El drama de los niños y niñas que se fugan de la aldea del Sename
Residentes de Punta de Tralca relataron una serie de episodios desagradables que han ocurrido en el sector y en los cuales menores de 10 a 11 años serían los protagonistas. Sename dice que necesitan atención de salud mental.
Un grupo de vecinos que viven cerca de la aldea de niños de la Fundación Cardenal Raúl Silva Henríquez, ubicada en la localidad de Punta de Tralca, en El Quisco, denunció que algunos menores salen del recinto y generan problemas a los residentes.
Según el relato de estas personas, desde hace algunas semanas se ha registrado una serie de incidentes, algunos más graves que otros. "Comenzaron a hacer desmanes, robos y entiendo que han hecho daños en algunas casas, y no podemos estar tranquilos, tenemos que hacer vigilancia por las noches. Estos niños se les escapan a los cuidadores. Pensamos que los niños son inocentes pero sí hay una institución que está fallando. Tenemos un asunto que se está haciendo mal y las consecuencias las estamos sufriendo los vecinos", dijo José Gabriel González, uno de los que lidera a los denunciantes.
Dicha aldea, perteneciente a la Fundación Raúl Silva Henríquez, que a su vez depende del Arzobispado de Santiago, recibe niños y niñas que los tribunales de familia derivan a las residencias del Servicio Nacional de Menores (Sename). No se trata de menores con problemas delictuales. En su mayoría, fueron víctimas de algún delito y están allí para ser protegidos porque desde muy pequeños fueron sometidos a alguna vulneración de derechos.
La situación es compleja porque, según una de las integrantes del directorio de dicha fundación, María Luisa Sepúlveda, los mismos niños han destruido parte de los muros de la aldea para salir a caminar por las calles aledañas. Actualmente, viven 48 menores en esas dependencias.
"¡Cuidado, vienen los niños!", se lee en los mensajes que los vecinos comparten en sus redes sociales cuando uno de ellos ve a los menores vagar por el barrio, el cual recorren en compañía de algunos perros.
Víctimas del sistema
José Gabriel González agregó que "los niños se escapan todos los días, de hecho, recién (ayer en mañana) los encontré abriendo ventanas en unas cabañas". Según él, una niña que formaba parte de ese grupo, al ser increpada por él, le mostró un cuchillo que portaba en sus manos.
"Los niños saben perfectamente bien que lo que hacen no tiene consecuencia, entonces se sienten absolutamente libres para hacer cualquier desmán que les parece. Esto es increíble porque es como que estamos un poquito rehenes de los niños, pero no se puede culpar a los niños, ellos son tan víctimas como nosotros. Ellos están sufriendo la incapacidad de administración de la aldea", afirmó Francisco Barrachina, quien admitió que estos problemas solo ocurren en el último tiempo pese a que la aldea siempre ha funcionado allí.
El sábado 24 de agosto se llevó a cabo una reunión de la junta de vecinos de Punta de Tralca, cita en la que se tomó la decisión de enviar una carta "donde corresponda" para exponer esta delicada realidad. A ese encuentro asistió la jefa de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de El Quisco.
"Los niños necesitan un lugar donde estar y este lugar es perfecto para ellos, lo que creo es que deberían tener mayor supervisión", agregó Barrachina mientras la vecina Valesca Muñoz resaltó que es común ver a niños de la aldea que vagan por las calles y la playa de Punta de Tralca.
"Todo el esfuerzo"
María Luisa Sepúlveda recibió al equipo de Diario El Líder en la aldea y reconoció que "estamos muy preocupados de la situación que han planteado los vecinos, es algo nuevo para nosotros".
Según ella, los problemas con los menores se iniciaron durante el paro de profesores, lo que generó que los niños tuvieran más horas libres y, con ello, iniciaran las fugas del recinto.
Admitió que muchos de estos menores solo asisten un par de horas a clases en sus colegios y que "hay otros que no los dejan entrar al colegio; los echan porque tienen problemas de comportamiento y de salud mental, además que tenemos inconvenientes para encontrar atención en salud y debemos recurrir a especialistas particulares".
Pese a todas las dificultades que enfrentan los encargados de la aldea, María Luisa Sepúlveda afirmó que "igual hacemos todo el esfuerzo para darles la mejor atención y la mejor vida que se puede".
"Es primera vez que nos pasa esto (la fuga de niños), lo estamos viendo con Sename, con especialistas del servicio de salud para ver cómo los podemos ayudar", resaltó la representante de la Fundación Raúl Silva Henríquez.
La mayoría de los niños que han manifestado conductas disruptivas, según Sepúlveda, son lo que mantienen casi nulos contactos con su grupo familiar y pocas personas los visitan en la aldea.
Casi abandonados a lo que pueda hacer el equipo de profesionales que trabaja en la aldea bajo la supervisión del Sename, estos menores parecen estar sufriendo aún los efectos de los abusos, olvidos y vulneraciones que los tienen viviendo en el lugar.
María Luisa Sepúlveda enfatizó que la fundación se ha hecho cargo de pagarles a los vecinos los daños provocados por los incidentes protagonizados por los menores. "No quisiéramos que esto siga pasando, pero lo primero que nos preocupa es que le pase algo a los niños, lo que los vecinos cuentan nos parece extremadamente grave", admitió.
Así también aseveró que es poco lo que pueden hacer cuando se registran fugas. "Qué hace usted con el niño si se arranca y se encarama arriba de una reja. Se puede pedir ayuda a la fuerza pública pero llega un minuto en que usted no tiene más que hacer, pero aquí la directora ha salido a las cinco de la mañana a buscar niños. Aquí nadie se ha quedado de brazos cruzados con esta situación".
La directora de la fundación anunció que para abordar este asunto se contratarán tres nuevos tutores para que los menores puedan retomar las clases en sus colegios. "Es cada vez más complejo el acompañamiento pero estamos dispuestos a hacerlo porque sabemos que es la única forma de que ellos puedan parar las situaciones que han vivido y poder tener una vida cuando sean adultos", sostuvo.
Ayer se efectuó una reunión en la aldea para analizar las medidas que permitan evitar que los niños salgan del recinto.
Más que ponerles trabas para que no escapen, los vecinos creen que lo primordial es que el sistema de protección de menores que está bajo la administración del Estado funcione de manera que no solo reciban alimento y vivienda y la asistencia de sicólogos y docentes, sino que un tratamiento para mejorar su salud mental. En definitiva que ellos estén primero, tal como reza el slogan del gobierno.
Estos niños, que no sobrepasan los 11 años, ayer jugaban en el patio de la aldea. Oírlos fue revelador respecto de las necesidades que los abruman. Sus inocentes vidas merecen mucho más de lo que esta sociedad amarrada al materialismo les ha dado hasta ahora.
"Qué hace usted con el niño si se arranca y se encarama arriba de una reja. Se puede pedir ayuda a la fuerza pública pero llega un minuto en que usted no tiene más que hacer",
María Luisa Sepúlveda
Urgencia
La dirección regional del Sename señaló a Diario El Líder que "tomó conocimiento de estos hechos y se han mantenido diversas reuniones con los representantes del organismo colaborador, a fin de tomar medidas que permitan subsanar las situaciones señaladas, principalmente, el aumento de dotación de personal, mejoras en la infraestructura de la residencia, análisis de los casos y permanente comunicación con los vecinos del sector". La entidad agregó que "sin embargo, uno de los puntos más importantes es la coordinación que se ha estado realizando con el Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio para mejorar la atención en salud mental de los niños, niñas y adolescentes que han sido vulnerados en sus derechos y que hoy requieren con urgencia una solución concreta en este ámbito".
"Los niños se escapan todos los días, de hecho, recién (ayer en mañana) los encontré abriendo ventanas en unas cabañas",
José Gabriel González, vecino.