Jaime Salinas lleva
Este sanantonino fue un destacado futbolista profesional con la camiseta de Wanderers. Estuvo en la selección nacional y cuando lo tentó Colo Colo, él prefirió al SAU.
Cuando el futbolista sanantonino Jaime Salinas Espinoza vio a Pelé a escasos metros, sintió que estaba viviendo un sueño.
Miró a un costado y estaba Garrincha; giró la cabeza y reconoció al defensa Djalma Santos, a Didí y Nilton Santos.
Era la selección nacional de Brasil que participaba en el Mundial de Fútbol de Chile en 1962 y que se preparaba en un entrenamiento en la antigua cancha de Chile Tabacos en Valparaíso.
El sanantonino era parte de un equipo de sparrings para que los brasileños estiraran las piernas y repitieran las jugadas que les planteaba el entrenador.
Salinas hizo los movimientos de calentamiento, corrió para allá, corrió para acá y estaba listo para entrar a la cancha.
En el césped marcó a las figuras de la "canarinha" y cayó en cuenta de que eran personas comunes y corrientes como él.
"Mira, los brasileños de entonces eran bien flojos como jugadores. No marcaban, jugaban casi parados. Ahora si les dejabas la pelota te pintaban la cara. Eso era lo que les gustaba, tener el balón y dar pases. Imagínate, estar ahí junto a Garrincha que era extraordinario. Pelé para qué decir. Pensar que solo los había visto por las revistas y los diarios y ahí estaba yo jugando con ellos. Lo único que siento es no haber tenido una cámara fotográfica para haberme tomado una foto con ellos. Eran muy buenas personas, la gente les pedía una foto y no se hacían problemas, a pesar de que eran grandes figuras. Si hubiera tenido una cámara, si les hubiera pedido una foto, la tendría aquí en un cuadro en mi casa, un cuadro bien grande para cachiporrearme con mi amigos, jajajaja... pero han pasado los años y eso ya es historia superada", comenta con resignación.
Jaime Salinas es barranquino, formado en el San Luis, se hizo jugador de fútbol en las pichangas del barrio, porque en ese entones -hablamos de hace casi 70 años- ahí era donde surgían los futbolistas de verdad. Allí en canchas de tierra, soportando patadas, con zapatos duros y balones que al golpearlos con la cabeza casi los dejaban sin sentido.
Salinas quiso ser futbolistas porque tenía condiciones. Era rápido, buena condición física, iba bien por arriba y en la marca era incansable. Fue defensa, un lateral como se les dice hoy. Jugó en el fútbol amateur de San Antonio y fue a probarse a San Luis de Quillota. Estaba en eso cuando también surgió la posibilidad de mostrarse en Wanderers.
Eran otros tiempos y los caturros tenían un as bajo la manga: le aseguraban un trabajo de tiempo completo en la empresa portuaria porteña.
"En esos año ser futbolista profesional no era como ahora. Te pagaban muy poco, algo que no alcanzaba para vivir, por eso a uno lo enganchaban con un trabajo en alguna empresa. Así fue en Valparaíso y deseché la opción de Quillota donde me presenté y nunca más me llamaron".
Buenos tiempos
Este sanantonino se acomodó junto a su esposa en una casa del cerro Alegre del vecino puerto y pronto emprendió la tarea de hacerse un lugar dentro del potente equipo caturro, que en aquel entonces contaba con destacadas figuras del fútbol nacional.
"No era fácil, había jugadores con amplio recorrido y personalidad fuerte. No iban a dejar que un cabro nuevo les viniera a disputar un puesto. Yo miraba a Raúl Sánchez y a Vicente Cantatore, pero tuve un importante apoyo en Jorge Dubost, quien ya era un referente en ese equipo. Cuando se lesionó fue él mismo quien habló con el entrenador para que yo lo reemplazara. Fue bien derecho conmigo y me dio la confianza para seguir".
Salinas recuerda esos años como una buena época. "Éramos como una familia y quizás eso era lo que más me gustaba. En el club éramos amigos y como futbolistas nos reconocían en el barrio. Allí se te acercaban, te saludaban, te pedían fotos y yo nunca me negaba porque pensaba que nos debíamos a los hinchas. Si al final ellos eran los que iban al estadio y eso permitía que nos pagaran los sueldos. Eso lo entendí bien y siempre fui cercano al hincha a diferencia de algunos otros que se creían verdaderos pavos reales".
Su juego tuvo un alto nivel. Cumplió buenas temporadas en el elenco porteño y llamó la atención del recordado entrenador nacional Fernando Riera, quien lo convocó a ser parte de un elenco de proyección nacional con miras al Mundial de 1962. Allí entrenó con grandes figuras que lo motivaron aún más. También fue parte del equipo preseleccionado para el Mundial de 1966 que organizó Riera en conjunto con otro grande del fútbol histórico nacional, como fue el DT Luis "Zorro" Alamos.
En Wanderers este sanantonino cumplió ocho temporadas donde fue titular. Llegó el año 1966 y al momento de negociar, Salinas encontró que no fue valorado como esperaba y decidió ir a la bolsa de jugadores (una especie de draft donde se ponían los futbolistas que podían ser traspasados). Allí no fue seleccionado por el alto costo en que lo valoraron los dirigentes y quedó como jugador libre. Al final negoció su pase y regresó a San Antonio.
"Volví a la casa de mis padres, en calle Patria. Estaba tranquilo organizando el futuro con mi señora y me contactaron los dirigentes del SAU. Como yo era un jugador libre les dije que estaba disponible, pero necesitaba un trabajo. Así es que me consiguieron una pega en el puerto y me quedé en el SAU", recuerda. También tuvo un ofrecimiento de Colo Colo, pero prefirió la tricota lila de su puerto natal. "Es que ya tenía dos hijas y era muy difícil irme a la aventura en Colo Colo. Había que pensarlo mucho y preferí quedarme con el trabajo acá".
-Don Jaime, ¿se imagina cómo sería la cosa ahora si Ud. fuera futbolista profesional en esta época?
-Sí, pero yo fui de otro periodo. El fútbol no era tan profesional como lo es ahora. Los clubes tenían sus cosas, pero nada que ver con lo de hoy. En todo caso estoy feliz con lo que me tocó vivir. Tuve mis años y los viví bien. Cuando aparecieron las oportunidades creo que lo pensé bien. A nadie se le pasa por la mente rehusar a lo que le gusta. Si hubiera tenido la oportunidad de jugar hoy, no lo habría cambiado tampoco. En Valparaíso tuve buenos años. Es una ciudad que conocí mucho. La gente me acogió como uno más. Los wanderinos me recibieron bien, me atendieron, se encariñaron conmigo. Nunca me sentí extraño.
-Se decidió a quedarse en San Antonio…
-Es que acá tenía trabajo, estaba el SAU. Acá estaba mi familia. Esta es mi ciudad aunque a veces me cueste ir a la feria jajaja.
-¿A la feria, cómo es eso?
-Mira, eso lo pongo como un ejemplo por lo que me decidí a quedarme en San Antonio, mi ciudad. Cuando voy a la feria con mi señora ella se queja porque la dejo sola. Es que hay tanta gente que me saluda, que me conversa, que quiere hablar conmigo que al final la dejo sola por allá comprando. Es que yo siempre he sido así. Hay unos viejos que me recuerdan como jugador de Wanderers y del SAU, hay vecinos que se acercan. Imagínate yo a mis 83 años, cómo no voy a valorar eso. Eso lo disfruto. Soy agradecido de que me traten bien. Eso es extraordinario.
el fútbol en las venas
TRAYECTORIA
Inferiores: San Luis de Barrancas (San Antonio) y Santiago Wanderers. 1958-1965: Santiago Wanderers / Primera. 1966: San Antonio Unido / Segunda. 1967-1970: San Antonio Portuario / Segunda. SELECCIÓN NACIONAL Fue nominado a la Roja como parte de uno de los planteles jóvenes con miras al Mundial 1962 y retornó como "cuarto zaguero" en caso de que algún titular se lesionara en la preparación al Mundial 1966. Jugó partidos amistosos, no oficiales.
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