Taxista avisó a sus colegas antes de morir de un infarto: "Me quieren asaltar, voy corriendo"
Rodrigo Aravena pereció en Llolleo Alto cuando realizaba una carrera para llevar el sustento a su hogar.
Uno de los primos de Rodrigo Aravena Morales (45) lloraba con pena ayer, en la calle Ginebra después de saber de la muerte de este hombre que trabajaba como taxista y y cuyo cuerpo fue encontrado en la madrugada en el pasaje Del Carmen, en el sector de Llolleo Alto.
El deceso de Aravena ocurrió pasadas las cuatro de la mañana de ayer. Lo hallaron a una distancia cercana a los 300 metros del vehículo en que había salido a hacer unas "carreras" para ganarse el sustento diario.
Los familiares de Aravena dijeron a Diario El Líder que él había sido llamado para trasladar a unas personas desde San Antonio a Llolleo.
La tesis de sus seres queridos es que Rodrigo Aravena fue asaltado y alcanzó a bajarse del automóvil y correr para ponerse a resguardo y pedir ayuda. Sin embargo, los presuntos ladrones no se llevaron ninguna de sus pertenencias, solo las llaves del taxi nunca aparecieron.
El jefe de la Subcomisaría de Carabineros de Llolleo, teniente Juan Carlos Gómez, recalcó a Diario El Líder que este es un hecho que todavía está en investigación aunque ratificó que puede ser que se haya tratado de un atraco. "El hacía un recorrido desde San Antonio hacia Llolleo, guiaba un radiotaxi sin permiso, y cuando él cree o presume que va a ser asaltado, saca las llaves y sale corriendo, y deja el vehículo en Olegario Henríquez".
Según el jefe policial, hay un testigo que señala que Aravena avisó por Whatsapp que era atacado por delincuentes. "Me quieren asaltar, voy corriendo", habría señalado a sus colegas a través de esa red social.
Gómez añadió que otra persona declaró que vio al taxista pidiendo ayuda en medio de la calle pero que no quiso parar por miedo a que fuera un intento de asaltarlo a él.
Tras avanzar tres cuadras, el hombre se desvaneció. El hallazgo de su cuerpo movilizó a la PDI y a Carabineros, que descartaron intervención de terceros. Luego fue llevado al SML San Antonio.
De acuerdo a la autopsia realizada ayer, Aravena falleció de un infarto agudo al miocardio, derivado, posiblemente, de una afección cardiaca anterior.
Rodrigo Aravena vivía en el sector de La Capellanía, en Cartagena. Tenía un hijo, el cual era su gran motivación.
Las circunstancias de muerte son un misterio. Carabineros confirmó que no hay cámaras de televigilancia que pudieran haber grabado el momento en que ocurrió el presunto asalto.