Duelo en el fútbol por la muerte de Brayan, el goleador inolvidable
Familiares del jugador donaron sus órganos y además, se enteraron que su polola está embarazada.
Después de que Brayan cumplió 18 años le hizo un regalo inesperado al hombre que lo crió como un hijo. Marcelo Flores recuerda aquella vez en que el joven futbolista se descubrió la espalda para mostrarle un tatuaje que se había calcado en su piel para siempre y que decía "Brayan Flores", que era el nombre con que él prefería que lo llamaran pese a que a su apellido paterno es Ureta. Fue el reconocimiento sincero de un hijo a su padre, la demostración más pura de amor y agradecimiento.
Brayan, el goleador inolvidable, falleció a las 17.40 horas del sábado en la Clínica Miraflores. El jueves 22 de agosto, en la tarde, su primo y su polola lo encontraron moribundo en la cancha del club Juan Aspeé, en Llolleo, después de que él atentara contra su vida. Por razones que nadie se explica, tomó la determinación, pero quienes lo hallaron le efectuaron maniobras de reanimación y lograron su desesperado cometido. Una patrulla de Carabineros lo llevó hasta el hospital Claudio Vicuña, donde los médicos decretaron su muerte cerebral. Llanto, desgracia, impotencia. Todo eso afloró en la mente de quienes lo amarán por siempre.
Aferrada a la esperanza, la familia quiso conocer otras opiniones médicas en base a nuevos análisis a su cerebro, por eso lo trasladaron hasta la Clínica Miraflores, en Viña del Mar, donde dos días después se confirmó el primer diagnóstico. El daño neurológico era irreversible y el corazón ya funcionaba a un tercio de su capacidad. Sus latidos cesaron la tarde del penúltimo sábado de agosto de 2019, el mismo día que su ídolo colocolino Esteban Paredes pasaba a la historia del fútbol chileno como goleador.
Adonde fue, Brayan hizo goles. Pero ayer la pelota no se movió en su honor. La muerte del joven caló hondo en el balompié sanantonino por eso los equipos de la primera adulta de los clubes Balmaceda y José Luis Norris, donde él jugaba, no disputaron el partido que les correspondía, en señal de duelo por la partida de este goleador de fuste.
"Su vida giró en torno al fútbol", dijo Marcelo Flores, quien recordó que Brayan comenzó su trayectoria en la serie cadetes de Unión Católica cuando solo tenía 9 años.
Marcelo, quien también juega fútbol, pero en el club Gallardo, se transformó en su padre cuando Brayan tenía solo dos años. Fueron amigos y cómplices. Hace tres semanas habían acordado trabajar juntos en el área de la electromecánica, profesión que estudió en la Escuela Industrial de San Antonio. "La idea era montar un negocio propio", confirmó.
"Fue una persona alegre, un chico de 23 años pero que en madurez era como un cabro chico. Lo querían mucho en el fútbol de San Antonio", añadió el padre.
Tras sus inicios en Unión Católica, pasó por los cadetes de San Antonio Atlético, Santiago Wanderers y San Antonio Unido y jugó en las primeras series de Cerro Alegre, Juan Aspeé, Balmaceda y José Luis Norris. También formó parte de la selección adulta de la Puerta del Pacífico, a la que fue convocado por el entrenador Patricio Montecino.
"Estando en Balmaceda jugó en Copa Anfa y de ahí lo llamaron a la selección de Puerta del Pacífico", recordó su padre.
El logro deportivo que más atesoró Brayan fue vestir la camiseta de Cerro Alegre, elenco cuyos colores defendió su fallecido abuelo José "El Fatiga" Sanhueza, y que también representó una figura paterna para su nieto.
Anhelaba llegar al fútbol profesional pero él y sus padres decidieron priorizar los estudios, por lo que dejó los entrenamientos en Santiago Wanderers.
Natalia Sanhueza Rojas, madre de Brayan, recalcó que hasta hoy no se explican la decisión de su hijo. Era el mayor de los hermanos. Marcelo (17), Valentina (12) y Felipe (11) lo lloran con desconsuelo.
Según su papá, Brayan comenzó hace seis meses a pololear con Constanza. Se fueron a vivir juntos y querían seguir unidos. Horas antes de que él falleciera, su joven compañera se realizó un test de embarazo y así comprobó que espera un hijo de su enamorado. "Su polola le había comentado que estaba con atraso y él estaba feliz porque siempre fue su sueño ser papá, aunque nunca supo que lo sería", reveló la madre.
Donante
Las hinchadas están de luto, el fútbol lamenta la muerte de Brayan, pero él, de alguna manera seguirá viviendo. A las recordadas dianas que marcó en su historia en el balompié, se suma que pudo donar sus riñones para ayudar a dos personas que esperaban un trasplante. Eso lo hará imperecedero, como el goleador inolvidable y como el hombre al que su palabra le fue respetada, ya que siempre manifestó la firme decisión de ser donante de órganos.
Sus restos son velados desde ayer en su casa de calle Rafael de la Presa 867. Esta tarde, será sepultado en el Cementerio Parque del Sendero, en Llolleo, después de una misa que se oficiará a las 14.00 horas en el estadio de Balmaceda.
"Él era amante de Colo Colo, colocolino de corazón. Era el único de todos sus primos que era colocolino, todos los demás son de la U".
Natalia Sanhueza.
"Era un delantero, un goleador neto. Su muerte me caló fuerte porque lo conozco desde hace 10 años, todos los queríamos porque era un cabro piola".
Nelson "El Flaco" Pinto, jugador del club Español.