Sanantonino acusa que le dejaron una "carnicería" en su rodilla derecha
Ricardo Vega cuenta que quedó cojo y que casi no puede salir de su hogar por miedo a caerse.
El llolleíno Ricardo Vega Vergara tiene 77 años y en la última década ha tenido que soportar la muerte de su mujer y una supuesta "negligencia médica" que lo tiene cojo, dependiendo de una muleta y con miedo a salir de su hogar para no volver a lesionarse.
"Me tuvieron que operar tres veces de la pierna derecha. En la primera dejaron la embarrada, en la segunda, que tenían que arreglarla, otra vez lo hicieron mal, y la tercera operación me sirvió para no perder la pierna", resume este ingeniero pesquero.
Todo comenzó en el año 2010 cuando Vega saltó del muelle de San Antonio a una embarcación. En esa oportunidad un mal cálculo lo hizo quedar con una luxación en su pierna izquierda. Tras este accidente un "componedor de huesos" le reubicó su pierna y la situación mejoró.
"No tenía dolor y no cojeaba. Pasó el tiempo, dos años aproximadamente, y volví a sentir dolor. Fuimos a la Clínica San Antonio donde trabajaba un traumatólogo y me dijo que tenía líquido en la rodilla. Me sacó dos jeringas y al otro día se me salió la rodilla otra vez y se me desmontó la rodilla izquierda", recordó.
Tras esta situación viajó a una clínica de Viña del Mar, donde le señalaron que su rodilla no tenía líquido. "Me dijeron que no tenía amortiguador".
"Volví al traumatólogo de la Clínica de San Antonio y me dijo que no me preocupara, que me iba a operar y que me iba a poner una prótesis", afirmó.
Tras esta decisión, Vega postuló para conseguir esta pieza en el Servicio Nacional de Discapacidad.
"Se demoró un año en llegarme la prótesis. En ese intertanto hablé con el traumatólogo de la Clínica San Antonio y le comenté que tenía dolores en la pierna derecha. Seguramente por el peso que llevaba por tener la pierna izquierda mala. Me dijo que me operaba de la derecha y que la prótesis, que era para la pierna izquierda, servía para los dos lados", aseguró.
Vega confesó que desde un principio se dio cuenta que la operación no había salido bien.
"Estuve un mes en cama sin recuperarme. No podía caminar. Incluso fui a una kinesióloga que se dio cuenta que no estaba en condiciones para hacer los ejercicios y habló con el mismo traumatólogo. Por lo mismo, me operaron de nuevo en el 2012. Pero quedé peor. Gasté y gasté plata. Quedé cojo, dependiendo de una muleta y me tuve que operar por tercera vez, pero ahora en la Católica de Santiago. Agradezco que me hayan salvado la pierna", expresó.
Hoy este sanantonino se encuentra en un proceso judicial para, precisamente, encontrar justicia. "No me interesa la plata, pero no puede ser que un doctor me haya dejado una carnicería en mi pierna. Esto fue lo que me dijeron en la Católica. Uno sufre sicológicamente y lo digo por el miedo que me genera salir a la calle y caerme".
8 millones de pesos le costó a Ricardo Vega una prótesis para su pierna.