El sanantonino que vio el eclipse desde un avión de la National Geographic
Gracias al concurso Into the Dark, el paramédico militar Miguel Rojas pudo observar desde el aire este fenómeno astronómico que impactó y emocionó a chilenos y extranjeros, la tarde del pasado martes 2 de julio.
Nunca le ha interesado la astronomía. Es más, tampoco cree que después de la experiencia que vivió nazca en él un genuino interés por esta ciencia. Su vida seguirá tal cual, según dijo, pero de que tuvo suerte, la tuvo. Y mucha. Miguel Ángel Rojas Ortiz (38), enfermero militar desde hace 20 años y oriundo de Mulchén, Región del Biobío, fue uno de los ocho ganadores del Grupo Security, que participaron en el concurso Into the Dark, Viaje al Eclipse, para estar en el vuelo organizado por el canal Nat Geo, de la National Geographic, con el objetivo de observar el eclipse total del sol, el pasado 2 de julio, en Chile.
Miguel, quien se desempeña como enfermero en la Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes y como instructor de primeros auxilios tácticos en la Academia Chilena de Seguridad de San Antonio, vive hace 17 años en la ciudad-puerto, hasta donde arribó por motivos laborales una vez que egresó de la Escuela de Suboficiales del Ejército de Chile. Aquí formó su familia, compuesta por su esposa (dueña de casa y emprendedora), y su hija de tres años.
Concurso en tv
-¿Cómo surgió la posibilidad de volar en el avión de Nat Geo para ver el eclipse solar en Chile?
-Estaba trabajando en el computador, una noche, preparando material para una clase de primeros auxilios que tenía que hacer, y estaba mirando la televisión. Sabía del concurso y del vuelo que iba a hacer Nat Geo para el eclipse (solar). El viaje se llamaba Into the Dark, Viaje al Eclipse. Vi un comercial del Grupo Security, donde decían que se había asociado o unido a Nat Geo para llevar gente a este vuelo. El único requisito era pertenecer al Grupo Security y participar a través de la página web.
Esa misma noche se metió a la página, llenó un formulario y lo envió. "Y sería. Eso fue más o menos el 21 de junio pasado. Después me olvidé, no le di más importancia, porque participa tanta gente que cuándo iba a pensar que yo ganaría. Pasaron las semanas y un día andaba en Santiago (centro), haciendo trámites cuando, de repente, me llama una ejecutiva del Grupo Security, a eso de las dos o tres de la tarde, para avisarme que era uno de los ocho ganadores del viaje al eclipse, del programa Into the Dark".
Los citaron, por correo, a las 9 de la mañana en el planetario de Santiago. Desde ese lugar los llevarían al aeropuerto Arturo Merino Benítez para emprender el vuelo. "Pensé que me estaban tomando el pelo", reconoce el instructor de primeros auxilios tácticos.
Como no se convencía de que era cierto lo que le habían dicho por teléfono, decidió, luego de un rato, devolver la llamada al mismo número de red fija. Entonces, comprobó que, efectivamente, lo habían llamado del Grupo Security, y era verdad que había ganado un cupo para volar y ver el eclipse solar desde el cielo.
-Esta vez, ¿qué pensaste?
-Pensé en cambiarme el apellido y comprar un Loto (risas), porque no podía ser tanta la suerte. Le avisé de inmediato a mi señora que me había ganado ese premio y a algunos amigos, los llamé y les conté. Todos me decían lo mismo, que tenía buena suerte. Bueno, no con esas palabras. Luego de eso, esperé que llegara el día (2 de julio). Si bien es una experiencia tremenda poder viajar para ver el eclipse (solar), ser uno de los afortunados que estuvieron en un vuelo con científicos o con personas especialistas en la materia, es un privilegio, sobre todo era poder verlo en primera fila.
A 39 mil pies
En el Planetario de Santiago les entregaron la tarjeta de embarque a cada uno de los alrededor de 80 pasajeros (entre científicos, periodistas, camarógrafos, ganadores del concurso Into the Dark y otras figuras conocidas en el ambiente televisivo y del espectáculo, como la periodista del canal 24 Horas, Carla Zunino, el conductor de televisión Cristian Sánchez y la fotógrafa María Gracia Subercaseaux), y luego les ofrecieron un desayuno. Tras ello, se exhibió la película "Eclipse, un juego de sombras" y, posteriormente, hubo una charla de algunos de los científicos y especialistas en el tema que viajarían en dicho vuelo de Nat Geo, como Gaspar Galaz, doctor en astrofísica; Eduardo Bendek, de la Nasa, y Gabriel León.
Después, los llevaron al aeropuerto de Santiago, en donde Miguel destacó toda la producción de parte de los organizadores, con regalos alusivos al fenómeno astronómico que estaban a punto de observar, y un cóctel. El embarque fue a las 11.30 de la mañana.
La emoción
Finalmente, el avión despegó a las 15.30 horas del 2 de julio, en dirección a Valparaíso, luego hacia el Océano Pacífico y, posteriormente, hacia la Región de Coquimbo, a 39 mil pies de altura (unos 12 kilómetros). "Tengo una foto donde íbamos pasando por esta zona, donde alcanzo a divisar el puerto de San Antonio", contó Rojas.
-¿Qué sintió cuando comenzó el eclipse solar, primero parcial, hasta ser total?
-Uno en el momento, no dimensiona. Aquí, en Chile, no tenemos mucha cultura sobre qué es un eclipse. Para nosotros es que durante el día se va a hacer de noche, por un par de minutos. Por lo menos, esa es la imagen que yo tenía del eclipse y con casi toda la gente que conversé, coincidíamos en lo mismo.
-¿Se emocionó?
-Al borde de las lágrimas, no. Pero hubo personas, en el avión, que sí lloraron. El piloto nos iba informando la hora y avisando cuántos minutos faltaban para el eclipse total. Cuando faltaban dos minutos, todos tomamos nuestros puestos en el avión, con los lentes (especiales para observar eclipses). Cuando entramos en la umbra, que es la oscuridad que provoca el eclipse, nos pidieron bajar la escotilla del lado derecho para generar más oscuridad en la cabina. Se empezó a ver un espectáculo de colores maravilloso en el cielo (…). A la altura que estábamos volando, y con el juego de luz y sombras que se veía, y los colores, incluso se alcanza a evidenciar, como se aprecia en las fotos, la curvatura de la Tierra. Entonces, era una emoción, por la experiencia que estábamos viviendo, que es algo que va a quedar por mucho tiempo en la memoria. (…) Fue un momento que incluso sacó aplausos, por la emoción que se había vivido.
El vuelo de regreso aterrizó a las 17.50 horas en el aeropuerto de Santiago.
Luego de la emotiva travesía vivida por los pasajeros, aplausos incluidos, Miguel Rojas cuenta que muchos anunciaron que comenzarían a planear el viaje al próximo eclipse solar total en nuestro país, que será el 14 de diciembre del próximo año (2020), en la Región de La Araucanía y Los Lagos, en comunas como Temuco, Villarrica, Pucón, Teodoro Schmidt, Puerto Saavedra, Gorbea, Curarrehue, Coñaripe y Panguipulli, entre otras.
Tras arribar a su hogar, cerca de las 21.30 horas, Miguel recuerda que su reflexión final fue que vivió una experiencia única e inolvidable y, quizás, también, irrepetible.
"Vi un comercial del Grupo Security, que decía que se habían asociado a Nat Geo para llevar gente a este vuelo. (...) Me metí a la página, llené un formulario y lo envié. Y sería",
Miguel Rojas.
"Pensé en cambiarme el apellido y comprarme un Loto, porque no podía ser tanta la suerte",
Miguel Rojas.
"Cuando entramos en la umbra, que es la oscuridad que provoca el eclipse (...), se empezó a ver un espectáculo de colores maravilloso",
Miguel Rojas.