló a Carabineros y lo trasladaron a Viña del Mar, donde cursó su proceso de formación. Después de dos años lo destinaron a San Antonio, ciudad a la que llegó con sólo 19 años. "Entré a Carabineros porque tengo un hermano que lo había hecho y su experiencia me motivó. Me proyecté en él y decidí postular. No conocía San Antonio y me empecé a relacionar con su gente trabajando en la parte operativa, es decir en la calle", detalla.

Desarrollo personal

Claudio desempeñó la labor policial durante diez años, tiempo que le permitió conocer la parte social, económica y política de San Antonio. "Me había encariñado mucho con San Antonio. Había desarrollado toda mi vida en el puerto. Acá conocí a mi señora Roxana Urrutia. Ambos teníamos la idea de desarrollarnos profesionalmente".

Agrega que "como me fue bien en la Escuela de Carabineros, me dieron la posibilidad de elegir una nueva destinación. Conversamos con mi señora, quien estaba embarazada de Mateo, mi primer hijo. La idea era buscar un lugar donde pudiésemos estudiar. Ambos queríamos tener una carrera porque entendíamos que los estudios eran nuestra mejor inversión. Entonces elegimos Arica, que pese a ser una ciudad pequeña, tiene tres universidades, pagan mejor y como no llueve, te ahorras muchas cosas. Así que nos fuimos al norte".

Estudios de noche

El ahora expolicía confiesa que en el periodo que vivieron en Arica tuvieron que apretarse el cinturón como familia, porque las carreras de él y su esposa las pagaban con recursos propios.

"Mi señora estudió Sicología y yo, Técnico Jurídico en horario nocturno. Mi idea era tener una carrera en la mano en poco tiempo, considerando que en Carabineros me podían trasladar en cualquier momento. Lo bueno que Arica es un lugar lindo para vivir, hay sol todo el año".

Tras finalizar Técnico Jurídico, continuó con la carrera de Derecho por motivación de su esposa. Lo hizo en la Universidad del Mar, donde ella estudiaba. "El problema fue que la universidad cerró y ambos nos quedamos sin estudiar. Yo no podía salir a protestar porque era carabinero pero mi señora sí. Ella se manifestó para exigir nuestros derechos. Al final nos reubicaron a ambos en la Universidad de Tarapacá, donde pudimos terminar los estudios y titularnos", comenta.

Jubilación a los 40

Con los títulos en la mano, la familia González Urrutia tenía que tomar una decisión. "Llegado el momento nos preguntamos cómo nos íbamos a proyectar. Queríamos abrirle el mundo a nuestros hijos. Arica es bueno para disfrutar pero para desarrollarte profesionalmente cuesta más. Tienes que salir de la ciudad para crecer. Ya había cumplido los 20 años de servicio y tenía derecho a jubilarme. Además que quería desarrollarme como abogado. Para ello tenía que retirarme de Carabineros. Entonces tomamos la decisión en familia y decidimos volver a San Antonio, lugar que queríamos tanto. Mi señora postuló a un cargo en el hospital y quedó aceptada. Esta situación apuró las cosas y a los meses solicité mi retiro de Carabineros".

Vida en san antonio

En San Antonio Claudio González tenía a la familia de su señora y llegaron con el desafío de reinventarse como nuevos profesionales.

"Como tenía la pensión estaba tranquilo hasta que mi señora me apuró. Entonces salí a buscar trabajo por primera vez en mi vida. Me vestí con un terno y salí con la esperanza de un novato. Por mi labor policial conocía a un abogado que había sido fiscal, así que fui a verlo a su oficina", rememora.

Cuenta que se presentó como excarabinero y le dijo que estaba buscando trabajo como abogado. "Ahí me dijo que por coincidencia de la vida, estaban buscando un socio para que se dedicara a la parte civil. Reconociendo mi poca experiencia profesional pero manifestando mis tremendas ganas de aprender, nos dimos la mano y me dieron la bienvenida al barco. Desde hace cuatro meses tengo mi oficina abierta al público en el centro de Barrancas", explica.

-¿Cómo ha sido el cambio de uniformado a civil?

-Como uniformado tienes otros objetivos, otra estabilidad. Como funcionario pública te pagan los 21 de cada mes tranquilamente. En cambio, en la vida civil hay que ganárselas a diario. Es distinto porque entras a competir y a ganarte la credibilidad. A mi consulta de abogado viene gente por problemas de familia, de pensión de alimentos, entre otros. Los asesoro y les doy la opción de la Corporación de Asistencia Judicial. Después muchos de ellos vuelven porque el sistema está colapsado y concordamos los pagos, que pueden ser en cuotas, con todas las facilidades. Mi idea es ayudar porque me quedó la parte social de haber trabajado en la calle. Pienso que todo se retribuye en la vida.

¿Qué opinión le merece la triste actualidad de Carabineros?

-Pienso que todo cambio es para mejor y a la larga la institución saldrá fortalecida. El trabajo con la comunidad es muy fuerte y las confianzas se quebraron por unos pocos personajes. Me parece excelente que el caso (de corrupción al interior de la institución) salga a la luz pública y que los responsables tengan las condenas que correspondan.

Con franqueza, reconoce que los oficiales involucrados en los ilícitos que investiga la justicia "nos hicieron un daño tremendo y yo viví todo el proceso por dentro, dando la cara por los jefes corruptos. Todos nos sentimos traicionados. Siempre trabajamos muy duro para ganar confianzas para que unos pocos lo echaran a perder. El daño no se repara de la noche a la mañana. Lo bueno es que se supo lo que pasó y ojalá que sirva para limpiar el sistema".

-En su calidad de abogado, ¿defendería a una persona víctima de un abuso policial?

-Sin dudas, defendería a una persona de un abuso policial. Todo carabinero que se desmarca de la ley debe ser procesado y condenado como corresponde. Lo hice dentro de la institución, denunciando hechos con carácter de delito. Ahora tengo más herramientas jurídicas para acusar a algún funcionario por conducta ilícita, además que tengo el conocimiento de la interna. Lo principal de mi carrera es que se respeten los derechos, sea quien sea. En mis tiempos de carabinero estuve en manifestaciones y me quedaban las canillas todas magulladas con los pedradas. En los paros de los pescadores, a principios del 2000, no había fuerzas especiales. Sólo teníamos unos escudos y cascos que no se veía nada. Como protección nos poníamos láminas de PVC en las canillas, porque los pescadores nos tiraban las piedras por el suelo y de rebote. Puedo decir que conozco esa realidad de primera línea y, sinceramente, creo que las movilizaciones son buenas porque son la única forma para darse a conocer y ser escuchado. Generalmente, la política no escucha y tapa muchas cosas. Las movilizaciones son buenas porque dan a conocer lo que la gente está sintiendo.

-¿Cómo se imagina en diez años?

-Con el estudio jurídico más fortalecido. Más gente trabajando para así entregar más ayuda a la comunidad. Creo que todos tenemos derecho a defensa y muchos, por no tener plata, no pueden tenerla. A mí me gustaría ayudar en la defensa de personas vulnerables. Tener una ONG porque la Corporación de Asistencia Judicial de San Antonio no da abasto.

"Creo que las movilizaciones son buenas porque son las única forma para darse a conocer y ser escuchados",

Claudio González

"A mí me gustaría ayudar en la defensa de personas vulnerables. Tener una ONG porque la Corporación de Asistencia Judicial de San Antonio no da abasto",

Claudio González

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el excarabinero se tituló como abogado en arica y luego se mudó a san antonio.
Claudio González junto a su familia en los tiempos en que aún ejercía como carabinero.
junto a su señora, Roxana Urrutia.
ahora en rol de abogado.
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